El alcalde, José Manuel Bermúdez, visitó ayer el recinto ferial para conocer las obras del escenario del Carnaval, que se inaugura el jueves con las murgas infantiles. Junto a Bermúdez, la concejala de Fiestas, Gladis de León, y el polifacético Javier Caraballero, que igual diseña un escenario que dirige con el mismo éxito los concursos o la llegada de los Reyes al estadio. Asistieron el director artístico, Enrique Camacho; el jefe de iluminación, Juanjo Beloqui, y José Luis Ramírez, "Tote", director técnico que sustituye al jubilado Luciano Delgado. Jubilado y protagonista de la escenografía, porque tanto técnicos como políticos elogian el acabado del decorado construido por la empresa Benelux, a la que asesora Delgado. Y es que poco tiene que ver con el dibujo que se presentó.

La principal satisfacción de Bermúdez es el equilibrio que existe entre técnica (pantallas led) y construcción tradicional en el bosque encantado en el que se convertirá el recinto cuando se dé al "play". Las pantallas led se integran en la escenografía, sin entrar en litigio. La puerta principal cobrará vida con vídeos que ha preparado desde hace más de dos meses José Luis Ramírez; o la "cascada", que caerá en el lado derecho -de frente-. La técnica va más allá, con elementos autoiluminados, como los árboles al revés. Entre las piezas singulares, Beloqui destaca el castillo encantado, a la izquierda.

Una visita al escenario "inerte" -cuando no está encendido- evidencia que es el más grande de cuantos se han instalado en el recinto, con una plataforma de 2.100 metros cuadrados, 1.400 útiles. De frente tiene 72 metros lineales por 32 de profundidad.

La "puerta-pantalla" del escenario, de 6 metros de ancho por 5 de alto, se pierde en el infinito, con los vídeos. La antigua lona que antaño hacía de fondo hoy es una gran pantalla de lado a lado donde se proyectará un cielo animado. El giratorio está embutido en la plataforma -por lo que es practicable- y queda delimitado de las butacas con unas grandes escalinatas. Al suprimirse la pasarela del año pasado, se amplía el aforo: la final tendrá 6.300 espectadores y la gala, 5.800. Camacho destacó la posibilidad de interactuar desde el giratorio con el público gracias a las referidas escalinatas.

250 "robots" están instalados en el techo del recinto ferial para iluminar el decorado. Las dos bambalinas giratorias de 2017 dejan paso a dos sets laterales, que mantienen la misma filosofía de simultanear actuaciones para revalidar el éxito cosechado el año pasado en los concursos de agrupaciones musicales, cuando se ganaron tres horas al agilizar el montaje, o dos y media, en las comparsas. Es un escenario que toma vida con la técnica, y sus responsables, Juanjo Beloqui y José Luis Ramírez, no ocultan su ilusión.