Yone Expósito (Santa Cruz de Tenerife, 1986) pertenece a la tercera generación de la factoría Lenguas y Lengüines, del célebre Manolo Expósito; de hecho su padre, Lolo, también fue director de esas murgas. Yone se ha hecho un nombre en los últimos años gracias a la murga infantil Castorcitos, a quien ha ligado sus éxitos en las dos últimas ediciones, con sendos primeros de Interpretación.

Sus orígenes murgueros se remontan al año 2000, con Rebeldes. Es un letrista que nunca ha estado en la fila, sino en la percusión. Por aquella fecha trabó amistad con Jose Cortés "El Pirata", en la cofradía de La Macarena, y entró a la "cajita de música". Unas veces batería, otras timbales o congas...

En 2004 cumple la edad y sale con Rebeldones y Chinchosos. Se toma un descanso de tres años para regresar en 2009 a Chinchosos y a la siguiente edición, en Cascarrabias, en Puerto de la Cruz, la murga adulta que más había apostado por él hasta que el cartón se enamoró de él. En 2010 escribe una letra para Trastocadas, colaboración que mantiene, y en 2011 se suma también a Lenguas Largas, donde hace piña con Graci Martín y el director musical Óscar Gómez. Otra de las murgas con las que ha colaborado, Ni Muchas-Ni Pocas.

En 2016 escribió para Castorcitos, Cascarrabias, Lenguas Largas y una femenina de Las Palmas; y en 2017, a Cascarrabias, Castorcitos y Lenguas. En el Carnaval 2018 lleva ¡16 temas!: dos a Castorcitos, cuatro a Cascarrabias, cuatro a Trabas (con apoyo de Ardiel Herrera), uno en Trastocadas, otro a los niños de Estanquitos, dos a Ni Muchas, uno en Lenguas y otro a Despistadas, en Las Palmas. Yone precisa: "Nunca he escrito por el dinero, sino porque me gusta, me divierte mucho escribir". También es cierto, añade, que no está trabajando y le viene bien estos ingresos. De media, en el mercado murguero, se pagan entre 300 y 400 euros por una canción, la quinta parte de lo que cobra un director musical. Yone casi lo justifica, porque montan durante seis meses. "No me importa eso ni recelo de nadie", matiza.

Ahora, cuando los grupos están apurando las últimas horas de ensayo, él ya está más relajado, pero reconoce que desde abril hasta noviembre estuvo entregado a las canciones. Ahora, "pasan los días y a veces siento que me falta escribir". Recuerda que hizo su primera letra casi por atrevimiento, porque llevaba algo dentro que necesitaba salir. La escribió a Trastocadas, de Puerto de la Cruz, en 2010. Ni sabía que las bases del Norte prohibían criticar el concurso, y fue justo esa su temática.

Asegura que "no soñaba ser letrista. Me gusta este mundo por el ambiente, porque he nacido entre murgas y me he criado en ellas, no lo hago para que me conozcan". Con dos primeros premios de Interpretación consecutivos con Castorcitos, admite: "Los niños me han catapultado. Siempre digo que estoy muy agradecido a ellos, porque me han dado un nombre, en especial a la confianza depositada en mi por Ángel Cabrera, el director de la murga". "Yo soy de Rebeldes, es mi escuela y mi casa, pero Castorcitos ha sido mi familia, que me ha abierto su casa sin haberme pintado la cara con ellos".

Respecto a la evolución del género, Yone comenta que "la pólvora está inventada". Sobre la implantación de los efectos especiales, tipo Zeta-Zetas, admite que "las murgas no solo se preparan ya para cantar en la calle. Hay algunos que son más estrambóticos y otros, para interpretar en una plaza". "¿Dónde te vuelcas...? Donde haces el concurso".

Ahora que con 16 temas tiene trato directo con murgas infantiles y adultas, masculinas y femeninas, reconoce la dificultad que entraña escribir a los niños. "Es lo más complicado, en particular, por el vocabulario, que sepan lo que cantan; hablo con ellos".