Son cerca de las dos de la tarde y el maestro Israel Espino, director de El Cabo, cierra la carpeta y sentencia: "A ver, chicos, esto ya está, tienen permiso mañana (hoy) para echarse una cuarta de vino y un chuletón". El presidente de la sociedad toma la palabra: "Da lo mismo los premios, la gente nos está esperando y hemos estado trabajando para dar lo mejor y gustar"; el coro y la orquesta de pulso y púa responde al unísono con un aplauso. Quedó así, "visto para sentencia", el trabajo de seis meses de El Cabo, rondalla que cierra mañana sus bodas de diamantes, con sus 76 años de participación.

Mientras todos recogen, en la secretaría de la sociedad, ubicada en la calle de La Noria, el director permite un aparte con los tres solistas. Gracias a los actos del 75 aniversario, El Cabo subirá con tres voces de gala. A dos de ellos -Manolo Gándara (Los Llanos de Aridane, 1946) y Argelio Bermúdez (Santa Cruz de Tenerife, 1955)- los recuperó en el homenaje a sus "voces" de oro con motivo de las bodas de brillantes; mientras que Javi Hernández (La Laguna, 1983) es su apuesta para esta edición, con una obra que cantó en el certamen Celso Albelo.

La experiencia de los tres en rondallas suma casi un siglo. Dos de ellos, Manolo y Argelio, comenzaron en El Cabo tras pasar la prueba del maestro Faustino Torres. Y coincide la experiencia. Argelio, como Manolo, fue un día a la casa de Faustino, que lo llevó a su cuarto. Sentado cada uno en una esquina de la cama, el maestro sacó su guitarra, marcó los acordes y le pidió que cantaran algo. Argelio improvisó "La Farola del Mar", Manolo hizo unas escalas. Javi, sin embargo, desembarca en El Cabo de la mano de su amigo Israel Espino, el "nuevo Faustino", que ha cosechado tantos premios como el fundador.

Argelio, con gran tradición de Carnaval y musical en casa -igual que Manolo Gándara-, comenzó en rondallas allá por 1973, con el Círculo de Amistad y bajo la dirección de Jesús Fariña Adán. Al año siguiente se disolvió y se sumó a la Masa Coral, de José Manuel Cabrera. En 1975, "gracias a un casi hermano", Jaime Marrero, recaló en El Cabo, después de la preceptiva prueba de Faustino Torres. En 1978 salió en Tronco Verde hasta que se funda Gran Tinerfe en 1981, con la que salió por última vez en 2007, cuando acabó aburrido de la intrahistoria de este género.

Regresa al certamen en prueba de gratitud por lo que hizo El Cabo con él en el 75 aniversario, "algo que no lo ha hecho conmigo ni la rondalla que yo fundé". "Aquí tendrían que estar Manolo Bella, Santiago Reyes, Francisco Flores, Jaime Vargas, Rainiero Febles, Antonio Rodríguez...", tributo que rinden Argelio y Manolo a las voces que hicieron grande a El Cabo. Y viceversa.

Gándara, orgulloso de ser del barrio de Triana Arriba, en Los Llanos de Aridane (La Palma), comenzó en El Cabo en 1975, donde permaneció seis o siete años, para regresar con Francisco Flores, hasta 2004. También es un "fichaje" del 75 aniversario que vuelve a casa años después, como Argelio.

El elenco de solistas lo completa Javi Hernández, nieto del célebre Ito, del Orfeón. Y sorprende: "Me considero orfeonista de corazón, aunque nunca me dieron la oportunidad, pero estoy muy agradecido a El Cabo, porque me brindaron la alternativa. Junto al Orfeón, El Cabo es la que llevo en el corazón", explica Javi.

Gándara, el decano de los tres solistas, define a la rondalla de Faustino como la que tiene más corazón y sentimiento, mientras que para Argelio Bermúdez "es la rondalla del Carnaval con mayor número de seguidores, de un barrio popular; no se la conocía antes como la rondalla El Cabo, sino como la de Cuatro Torres. Tiene una gran afición".

Javi desvela que tiene el "corazón partido" con el Orfeón, pero se moja: "Para ganar, hay que arriesgar; para ganar al Orfeón este año, hay que arriesgar, y El Cabo arriesga este año". Sus compañeros, Argelio y Manolo, cierran filas en torno a Javi, la apuesta de El Cabo para esta edición, y sobre quien se deshacen en elogios, hasta el punto de deslizar Argelio Bermúdez que su compañero interpretará una obra con la que ya el tenor Celso Albelo, en las filas del Orfeón, ganó un primero de solistas.

Tradición y vanguardia tendrán mañana voz con El Cabo.

Manolo Gándara

solista

Su voz almibarada es capaz de emocionar tanto con una rondalla como con Son 21, donde ha vuelto a ser referencia. En rondallas desde 1975, obtuvo un segundo de Solistas en 1993, y este año vuelve a la lírica después de su última actuación, en 2004, en un certamen como el de mañana.

El director que revolucionó El Cabo

Las rondallas viven un momento de auge coincidiendo con la irrupción de Troveros de Nivaria, Valkirias y Mamel''s. En esta bocanada de aire fresco juega un papel crucial Israel Espino, que ya en 2005 fue director de la orquesta de pulso y púa, con la que cosechó cinco segundos y tres terceros de Interpretación. En 2013 asume la máxima responsabilidad musical de la rondalla e incrementa el palmarés para El Cabo con dos terceros, un segundo y dos primeros. "Ya tengo los mismos que Faustino", comenta con orgullo. A Espino se le reconoce la magia de devolver el brillo y potenciar la fuerza de El Cabo, la rondalla que despierta pasiones, y encima con un repertorio atrevido.

Argelio Bermúdez

solista

Uno de los grandes solistas de rondallas. Imposible resumir en una página de periódico. Sirvan como referencia sus cinco primeros de Solista, una decena de segundos y tres terceros cosechados entre 1975 y 2000, pues a partir de esa fecha actuó, a petición propia, fuera de concurso.