La casita terrera de Pancho Saavedra, conocido por su entrega durante décadas a Triquis, es el "hotel de Carnaval" en el que se han instalado Las Kellys, grupo que hace historia al liderar, por segundo año consecutivo, una modalidad de Carnaval. Ni murgas, ni comparsas, ni rondallas, ni agrupaciones... Un rebumbio que combina la ironía de las murgas, con el ritmo de las comparsas, las buenas voces de las rondallas. No se parece a nada de lo que ya existía hasta 2017, y es lo que pretendían.

Disfrutar de su ensayo es el sueño de cualquier componente. En la calle San Antonio, poco después de las ocho y media de la tarde, arrancan los preparativos que duran poco más de una hora. Estos días han intensificado sus ensayos, y ya se reúnen tres veces a la semana. Su repertorio, presentación, pasacalle, un tema más crítico, otro más de humor y despedida. Junto a José Antonio González "El Flaco", medio centenar de amantes que hacen posible el remix de estilos carnavaleros.

El año pasado salieron como Camareros de Valbanera y esta edición han adaptado el tipo Kelly''s, a sugerencia de un componente. Junto a "El Flaco", célebre por su etapa en Singuangos, su mano derecha, Maxi López, un "puntal" también en letras. El Flaco, en el nuevo repertorio, es la gobernanta del hotel; Maxi, la directora... y para poner música... el esfuerzo de Fernando en el pulso y púa, con el célebre Pinilla de Singuangos en la fila.

Entre los componentes, exmurgueros de Bambones, Mamelucos, Singuangos y hasta la Fufa; este año, cinco nuevos, dos de ellos ajenos a grupos del Carnaval. Para José Antonio González (Santa Cruz, 1956), "un pata negra del Carnaval" (Tronco Verde, Singuangos, La Traviata y Fufa, entre otros), su sueño es que un día el rebumbio cale entre los componentes de murgas infantiles o estudiantes del conservatorio y sean exponentes de este estilo inédito que, cuando uno acaba de escucharlo, dice con satisfacción: "Esto es Carnaval".