Las murgas infantiles apuran sus últimos ensayos de cara al concurso que comienza este jueves. Es el caso de Castorcitos, formación que lidera Ángel Cabrera y que durante 2016 y 2017 estuvo abonada al primer premio de Interpretación, y la pasada edición logró La Sonrisa de Un Niño, de Triqui-Traquitos. Fundada en 2006, en el barrio de El Toscal, después de "mil locales" ahora están en La Laguna. En su trayectoria suman un doblete de segundos en 2007.

Un año y un nombre marcan la historia de Castorcitos: 2015, cuando se incorporó Yone Expósito para dar un giro a la murga infantil y recuperar un espíritu más competitivo, objetivo que cosecharon las dos siguientes ediciones. En la "cuarta fila", donde nadie lo ve, Josua Sánchez, que persigue cada año "incluir un poco de todo en el repertorio para sorprender". Ese es el objetivo también para el nuevo Carnaval.

En la visita al local llama la atención el nivel de concentración de los cuarenta componentes, de edades comprendidas la mayoría entre los 14 y los 17 años. Todos están pendientes, en silencio, mientras sus mayores ultiman los preparativos del disfraz. Solo una tela -que actúa de pared- los separa. Un efecto óptico suficiente para captar la atención de los menores.

La magia de sus voces tiene el sello de Óscar Gómez, amigo de los niños que con su dulzura los cautiva. Para sacar brillo, Yone Expósito -nieto de Manolo de Lenguas y Lengüines-, una "pata negra" que se pasea y con solo un gesto marca intensidad. Deleitan.