Somos un grupo de estudiantes universitarios pertenecientes al municipio de Santa Cruz de La Palma y nos dirigimos a usted con el fin de denunciar el escaso interés que tiene el señor alcalde por las cuestiones relacionadas con la educación, como es el caso de las ayudas al transporte para los estudiantes de nuestra capital.

Nos hemos dirigido varias veces al señor don Juan Ramón Felipe San Antonio con el fin de tratar este asunto, pero no se ha dignado en contestarnos, haciendo oídos sordos a nuestras peticiones. La cuestión es la siguiente: no se nos ha abonado la cuantía perteneciente a la ayuda al transporte del curso 2007-2008, cuando el resto de los ayuntamientos de la isla están al día en dichas ayudas.

También queremos denunciar que mientras el resto de los ayuntamientos (Breña Baja, Los Sauces, Mazo, Fuencaliente, etc.) ya han sacado las solicitudes correspondientes al curso 2008/2009, a nosotros no nos han pagado las del curso anterior. Es más, ni siquiera se han dignado en sacar las solicitudes de este año.

Nosotros no pedimos sino lo que está aprobado en el pleno municipal por todos los grupos políticos (que ni siquiera llega a doscientos euros, por favor).

Teníamos pensado hacer una sentada en la entrada del ayuntamiento con unas pancartas reivindicativas pidiendo lo que creemos que es nuestro. Nos sentimos discriminados del resto de los estudiantes universitarios de nuestra isla. ¿Cómo es posible que ayuntamientos con menos recursos económicos ayuden a sus estudiantes, y a nosotros, que somos capital de la isla, nos ignoren?

No queremos dar nombres por miedo a ser represaliados por nuestro ayuntamiento. Pedimos a este diario, si lo tiene a bien, que averigüe la veracidad de dichos hechos, ya que creemos que ustedes tienen medios para hacerlo. Esperamos ver nuestra denuncia en este diario.

Muy agradecidos de antemano, porque sabemos que ustedes comprobarán todo cuanto decimos. Les saludan muy atentamente.

El colectivo de estudiantes

universitarios palmeros

de la ULL

Lo masculino y lo femenino

Lo masculino y lo femenino diferencian a dos individuos, de igual dignidad que, sin embargo, no poseen una igualdad estática, porque lo específico femenino es diverso de lo específico masculino. Esa diversidad en la igualdad es enriquecedora e indispensable para una armoniosa convivencia humana. La condición para asegurar la justa presencia de la mujer en la sociedad es una más penetrante y cuidadosa consideración de los fundamentos antropológicos de la condición masculina y femenina, destinada a precisar la identidad personal propia de la mujer en su relación de diversidad y de recíproca complementariedad con el hombre, no sólo por lo que se refiere a los papeles a asumir y las funciones a desempeñar, sino también y más profundamente, por lo que se refiere a su significado personal. La mujer es el complemento del hombre, como el hombre lo es de la mujer, el hombre y la mujer se complementan mutuamente, no sólo desde el punto de vista físico y psíquico, sino también ontológico. Sólo gracias a la dualidad de lo "masculino" y lo "femenino" se realiza plenamente lo "humano". A esta unidad de los dos, Dios les confía no sólo la ópera de la procreación y la vida de la familia, sino la construcción misma de la historia. La mujer es ayuda para el hombre, como el hombre lo es para la mujer, y en su encuentro se realiza una concepción unitaria de la persona humana, basada no en la lógica del egocentrismo y de la autoafirmación, sino en la del amor y la solidaridad.

Francisco Lorenzo Salido

Sencillamente inadmisible

No conozco -ni ganas- en absoluto a don Alejandro de Bernardo, al parecer periodista, asiduo colaborador de EL DÍA, pero, como católico practicante de toda la vida, considero inadmisible el artículo "Agüita con el obispo" publicado en la página 24 del domingo 28 de diciembre por este "opinador", al que personalmente no puedo menos sino desearle, de verdad, lo mejor de lo mejor en lo que atañe a su persona.

Pero su artículo apesta, porque si no se sabe de una materia no se puede escribir de ella, ya que sencillamente se está engañando a la gente. Y es que usted ha demostrado clarísimamente que desconoce del todo las normas que rigen universalmente los matrimonios entre divorciados en la iglesia católica, a la que, gracias a Dios y a mis padres, pertenezco plenamente y por tanto me considero muy honrado de obedecer a mi muy querido obispo don Bernardo Álvarez, a quien aprovecho en estas fiestas navideñas lo mejor que se puede desear en esta vida terrenal, y si a usted, por lo que sea, no le cae simpático nuestro obispo, cállese por favor y no lo haga público, porque no sabe usted el enorme mal que hace a sus compatriotas en un desgraciado momento por el que pasa la iglesia española, por culpa de la equivocada y catastrófica religiosidad política que lleva nuestro gobierno nacional.

Y volviendo a su artículo y su desconocimiento total del tema relacionado con la iglesia católica universal, ¿no le recuerda algo "el Tribunal de la Rota"? Pues de la lectura del mismo, que no tiene o no quiere tener la menor idea, puede obtener información clarísima sobre el tema que le agobia.

En consecuencia, con la mayor claridad, de hermano a hermano, usted debe informarse y luego informarnos con la verdad, que es lo que deseo de todo corazón. Porque artículos como el suyo, que me veo obligado a comentar, son sencillamente inadmisibles en una prensa democrática normal.

José Antonio Oramas Martín-Neda