París. Coloquio este fin de semana entre Sarkozy, Blair y Ángela Merkel. Ausentes, los socialistas europeos Brown, Zapatero y otros. Han intentado analizar la manera de reconstruir ese nuevo capitalismo que debe surgir tras la crisis. Y parece que no hubo pleno acuerdo porque la canciller alemana no está por la labor de añadir sólo fondos estatales a los que ya han empleado para bancos, inmobiliarias, fabricantes de automóviles y muchas otras industrias auxiliares que de ellas dependen, aunque estudia otro conjunto de medidas con sus socios de gobierno socialdemócratas, como bajar impuestos.

Sarkozy, en cambio, pide también 26.000 millones de euros más para los bancos franceses. "Y si hace falta más, daremos más", afirma, en vista de que en Francia aumenta el número de parados, mientras que en Alemania desciende. Al menos los franceses se han enterado de que están haciendo un buen negocio, porque la deuda que adquieren sus bancos para tener acceso a esos fondos la pagan con un interés del 9 por ciento.

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Mientras, los líderes del centro-derecha europeos no logran acuerdos sobre cómo salir de la crisis, si con más fondos o con menos impuestos. Aquí seguimos creando fondos especiales de compensación de las peculiaridades territoriales, como le ha dicho ZP al presidente Rivero, en su entrevista de esta semana, de la que salió tan convencido de que la financiación autonómica "va por buen camino", falta de conocer las cifras. En realidad, no vamos más que a crear una doble o triple imposición para ésta y las siguientes generaciones de España y del mundo. Porque alguien tendrá que pagar ese aumento extraordinario de fondos para todos. El presidente Rivero salió contento de su entrevista con ZP porque le dijo que se tendrán en cuenta todas las peculiaridades isleñas, y que se respetará el REF. Pues bueno sería que este último se incumpliera, Pepe Ignacio, aunque mucho habría que hablar sobre la eficacia de su aplicación.

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Zapatero parece dispuesto a seguir a Obama, quien ya ha advertido a los norteamericanos de que tendrán más de un millón de dólares anuales de déficit (el 50% de su PIB) en los próximos diez años. La cuestión es si, a pesar de eso, la reactivación no llega, ¿cómo daremos trabajo a nuestros hijos y nietos, que serán quienes habrán de hacerse cargo de esas multimillonarias deudas? ¿Estará España, con 3.200.000 parados, Pepe Ignacio, en condiciones de colocar su deuda en los mercados internacionales, cuando países más solventes como Francia, Alemania, Estados Unidos y todos los del mundo mundial, estén compitiendo al mismo tiempo por colocar su respectiva deuda, al mínimo interés posible? Los hechos lo dirán, porque de los políticos sólo esperamos decisiones de márketing para afianzar sus respectivas posiciones electorales. Y como dice el refrán carpetovetónico, "el que venga atrás, que arree". Los expertos consideran que así no se producirá la reactivación, ni crecerá el consumo, que a su vez crearía los nuevos puestos de trabajo.

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En cualquier caso, si tanto fondo no es un modo de "socializar las pérdidas", que venga López Aguilar y lo expique, quien ya este fin de semana empezó la campaña para la comisión al Parlamento Europeo, anunciando que él, frente al "recetario de la derecha", a la que acusó de haber llevado al mundo al borde del abismo para satisfacer la codicia de unos pocos, luego no ha tenido ningún recato en pedir la socialización de las pérdidas, al anunciar que formulará una propuesta "socialdemócrata" que no concretó. Se supone que será la de los fondos ilimitados de ZP y el incremento del déficit, que es lo único que se les ha ocurrido en esta crisis. Sin que ni unos ni otros nos expliquen de dónde van a sacar el dinero. Porque también los bancos y los ricos son más pobres tras la crisis de las bolsas. Hay menos ahorro y menos dinero que invertir.

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Y las deudas de tanto fondo, señores Zapatero y Aguilar, tendrán que pagarlas sus hijos o sus nietos, pero no los que hasta ahora han recibido esas ayudas a la banca, que sí ha sido, por el momento, una manera de socializar pérdidas. Desde luego, no van a ser los banqueros los que nos las paguen. Ni los socialdemócratas, históricamente los que han sido y son los campeones en "socializar pérdidas" que siempre, efectivamente, han acabado pagando los que menos tienen. Bien con su inestabilidad familiar y social, y hasta con su vida, como refleja la historia del socialismo y la socialdemocracia totalitaria, adonde pueden de nuevo conducirnos, si se empeñan en apoyar el terrorismo de Hamas, en nombre de una "paz-trampa" como la que se quiere imponer a Israel y Palestina.

Y, sobre todo, Pepe Ignacio, como decíamos la semana pasada, si los activos financieros del mundo se han desvalorizado después de pincharse la burbuja inmobiliaria, tendremos que reconocer que los ricos tienen menos dinero, y entre esos ricos están los bancos y los que salen en los rankings de la revista "Forbes", a los que los Estados -es decir, todos nosotros- hemos apoyado con fondos públicos de hoy y del próximo siglo, sin exigirles cuentas a cambio. Porque, ¿dónde está el dinero que se ha volatilizado de los bancos, de los ricos y todos los que se estaban hinchando a ganar con la globalización de la burbuja?

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Ahí querrás tú ver, Pepe Ignacio, a estos socialdemócratas de cinco estrellas como López Aguilar, explicándonos dónde se ha ido ese dinero, exigiendo, en nombre de los contribuyentes, que ningún mal gestor de las inmobiliarias, de los bancos, acceda a esos fondos públicos, si no admiten una plena transparencia sobre sus cuentas, y sobre cómo emplearán el dinero que nos arrebata el Gobierno para dárselo a ellos. Porque, de momento, los bancos siguen apalancándose y los créditos no llegan a las empresas ni a las familias. Por eso no resurge la confianza y seguirá la destrucción de empleo. Porque quien puede aprovecha la crisis no sólo para deshacerse de los trabajadores que le estorban, sino para afianzar sus posiciones de futuro, como están haciendo la mayoría de los sectores industriales y de servicios. Veremos cómo acaba pagándolo la estabilidad del euro.