NO ES LA PRIMERA vez que manifiesto mi parecer por la carencia de buenas organizaciones de consumidores que nos protejan, y lamentablemente también estamos escasos de sindicatos que defiendan bien al trabajador, lo que sería de enorme utilidad en los momentos actuales, donde hasta las empresas necesitan apoyo. Todas estas organizaciones están amordazadas, y es el actual gobierno quien las tiene gratificadas, por lo que impiden que haya una defensa correcta del ciudadano, que está viéndose atacado por la voracidad y falta de escrúpulos de algunas compañías.

Esto es lo que sucede desde hace un mes con el aprovechamiento indiscriminado de Unelco-Endesa y Telefónica, que parece que se han puesto de acuerdo. Más de diez mil usuarios ya han comprobado que su factura de consumo de luz de diciembre fue estimada, y que en la de enero cargaron la lectura del contador de diciembre con el incremento de precios aprobado por el gobierno para 2009, y no la tarifa anterior de 2008 como correspondía. Encima que han acordado subir la factura, a partir de ahora la cobrarán mensualmente, por lo que las lecturas serán la mayoría de las veces estimadas para ahorrarse empleados, supongo; mientras los usuarios caemos en la trampa, algunos protestan porque se dan cuenta del engaño, y ellos se van metiendo en el bolsillo ingentes cantidades de dinero. El recibo de la luz es un verdadero galimatías, y su comprensión está al alcance de cerebros privilegiados; hay que ser un experto contable para descifrarlo y si llamas para informarte, entonces actúa la otra compañía que se aprovecha de los usuarios, Telefónica. El baile de números de teléfono para poder reclamar o recibir atención al cliente, se divide entre las líneas 902, las de tarifa plana, y no sé cuántas más, todas para que los usuarios se gasten el dinero innecesariamente, porque nadie lleva una lupa en el bolsillo para poder leer la letra chica de los contactos.

Los consumidores estamos totalmente desasistidos, y encima nos enteramos de que el dinero que concedió el Gobierno de Zapatero a la banca (los cincuenta mil millones de euros) era para salvarlos, no para conceder créditos a las necesitadas pequeñas y medianas empresas, como así le han hecho saber los propios banqueros. Más incertidumbre para la población, que ya empieza a estar harta. También se ha conocido, ya había sospechas, que la famosa gratificación de los 400 euros tenía truco, y que fue un ofrecimiento para ganar las elecciones. El incauto españolito cayó, y ahora el "pitoniso" ministro de las finanzas, el señor Solbes, nos desvela dónde estaba el chasco. Muy sencillo. Al no actualizar la tarifa y las deducciones del IRPF con la inflación, cada trabajador tendrá que abonar de media unos 400 euros más a Hacienda, y para los que ganen más de 33.000 euros anuales serán 475 euros, claro está, en el supuesto más favorable de que la inflación no supere el 3%. Solbes recupera más de 2.500 millones de euros, y los que festejaron la propina electoral de Zapatero sufrirán ahora la amargura de tener que devolverla. Un gran chasco para aquellos españolitos que elevaron a Zapatero a los altares. Ahora tienen el Gobierno que se merecen.

Y entre tanta injusticia me pregunto: ¿cuántos mandamases pondrán reposapiés de madera, televisión y mesita de escritorio en sus tuneados y costosos coches de marca extranjera?

En fin, un abuso, y sigo sin oír la propuesta del Presidente del Gobierno de reducción del 30% de todos los salarios de los políticos y sus asesores.