QUÉ MANÍA de forzar con las banderas y los símbolos. Con los himnos. Lo mismo con los idiomas. Se dice de los catalanes que cuando están en un grupo en que diez personas debaten de algo en castellano, si hay dos catalanes se ponen entre ellos tan ricamente a hablar en su dialecto latino, cuando por educación parece que sería razonable mantener el entendimiento de todos los presentes. Dependiendo de cómo, puede interpretarse una ofensa personal. También hay que entender que si estoy con ocho ingleses y mi amigo Yeray dialogando en inglés, cuando él se dirija a mí personalmente o yo a él, sonará raro o rarísimo in english. ¡Háblame en cristiano, muchacho! Pues eso, que hay que entenderlos a ellos. Supongo que depende del contexto y de la educación de ambas partes. Cambiando de tercio, ¿por qué carajo le pitaron en Madrid al himno de Turquía? ¿Por qué se ofende de esa manera?

Forzando banderas, músicas patrias y símbolos o tirándolas a la cara cuando conviene sólo se consigue radicalizar posturas, enfrentar una serie de conceptos grabados en el disco duro y destapar pulsos que en sí mismos no tienen sentido. Lo que haya que fijar está en el terreno de las ideas, de la palabra, de lo que los ciudadanos sin manipulaciones y democráticamente elijan y decidan.

Por ejemplo, en la procesión Magna de Santa Cruz, los concejales del PP caminaban en formación solemne con su cinta a modo de banda, con la bandera española rojo y gualda al cuello. ¿Qué necesidad? Quizás es que como D. Juan Manuel Brito está acostumbrado a llevar el pito colgando contagió a D. Ángel Llanos, que al no tener ya el juguete de la Sociedad de Desarrollo se va a dedicar a señalar penaltis. No lo sé. Nunca había visto un ángel con la enseña en una procesión en la que nadie más llevaba símbolos o pinganillos ajenos al recogimiento del acto. Detrás los de Coalición con el traje y ellas con zarcillos.

Las medallas quedaban como un tiro en un ojo. Como de película de D. Santiago Segura. A lo peor D. Ángel quiere emular o suceder al personaje de Torrente -el brazo tonto de la ley-, que llevó a este actor a conseguir parte de sus sueños: trabajar con Tony Leblanc y hacer la película española "más vista" y taquillera o conseguir el Goya al mejor director de 1999. Alcanzado este punto, su fama era innegable: Segura había creado un símbolo, Torrente, que tiene incluso su figura en el museo de cera. Personaje plagado de influencias y chirridos fachas y frikis envuelto en comedias irreverentes, con racismo y episodios históricos como el del teniente coronel Antonio Tejero, en nuestro caso, ¿primer teniente de alcalde?

De verdad que a veces nos empeñamos en fastidiar equilibrios. La bandera española está más que presente en nuestras calles. En un paseo o tour por cualquier lado la va a ver situada en solitario en todos los centros oficiales, civiles, policiales o militares del Estado y nadie se puede quejar de su falta. Además en todos los centros de la Comunidad Autónoma en este caso compartida con la de la ciudad, la isla, Europa y sumada a, esta sí, la bandera autónoma desprovista de estrellas y con las siete islas blancas entre el azul marino y el amarillo pollo.

La bandera de Canarias, al contrario que la española, no ondea en los centros estatales y es una solución rebajada, tarada y un símbolo diluido que no satisface a todo el que se siente nacionalista.

En el programa de las Fiestas de Mayo, cuyo presupuesto es de 336.000 euros en total, cuando el escenario del Carnaval del Miedo de 2009 costó sólo 60.000 euros, va a tomar por obra y gracia del teniente otra vez el protagonismo folclórico del año pasado. ¡Torrente ataca de nuevo!

El concejal de Economía y Hacienda defenestrado de la SDD por Zerolo declaró que no pondrá la bandera del Congo. "El año pasado no recuerdo la más mínima controversia en torno a las banderas. Si a alguien le genera algún complejo ver la bandera de su ciudad, la de su Isla, de su región o de su nación en las fiestas por las calles ya sabe lo que tiene que hacer: respetar y aguantarse".

Lo hacemos, "respetar y aguantarnos", pero de igual manera lo deberías hacer tú.

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