RETORNO a los viejos papeles en el "ladrillo dominical", porque siempre proporcionan temas de mayor interés que los papeles actuales, que vienen a ser como las cochinadas que no se deben decir en la mesa, de tanta política, generalmente rastrera, a que se refieren. Contienen esos papeles anotaciones de 1958, en que mandaba en EEUU el presidente Eisenhower. Y empezó a funcionar, pero en obras aún, el nuevo edificio de la Universidad de La Laguna, la cual, hasta entonces, estaba instalada en un antiguo inmueble de la lagunera calle de San Agustín, frente al Obispado, donde residía el muy querido y recordado don Domingo Pérez Cáceres, prelado a quien conocí, traté, ayudé modestamente y del que tengo un recuerdo imborrable. Las noticias que llegaban entonces del vecino territorio español de Sidi Ifni, que constituía, a la sazón, una provincia española, no eran buenas. Allí estaba operando un ejército llamado "de liberación" y el entonces capitán general de Canarias, López Valencia, asumió el mando de las fuerzas de nuestro país. En el Canal de Suez tampoco estaban bien las cosas. Un tal Hammarskfoord, que representaba a las Naciones Unidas, hablaba con Nasser, quien gobernaba en Egipto. En Venezuela, durante el mes de enero, hubo una sublevación en Maracay que sofocó el dictador Pérez Jiménez. Los sublevados huyeron a la ciudad colombiana de Barranquilla, que era el sitio que nombraba aquella canción de moda "Se va el caimán".

Fue lanzado al espacio por Rusia el famoso "Sputnik 1", del que todo el mundo hablaba y hasta hacía chistes. Hillary pisó el Polo Sur; Ernesto Jiménez Caballero fue nombrado embajador de España en Paraguay. El malogrado compañero Vicente Borges publicó un reportaje en que daba cuenta de que la Clínica San Juan de Dios necesitaba aún dos millones de pesetas para terminar su edificio, y en Lanzarote falleció un campesino que llevaba seis años viviendo junto a un ataud. Se llamaba Atanasio Machín, contaba 93 años de edad y era natural del pueblo de Yaiza.

En el teatro Guimerá, el TEU (Teatro Español Universitario) presentó la obra "La Sangre de Dios", de Alfredo Sastre, en que trabajaron los entonces buenos amigos Manuel Escalera y Eloy Díaz de la Barreda. En París se reunieron representantes de varios países para discutir la que sería capital comunitaria. Y retrocedemos un año para decir que diciembre de 1957 fue el mes más frío, hasta entonces, del siglo XX, con una temperatura mínima de 3,9 grados centígrados bajo cero y una máxima de 7,9 grados. Y eso que todavía no se habían inventado los "cambios climáticos".