Dibujaban las montañas siluetas y el aire arrullaba las sombras de bellas palmeras. En la costa, entre los agrestes acantilados, retozaba el mar en su llanura azul. Los barrancos miraban al cielo con ojos de historia y la brisa traía hasta el alma aromas de isla. ¡Ay, aquel día!, aquel día de mágico encanto ancestral, de vuelta a lo isleño, a la naturaleza, a las raíces. Sonaron los bucios y el tambor al son del tajaraste; bailó la esperanza sin descanso al ritmo de los timples y el canario cantó con amor la canción de su tierra.

Según me cuentan algunos lectores, y por lo que yo he podido leer sobre el tema, la primera "romería guanche" de la historia fue todo un éxito. No podía ser de otra manera si tenemos en cuenta, que en ese acto festivo se exaltaban la vida y las costumbres de los guanches, primeros pobladores de nuestro País Canario. La fiesta de "lo guanche" nació junto al II Beñesmén el pasado día 9 de mayo, y esto en el hermoso municipio tinerfeño de San Juan de la Rambla. Está más que demostrado que el pueblo canario, cuando se trata de darle vida a sus tradiciones, a todo lo que tenga que ver con sus raíces, no se lo piensa dos veces y participa de una forma entrañable, fervorosa. Sí señor, un sí rotundo a ese río de tambores, de bailes, de costumbres y de ritos ancestrales que forman parte de nuestra historia y costumbres canarias. Un sí rotundo a ese pequeño, pero a la vez gran homenaje al origen de nuestro origen, a un pueblo noble y valiente, el pueblo guanche. En esta primera cita, el paisaje y el espíritu canarios se vistieron de autóctonos y con su esencia, acompañaron a los recuerdos en el frondoso camino. Aquella fue una fiesta de rescate cultural, el fin de andar de puntillas; fue el triunfo del folclore, de las raíces y la comida canaria. El camino ya está hecho, ahora sólo queda recorrerlo -cuando toque-, con ilusión y cariño. Sin duda, en el futuro habrá que perfilar algunos detalles de esta "romería guanche", para que con el tiempo gane en autenticidad y popularidad, la que se merecen nuestras tradiciones.

Numerosos pueblos del planeta están haciendo lo posible por proteger, en unos casos, y por recuperar, en otros, sus señas de identidad y sus tradiciones. Ejemplos hay muchos en el mundo, uno de ellos son nuestras Islas Canarias, donde en los últimos años el desequilibrio poblacional ha puesto en peligro -entre otras cosas- las señas de identidad de los canarios. Bastante más allá, en el océano Pacífico, el pueblo hawaiano se aferra a sus raíces ancestrales y a sus costumbres isleñas haciendo lo posible por que estas se mantengan vivas; ellas forman parte del orgullo de su pueblo. En los países escandinavos -norte de Europa-, concretamente en Noruega, se están recuperando en la actualidad costumbres y tradiciones que tienen que ver con la mitología nórdica; dioses y diosas como Thor, Odin, Baldr, Frigg, Var, Eir, siguen vivos en las leyendas de estos pueblos nórdicos, porque sin duda ellos también forman parte de su historia.

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