ESCRIBO este ladrillo cuando aún no se han enfrentado en TVE los candidatos españoles a las elecciones del Parlamento Europeo, don Jaime Mayor Oreja, por el PP, y don Juan Fernando López Aguilar, por el PSOE. No sé, pues, si se agarraron a la greña oral, cosa que es habitual en el apodado Terminator y si finalizaron el encuentro como el rosario de la aurora, aunque no me extrañaría. En cuanto al contenido del cara a cara, sería, me figuro, más de lo mismo: promesas de mejora de la vida de los españoles y repetición de las mentiras y las improvisaciones de su muy amado jefe Rodríguez Zapatero, el cual confirma su falta absoluta de ideas al colocar a la cabeza de su lista de candidatos a un individuo varias veces fracasado en sus batallas políticas y tenido por un hazmerreír del presidente, que ya se ocupa, por su parte, de hacer reír, y hasta llorar, a los españoles.

El señor López Aguilar es como es y, lejos de envidiarle, le compadezco. No dudo de su preparación. Ha cursado sus estudios de Derecho en la Universidad de Las Palmas, como un auténticoempollón y ahora ocupa un puesto de profesor en la citada Facultad. Profesionalmente, nada que objetar a su probada competencia como jurista, pero Rodríguez Zapatero lo puso al frente del Ministerio de Justicia y, si no lo echa, termina España peor que Somalia -porque piratas ya los tiene- y peor que Afganistán.

Como Canarias es la patria chica de esta persona, Zapatero, cuando lo sacó del Ministerio, lo mandó al Archipiélago para que fuera presidente de la Comunidad autónoma. Sacó más votos, pero las coaliciones lo dejaron compuesto y sin Gobierno, situación que no ha podido digerir, y fue cuando ganó, con todo merecimiento, el mote de Terminator,y se convirtió en enemigo público número uno de todo el que no sea socialista. Su odio general al ser viviente lo ha llevado a protagonizar verdaderos espectáculos en el mismo Parlamento. No lo quieren ni en su propio partido, con alguna excepción. En el recuerdo de todos está la reunión que convocó y presidió Jerónimo Saavedra para desprenderse de este sujeto. Y de Saavedra puede decirse, y somos muchos miles los que lo suscribimos, que, si ocupara el sitio de Zapatero, otros aires, incomparablemente mejores, soplarían en España, tal es su valía como político y como persona, dentro del Partido Socialista. ¿Pero Zapatero no tiene en sus filas personas valiosas, como el mismo Saavedra, Pepe Segura, Pedro Anatael Meneses, Julio Pérez, Salvador García, Manuel de la Rosa y otros muchos?

Uno se pregunta qué ha podido ver Zapatero en este canarión insufrible cuando, tras sus rotundos fracasos, en el Ministerio de Justicia y en la batalla electoral por el Gobierno canario, lo pone nada menos que el primero en la lista socialista para el Parlamento de Estrasburgo, , exponiéndose a que no salga elegido porque, además de desconocido en la Península y muy mal visto en Canarias, tiene más mala prensa que el destituido presidente del Real Madrid. Y si, de carambola, lo eligen, vamos a ver qué hace en la Cámara Europea este sujeto, que tendrá, como los demás, menos poder que un concejal del Ayuntamiento de La Matanza.