MALAS noticias para nuestra Comunidad, precisamente en vísperas del Día de Canarias, el cual, con otros acuerdos que pretendían configurar la nueva constitución del país, se coció en el Parador Nacional de las Cañadas del Teide hace treinta y un años. Asistí a ese acto, y no tengo ni buenos ni malos recuerdos de aquel día en el que, desgraciadamente, no nació ni nuestra soberanía ni siquiera decreció nuestra férrea dependencia de quienes mandan en Madrid. Fue el triste comienzo de esta autonomía descafeinada en la que, en lugar de compartir progreso y bienestar con el conjunto del Estado, compartimos paro, atraso, abandono, desconsideración y hasta desprecio, como si nuestras islas no formaran parte de España, en cuyo desconsolador panorama Madrid se nos muestra como capital de la Metrópoli que nos desgobierna. Aquel acto, uno de tantos en las frecuentes reuniones de entonces, me dejó indiferente y vacío de esperanzas y de entusiasmos que no he podido recuperar en los treinta y un años transcurridos.

Pero Madrid sigue con la suya. Para que lo celebremos, coincidiendo con el Día de Canarias, como muestra de lo contrario a lo que es solidaridad, el PSOE y el PP -que Dios los cría y ellos se juntan- bloquean, en el Congreso de los Diputados, las transferencias nuevas que es de justicia otorgar a Canarias. Ocurrió en un pleno celebrado el martes último, día 26, en la Cámara, en que ambos grupos parlamentarios dejaron de pelearse entre sí como perros rabiosos para oponerse, votando en contra, en amor y compaña, que dicen en mi pueblo, que pasara a tramitarse el proyecto de Ley Orgánica que prevé una importante transferencia de competencias para Canarias, por considerar los dos partidos enfrentados, en una paz momentánea, que el proceso debe llevarse a cabo por la vía estatutaria.

El grupo de Coalición Canaria, que, últimamente ha limpiado varias veces el trasero a los diputados socialistas, ahora cree "inadmisible" la postura de los dos grupos, encarnizados enemigos, momentáneamente aliados, para jeringar a los que habitamos y sufrimos las veleidades del Gobierno de Zapatero en estos peñascos. Ahora, me figuro, porque ya lo estamos notando -un servidor ha recibido ya en su domicilio sendas cartas de esos dos partidos, más otra de CC- que pidan a los canarios el voto para sus candidatos en las elecciones para el Parlamento Europeo. Que me esperen sentado, que es una frase canaria que se emplea y se cumple en estos casos.

Tampoco son agradables las nuevas sobre la política local. El alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, después de varios intentos, logró echar, como agua sucia, de la Sociedad de Desarrollo del ayuntamiento al primer teniente de alcalde, Ángel Llanos. Se supone que la causa es que el expulsado trabajaba demasiado en contraste con los demás ediles, incluido el propio alcalde.