LA VERDAD es que doña Claudina Morales tiene, por lo que se ve en las pancartas, muy buena estampa. Pero como uno es, como dicen los locutores de la TV, en su habitual atropello a la Gramática, muy mayor tendiendo a verde, pues no es precisamente el más indicado para calificar la belleza de las féminas. Lo que ocurre con la señora Morales es que, al ver su efigie por esas calles, esas paredes y esos pegacarteles, a uno le parece que se trata de una de las habituales jóvenes secuestradas y desaparecidas de las que quien las conozca y sepa dónde está o la haya visto debe comunicarlo a la familia y a la Policía.

Afortunadamente, no es el caso. Entiendo que, por el gesto agradable y hasta atrayente de doña Claudina en los carteles, está vivita y puede que coleando, con el pensamiento puesto en Estrasburgo, que es una ciudad preciosa y divertida, donde puede pasarlo bien después de soportar las sesiones del Parlamento, que son una tabarra de mucho cuidado; y donde, encima, cada cual habla en su idioma y puede que los representantes de Eslovaquia que intervinieron en la representación de "Tanausú", el mencey palmero, en Bratislava, hablen en la lengua amazigh, que es el idioma de los aborígenes palmeros, para acabarla de jeringar.

Doña Claudina Morales, que es presidenta regional, lo que también implica serlo "mundial", de Coalición Canaria, así mismo es cabeza de la candidatura de CC a las elecciones europeas. Y, de verdad, porque me cae bien, deseo que sea elegida. Por lo menos es guapa, simpática, agradable y tengo entendido que su formación política y cultural no desentona con su tipo. Y si un servidor fuera diputado europeo, que no quiera Dios, durante las tabarrísticas sesiones tendría a donde mirar, que siempre sería inconmensurablemente más agradable y complaciente que hacerlo al escaño donde se siente don Juan Fernando López Aguilar, alias "Terminator", si es que sale elegido, que lo dudo.

Este señor también aparece en los miles de carteles distribuidos en todas las islas, pero, aparte de que es más feo que doña Claudina, su bien ganada antipatía, hasta para los mismos compañeros de un partido, no le permite ser ni personaje de los chistes, que ya es decir. Tampoco los acostumbrados practicantes de la violencia de género, secuestran a hombres. Tendrían que ser las féminas las que practicaran esta violencia, pero al revés.

O sea, que el señor López Aguilar no saldría en las pancartas callejeras como "desaparecido". Aunque, sin desear que lo maten, que eso no, a muchos nos complacería que lo apartaran temporalmente de la circulación, para perderlo de vista y que no fastidie a la gente, favor que agradeceríamos profundamente.