Desarrollo sostenible y PGOU II de Tacoronte

Desde el pasado 7 de septiembre y hasta el próximo 7 de noviembre (si antes esto no se remedia) se encuentra en período de información pública este Plan General de Ordenación Urbana II. Al parecer, esta corporación no tenía bastante con el anterior, sino que ha pretendido "mejorarlo". ¡A peor la mejoría!

Uno de los lemas que publicita dicha corporación es la de "Tacoronte, campo y ciudad". Otro es "Tacoronte, sensación de tradición".

Pues bien, el primero se lo cargan de raíz: lo de campo, prácticamente desaparece. Respecto al segundo, podrían seguir utilizándolo, ya que por su ambigüedad, sólo habría que imaginar cuál es la sensación que puede sentirse.

Este Plan contempla una población de 75.000 habitantes para dentro de unos 25 años. Es decir, triplicar la población actual, la cual ya ha pasado de 17.000 habitantes en 1991 a unos 24.000 en 2009. Esto se pretende conseguir a base de trazar calles y más calles, "vías de ronda", rotondas y más rotondas y cómo no, parques y más parques. Parque que ya quisieran para sí los chicharreros (los de Santa Cruz); el García Sanabria se queda chiquito comparado con los de Tacoronte. Como podemos concluir, el campo será de parques, no de millo, papas y viña.

Otra genial idea es la que contempla la "recuperación de barrancos". ¡Qué desfachatez! ¡Si no los limpian ni los cuidan! ¿Los han descubierto ahora en ese despacho de "urbanitas", no sé dónde situado, y trazando a tiralíneas (seguramente con algún programa para ordenador) en base a unas fotografías aéreas? No conocen el terreno. No han tenido en cuenta la forma de vida de los naturales de este pueblo.

Para terminar, el primer lema podría convertirse en "Tacoronte: ciudad-dormitorio y recreo. ¡Tráete una pelota de gofio, unas papas arrugadas y un poco de vino de fuera. Disfruta de nuestros parques!" (un poco largo, quizá, como los parques).

Y, para seguir dando ideas, el segundo podría ser algo así como "Tacoronte: descubre la sensación de dormir rodeado de edificios". Este último podría tener algunas variantes: "siéntete próximo a un parque", "circula cómodamente", "pasea por los barrancos", "coge la bici"... Este, probablemente, no tendría la necesaria continuidad publicitaria con su anterior, pero estoy seguro de que ya se les ocurriría alguna otra solemne necedad. Al parecer, están para eso.

¿Cuál es el desarrollo sostenible para este pueblo? ¿Servicios para currantes que duermen en él? ¿Más cemento y más piche?...

Lamento despedirme, porque quedan muchas cosas que decir. Una de ellas es que ¡ya nos estamos organizando, reúnete en tu barrio, estudia el plan, presenta alegaciones, coordínate! Es nuestro pueblo, no el de estos destrozadores.

Cristián Jaime Glez. Dorta

Si yo fuera rico...

Al principio de los años setenta del pasado siglo se estrenó una película de notable éxito titulada "El violinista en el tejado". El argumento contaba y cantaba, pues de un musical se trataba, las dificultades políticas y económicas de unos padres para sacar adelante a su numerosa prole.

En la España actual el "director de orquesta" y el "coro ministerial" no están en el tejado, como el violinista, están más allá de las nubes, y allí entonan embaucadores cantos angelicales, donde el libreto viene a decir que los ricos van a pagar muchísimo para que los pobres puedan prosperar. Según van descendiendo a ras de suelo los angelicales cantos se tornan milongas, cuya letra dice que van a pagar los de siempre, que por ser tan conocidos no los voy a nombrar.

Volviendo a la película, conviene recordar que su canción más conocida decía: "Si yo fuera rico...". Pues eso digo yo, que si fuera rico no me importaría nada "cantar bajo la lluvia"; la lluvia de impuestos que se avecina, pero...

Manuel Villena Lázaro