Una sociedad se enaltece a sí misma cuando sabe recompensar adecuadamente a aquellas personas e instituciones que han dedicado su esfuerzo a favorecerla. Porque corresponder a los méritos contraídos es un acto de justicia y, consiguientemente, una virtud que se espera de quien es capaz de reconocer y apreciar valores como la entrega, la constancia y la dedicación. Es además la reafirmación de una trayectoria marcada por la voluntad de servicio a los demás y el afán de beneficiar a esa comunidad de la que se forma parte.

En fechas muy recientes hemos tenido la oportunidad desde el Cabildo de Tenerife de cumplir con esos principios al celebrar solemnemente la concesión, en primer lugar, de la Medalla de Oro de la Isla a tres instituciones señeras, que durante más de un siglo han venido cumpliendo una labor social inestimable. También hemos hecho lo propio con la entrega del título de Hijo Adoptivo de Tenerife a otras tantas personalidades sumamente destacadas del mundo científico, educativo y empresarial.

El Casino de La Laguna ha sido a lo largo del tiempo, y continúa siendo en la actualidad, uno de los referentes sociales más destacados del municipio y también de la Isla. La tarea desempeñada desde sus instancias ha ido mucho más allá del simple objetivo de atender las necesidades de sus miembros y se ha centrado asimismo en actuaciones dirigidas al provecho del conjunto de La Laguna.

Ese es un mérito que también recae en la Sociedad Recreativa y Cultural de Güímar, el Casino de la ciudad sureña, que de igual manera ha centrado sus fines en contribuir al desarrollo de la comarca, fundamentalmente en el plano cultural, en el que ha llevado a cabo una labor realmente destacable. Este es un calificativo que cabe atribuir también a la Sociedad Filarmónica Nivaria de Arafo, heredera de una iniciativa surgida a mediados del siglo XIX y uno de los soportes principales de la tradición musical del municipio.

Por su parte, Francisco Sánchez Martínez representa uno de los valores científicos más importantes de la Isla y del conjunto del país. Promotor y director del Instituto Astrofísico de Canarias, se ha comportado siempre como una persona tenaz y muy comprometida con esta tierra que eligió en su momento para desarrollar su carrera. En ello coincide con Luis Balbuena Castellano, hombre de probada entrega a la causa de la sociedad tinerfeña, a la que ha servido como catedrático y como político, en ambos campos demostrando siempre honestidad y eficiencia.

José Sánchez Rodríguez es un ejemplo de lo que la visión de futuro y la constancia son capaces de conseguir para bien de un pueblo. Empresario modélico, ha hecho de la creación de empleo y de la atención a las necesidades de la gente auténticas máximas de comportamiento.

A todos ellos quiero agradecerles de manera especial que, siempre que la Isla los ha necesitado, hemos tenido por su parte una plena disposición y un afán ejemplar de colaboración.

Por todo ello, Tenerife ha distinguido especialmente a estas instituciones y personalidades con las máximas condecoraciones que la Isla otorga a quienes han contribuido grandemente a su desarrollo y engrandecimiento. La Medalla de Oro y el Título de Hijo Adoptivo son señas de gratitud y de respeto y también un motivo de orgullo para todos los tinerfeños.

* Presidente del Cabildo de Tenerife