La noche del 24 de diciembre, la noche de la misa del gallo, tuvo lugar en esta capital, y más concretamente en la zona donde más amplia es la separación entre las dos aceras de una misma calle, que podríamos denominar Ángel Guimerá-Puerta Canseco, o como ya dicen algunos Acera Ancha, un indecente incidente que alarmó en gran manera a un montón de los muchos vecinos que esta zona congrega, a bastantes transeúntes y muy en especial a los amigos, familiares, mujeres, algunos niños y trabajadores de un modestísimo bar, al frente del cual, ya que no me atrevo a decir explotado por, están cuatro personas jóvenes de nacionalidad filipina.

Desconozco la religión que profesan, y por tanto si celebraban la Nochebuena o simplemente la festividad del día. Estaban tomando unas copas y comiendo algunas cosillas con el bar cerrado, y la puerta metálica del mismo a media altura, para poder servirse. No escandalizaban lo más mínimo y, por supuesto, no se metían con nadie. A las dos de la madrugada, minuto más o menos, llega un grupito de muchachos que quiere ser atendido; la contestación es la lógica: que el bar está cerrado. No les parece bien y hay un pequeño rifirrafe sin más trascendencia. Acaban marchándose prendiendo antes fuego a dos papeleras, y podemos decir que aquí no ha pasado nada.

Pero no es así, el grupo regresa notablemente incrementado, y lo hacen al grito de "fuera chinos de mierda", armados con botellas que previamente han obtenido volcando los contenedores grandes de basura y otros proyectiles. Y además, les tiran al suelo los parasoles grandes, que protegen del sol y del relente y los utilizan como arietes contra las gentes del bar, que se defienden usando como escudos las sillas y mesas de la terraza. Se escandalizan los vecinos y comienzan a llamar a las dos Policías, la Local y la Nacional. Por parte del 112 hay alguna contestación más que pintoresca. Por ejemplo, a una vecina que dice que uno de los parasoles, lanzado por estos elementos, está "cortando" las vías del tranvía, que al ser festivo funcionaba toda la noche, le contestan chuscamente que si las corta con un serrucho. Posiblemente quiso quitar hierro al asunto, pero parecía más inteligente quitar el obstáculo. La sangre no llegó al río, pero pudo llegar, perfectamente a poco que hubiesen mejorado la puntería. La puerta metálica articulada quedó inservible.

Uno se pregunta si los individuos en cuestión merecen alguno de los siguientes calificativos, o simplemente borrachillos con ganas de fiesta, como fueron calificados por algunos de los agentes del orden.

Racistas, sin duda, por la tendencia a considerar unas razas superiores a otras, y por ende a discriminar a las inferiores. Salvajes, que es la cualidad o condición que, aplicada a los individuos civilizados, hace referencia a personas de comportamiento violento, desconsiderado o cruel. Por último, se conoce como gamberros a las personas incívicas y groseras. Las dos primeras creo que les vendrían al pelo.

Supongo que se han dado cuenta de que cuando de pequeños nos hablaban de las razas y nos citaban la amarilla, se pasaban en el tema del color. El chinito de las huchas, aquel de si es para el Domund, ya he dado, era amarillo ictérico, devorador de azafrán y hemos podido comprobar, ahora que nos venden todo tipo de chucherías, de comidas e incluso frutas, lo exagerado de la coloración de aquellas alcancías que tan alegremente repartían en los colegios, para lanzar a la calle a los felices recaudadores.

Hace cuatro semanas solicitaba más atención con el menguado patrimonio histórico de la ciudad, y en especial con la iglesia de La Concepción y su torre. Pensaba que su figura es tan simbólica, aunque más modesta, como la del Auditorio, y que con la luz que se emplea en iluminar a este una sola noche daría para todo un año a aquella. Con la cantidad de lucecitas, de guirnaldas que alumbran la capital, se ha tenido que quedar tristemente a oscuras. Y no quiero que piensen que lo hago en plan beato o carca de ideas retrógadas, que aun es peor; no, señores, totalmente equivocados. Es que para poder celebrar alegremente la Navidad, el nacimiento de Jesús, antes hubo de producirse el misterio de la Concepción.

José Luis Martín Meyerhans

609... en qué puedo desatenderlo

Con este título me refiero a la compañía MoviStar (número de atención al cliente), pero estoy seguro de que cuando este escrito se publique serán muchos los lectores que se sientan identificados, aunque sean de otra compañía.

Todo comienza con una llamada del 900101010, del departamento de autónomos. En dicha llamada, lo primero es felicitarme por mi fidelidad con la compañía (tres líneas y una media de más o menos 100 euros); a continuación, me ofrecen un cambio de contrato a autónomo con un consumo de 12 euros y un terminal de alta gama, después de preguntarme en reiteradas ocasiones que no tendría que cambiar de línea, sino que el cambio se realizaría sobre la línea a la que me estaban llamando. Acepté la oferta y mi sorpresa fue que días después recibí por mensajería el terminal (que no sé lo que entendería la operadora por alta gama), pero también una tarjeta con un número nuevo; es a partir de ahí cuando empieza mi desidia telefónica: muchas llamadas y horas al 609, 1485, 1486, 900101010? pasando de departamento en departamento y aguantando la típica conversación de operador: soy fulanito de tal, en qué puedo atenderlo. Tras 10 días, por fin conseguí que alguien entendiera y me indica que para cancelar la línea tenía que devolver el terminal, circunstancia lógica que acepté. En 2 ó 3 días vino a recogerlo un mensajero, tras lo cual, según indicación de la Srta. que me atendió, esperé 3 días y llamé para confirmar la cancelación y permanencia de la línea, pero mi sorpresa fue que la operadora que me atiende, después de volver a pasar por varios departamentos, me indica que según el sistema no podían proceder a la cancelación porque el terminal no se había recogido por dirección incorrecta. Tal era mi enfado y sentimiento de burlado que tras decirme que tenía que enviar por fax a no sé qué número el supuesto justificante, le indiqué que ya estaba bien de perder el tiempo, que denunciaría este hecho y que por todos los medios intentaría cancelar esta y todas las líneas que tenía. La denuncia está puesta ante la junta de Arbitraje de Industria y hasta la fecha no sólo no se ha solucionado, sino que ya me están cobrando la tarifa mínima y he tenido que empezar a devolver los recibos (con el prejuicio de estar en los famosos ficheros RAI, ASNEF y demás), y ya he cambiado a otra compañía la primera línea cuya permanencia se vencía. Lamentable gestión y un abuso increíble para el consumidor.

Luis Hernández

Sobre lo ocurrido en Los Silos

En respuesta a los escritos del periodista Francisco Ayala publicados días pasados en el periódico EL DÍA, referidos a un grave incidente ocurrido en las casas consistoriales de Los Silos, al ser descubierto "in fraganti" un empleado municipal observando a una compañera por un hueco realizado en la puerta del baño de señoras, y ante el silencio de las instituciones y administraciones públicas autonómicas y locales, me siento en la obligación profesional y moral de defender -aún sin ostentar cargo de representación alguno en este municipio norteño- no sólo al pueblo de Los Silos, en el que -según el periodista- nunca pasa nada digno de mención, por lo que dedica su "creatividad" a las mujeres que, con sus calificaciones machistas, nos hemos sentido tremendamente ofendidas. Al narrar lo sucedido, el articulista se muestra indulgente con una presunta infracción penal y burlesco con las violaciones del derecho de la intimidad que sufren las mujeres en este tipo de delitos, al afirmar que observar a una fémina desnuda en un baño mientras realiza sus necesidades "no es agresión ni siquiera insulto que pueda ser calificado de delito grave", denostando el ordenamiento jurídico español, que califica los hechos presuntamente ocurridos como posible delito de abuso sexual o contra la intimidad penados por el Código Penal, puesto que no sólo vulnera la intimidad, sino que atenta contra la libertad o indemnidad sexual de las mujeres.

Unos hechos de tal naturaleza no sólo conculcan derechos fundamentales como el de la libertad e intimidad personal, sino también el de la dignidad de la persona, fundamento de nuestro orden constitucional.

La lucha por la igualdad de las mujeres y contra la violencia de género de las últimas décadas hacen intolerables manifestaciones como las empleadas por el columnista, las cuales evidencian el menosprecio que algunos hombres siguen teniendo hacia las mujeres y la necesidad de seguir concienciando a la sociedad para que unánimemente luche contra esta lacra social.

A pesar de las caretas y falsos discursos, seguimos atrapadas en una sociedad machista, condescendiente con este tipo de delitos. Basta ya de medios, administraciones y órganos judiciales cómplices con la violencia de género. ¡Tolerancia cero ya!

Mónica Ceballos Hernández

Insensible con los indigentes

Después de haber presenciado en el último pleno la insensibilidad que hacia los indigentes mostró la edil de Asuntos Sociales en el Consistorio lagunero, no proponemos sacar a la luz los orígenes políticos de esa persona en cuestión, que a nosotros nos da la impresión que no es capaz de percibir o sentir emociones que conmuevan la capacidad de laborar para corregir tanta miseria como nos rodea en esta sociedad globalizada, para que los pobres sean cada vez más pobres en beneficio de los de siempre y de los manipuladores de la política, aquellos que suelen, como el camaleón, tornarse del color donde encuentren el dornajo común (el pesebre).

En el transcurso de estos años que llevamos de democracia, aunque a veces estamos convencidos de que se trata de democracia vigilada, en la que tienen gran protagonismo ciertos y determinados miembros del politburó de antiguos militantes del PC canario, estalinistas y grandes admiradores y propagadores, en su momento, de las doctrinas represivas del odiado dictador Chauchescu de Rumanía y que para mayor desvergüenza tenemos que ver a sus seguidores en esta mamandurria como "conversos" al "régimen" nacionalista de CC, e incluso ocupando puestos importantes de dirección en las cúpulas de comités locales, cabildos, ayuntamientos, Gobierno de esta nacionalidad, que se encontraron perfectamente posicionados en ese asalto al poder político-económico que tan bien han sabido programar todos aquellos que fueron adoctrinados en el fundamentalismo estalinista.

Si realmente aquel régimen chauchesquiano hubiera sido lo que con tanto ardor defendían los Mauricio y sus esbirros en la economía, relaciones internacionales y sociales, no hubiera sido derrocado en 1989, como consecuencia de haber ordenado al Ejército y a la Securitate disparar contra la población civil que se manifestó en una rebelión contra el genocidio, la represión y la ausencia de derechos y libertades civiles, así como la corrupción que, ¡por cierto!, tanto abunda en esta república bananera canaria. Y que estos "puros" del estalinismo no han sido capaces de contener, sino más bien han podido contribuir al actual estado de putrefacción en que se halla la política.

Fidel Campo

Sánchez