EL AÑO 2010 puede ser muy importante para Canarias, pues termina el plazo dado por el Comité de Descolonización de la ONU para la liberación de las colonias que quedan en el mundo. Lo que parece incomprensible es que durante el primer decenio dado para este fin, 1991-2000, los que estaban políticamente implicados en el proceso de independencia de este Archipiélago no hicieran absolutamente nada, y más incomprensible todavía que se hiciera público el segundo decenio en el año 2000 y que tampoco se reclamara nada al respecto.

Comenzaron los primeros años del nuevo milenio y el independentismo continuaba decayendo, o al menos estaba aletargado, mientras los falsos nacionalistas fortalecían sus estructuras partidistas en beneficio propio, al tiempo que nuestras Islas, las de los canarios, se sumían cada vez más en un caos económico agravado con la llegada de cientos de miles de foráneos. Ya en el año 2003, el panorama de la economía de Canarias se vislumbraba bastante confuso porque era previsible que el auge de la construcción en zonas turísticas llegaría a su fin, aunque con el engaño de las ayudas europeas la mayoría de la gente no se daba cuenta de lo que se nos venía encima. Tema éste que se trató ampliamente en las tertulias de Radio El Día.

El 20 de octubre de 2005 publiqué en este periódico un artículo titulado "La invasión azul y el petróleo en Canarias". En ese artículo hacía referencia a "un fantasmagórico auge económico" y que el sentir de la mayoría de los canarios, según datos oficiales, era que estábamos siendo invadidos. Asimismo manifesté que "no estamos en contra de nadie, ya que todos los seres humanos tienen derecho a vivir dignamente, pero los canarios también". Se denuncia en ese artículo la desidia de los gobernantes en relación con el daño social, económico y cultural que la población canaria ya estaba sufriendo y recordé que las Islas Canarias estaban dentro de las aguas jurisdiccionales de Marruecos, y terminé preguntando por qué el Gobierno español no daba los pasos necesarios para que en Canarias se pudiera establecer la mediana marítima con Marruecos, que en realidad me refería a que España descolonizara Canarias. Pero no hubo reacción por parte de independentistas, por lo que me abstuve hasta un año después, cuando publiqué otro titulado "Canarias con fronteras".

Debido a este horizonte incierto pensé que había que reactivar el sentimiento nacionalista con algo nuevo, con perspectiva de futuro, basado en la realidad de canarias y en sus necesidades. Por ello se fundó el MP, una organización que después de tres años de su legalización comenzó su andadura principalmente apoyada por gente anónima. En poco más de un año hemos instado la libertad para estas Islas al Gobierno de España, a su Majestad el Rey, al Congreso de los Diputados y al Senado españoles, en primer lugar, y, posteriormente, a la Comisión Europea, para culminar la petición de descolonización ante la ONU.

Pero esto no ha sido un proyecto como resultado de la coyuntura actual. Ha sido algo planificado desde que retorné de la emigración en 1976; pues diez años antes, en Inglaterra, una profesora que tuve me transformó cuando me dijo que Canarias era una posesión española y que los guanches no habían sido exterminados, como nos habían dicho en la escuela, sino que se adaptaron a la nueva sociedad impuesta. A esta gran señora no supe ni dar respuesta a qué cantidad de barcos pasaba anualmente por los puertos canarios, ni cuántos habitantes tenían estas Islas, para su asombro y mi vergüenza. Ignorancia a la que estaba sometida la gran mayoría de los canarios, como es normal en una colonia.

No me gusta personalizar ni hablar de mí, pero deseo manifestar que me han hecho sufrir mucho por defender esta tierra nuestra maltratada. Me imaginaba que no iba a tener ayudas oficiales en mis proyectos culturales, que a su vez eran un medio para nuestra liberación, y así ha sido. El sistema colonial me ha seguido muy de cerca. Intentaron echarme de la Universidad cuando fui a estudiar Geografía e Historia, me excluyeron de ferias de libros y he tenido que hacer frente a grandes dificultades económicas, pero las he superado. Por la nación canaria y el mundo seguiré luchando; algo que queda patente en mi libro "Renovación Social", a nivel planetario, pues no sólo me preocupan la soberanía y progreso de Canarias.