COMO OTRAS MILES de personas que concluyen estos días sus vacaciones navideñas he tenido que sufrir los rigores de los controles de seguridad en los aeropuertos. El último intento de atentado aéreo en Estados Unidos ha vuelto a disparar todas las alarmas y está llevando a los responsables de seguridad a reforzar las medidas tendentes a intentar detectar que no se les cuele ningún terrorista en los aviones.

Por lo pronto, en Estados Unidos ya han anunciado que quienes quieran viajar tendrán que acudir tres horas antes al aeropuerto, medida que también va a ser adoptada en Europa.

No hay ningún pasajero que no quiera que haya medidas de seguridad eficaces, pero ¿de verdad lo son las que ahora se aplican? La realidad es que el último intento de atentado aéreo por parte de un joven nigeriano ha revelado un enorme fallo de las agencias de inteligencia. Y es precisamente en el terreno de la información donde se debe de ganar la batalla al terrorismo más que en dedicarse a hacerse desnudar y descalzar a los sufridos pasajeros en los controles aeroportuarios.

Si los distintos organismos de Estados Unidos y Europa, encargados de la información antiterrorista, hubieran funcionado adecuadamente, el terrorista nigeriano jamás habría llegado a subir en un avión. Es más, debería de haber estado detenido y a buen recaudo.

Sea porque los múltiples servicios de información estadounidenses continúan sin estar coordinados y no comparten información, sea porque tampoco lo están los europeos, el caso es que los gobiernos se dedican a adoptar medidas rigoristas para el común de los pasajeros en vez de hacer eficaces los servicios antiterroristas que son quienes de verdad puedan combatir el fenómeno de Al Qaeda.

Convertir el viajar en una auténtica pesadilla en que el pasajero tenga que dedicar seis o siete horas a, por ejemplo, hacer un viaje en avión que no durará ni una hora es una confesión de inutilidad, de que no funciona el sistema.

Los gobiernos adoptan esas medidas realmente rigurosas con los pasajeros más para hacer ver que hacen algo eficaz que porque realmente crean que son eficaces en sí mismas.

Es absurdo, por ejemplo, que impidan llevar un frasco de colonia en el equipaje de mano y, sin embargo, lo permitan comprar una vez pasado el control de seguridad.

En cuanto a Al Qaeda y familia, ya no se sabe si son una "marca" bajo la que operan distintos grupos, y quién sabe si incluso hay Estados que mueven sus hilos. En todo caso, la manera de combatirlos es, insisto, la información y no dedicándose a quitar un frasco de colonia a un pasajero en un control del aeropuerto.