LA HISTORIA se repite... a peor. Meses atrás, escribimos aquí mismo sobre el Plan General redactado pensando en el futuro de Tacoronte. Entonces apuntamos como causa principal del desbarajuste que se produjo en la población la falta de información detallada sobre lo que se había diseñado, subrepticiamente, en despachos y que iba a transformar la fisonomía de la zona. La especulación urbanística por encima de la protección a la agricultura terminó en un pleno que obligó al alcalde a tirar la toalla, quedando en suspenso el citado Plan.

En Santa Cruz de Tenerife, otro diseño redactado con el loable fin, también, de ordenar la ciudad para los próximos diez, quince o veinte años provocó, como en Tacoronte (salvando las distancias), que sus habitantes accedieran a los planos y que tropezaran con algo nuevo de lo que nadie había hablado no en los últimos años, sino nunca. Es la controvertida figura jurídica "fuera de ordenación" que, parece, tiene mucho que ver con el futuro, las herencias, las hipotecas, la vida útil de la propiedad, los impuestos, las reformas y las nobles intenciones del propietario de ejercer la donación. Pero, como es inherente a toda controversia, han aparecido muchas opiniones encontradas y, como es natural también, el ciudadano de a pie se encuentra incómodo, confuso y despistado. Ésa es, precisamente, la labor del político.

Es plausible, sin embargo, que la concejal de Urbanismo se haya preocupado por explicar en los barrios, semanas antes de que los aledaños del ayuntamiento del Chicharro se convirtieran en alborotos manipulados desde trincheras estalinistas, qué significa urbanismo en una ciudad y, sobre todo, que el mensaje lo haya transmitido en los diferentes institutos del municipio. Claro que Luz Reverón, como su mismo nombre sugiere, proyectó un paisaje urbano luminoso que nada tiene que ver con la espantosa realidad que el ciudadano se ha atrevido a denunciar en forma de alegaciones, incluso desconociendo el alterador fuera de ordenación.

Nunca imaginamos que se produjera el espectáculo bochornoso vivido en el salón de plenos... y en la calle. Es inadmisible que los concentrados insulten y difamen groseramente a los representantes democráticamente elegidos. Pero es igualmente reprochable que algunos de éstos califiquen como chusma a los que les increpaban, con lo cual ellos mismos se sumergieron en el caldero hirviendo de exabruptos (los árbitros tienen más temple... y ganan menos). Ante la prepotencia del alcalde, Ciudadanos de Santa Cruz supo expresar, certera y educadamente, las inquietudes de los vecinos y los posibles caminos a seguir para que el Plan no entrara en otro callejón de convulsiones sin salida; el portavoz neonacionalista se enfadó porque lo llamaron Albertito; el representante de sí mismo, Ignacio González, soltó una ristra de disparates que, quizás, le quiten el sueño durante unos meses; Ángel Llanos, portavoz de los "populares", relató una sola verdad: el ayuntamiento se encontraba en estado de sitio (nunca se había visto tanto policía y esto no favorece ni a la Casa de los Dragos ni a la Ciudad) y, tapándose la nariz, votó; y el vocero de los socialistas-obreros leyó un escrito redactado en la academia del igualmente obrero Pérez. Por cierto, José Ángel Martín tendría que asistir a clases con un logopeda (como otros y otras) para así, más pronto que tarde, conocer su propia fonación y no la de su amantísimo maestro. Su organización en Santa Cruz no tiene remedio. Cuende y Rivero tienen más credibilidad. Este escenario destartalado conforma el actual limbo municipal.

Sintonizamos con el arquitecto José Ángel Domínguez Anadón cuando afirma que "en estos momentos estamos en el chavismo, donde lo que importa es el escándalo y el daño que se le hace al adversario, pero no la resolución de los problemas". Respecto al fuera de ordenación manifestó a nuestro periódico que "los afectados estén tranquilos, no habrá merma de plantas". Por otro lado, el secretario del ayuntamiento señaló que "la aplicación del régimen de fuera de ordenación supone importantes limitaciones del contenido de derecho de propiedad". Y el alcalde, después del paso de la marabunta, asegura que los afectados pueden solicitar y obtener certificación sobre su vivienda con todas las garantías. Será, pensamos, después de que la Cotmac se pronuncie. ¿O no?

En fin, lo que tenemos claro es que quienes estamos fuera de ordenación somos nosotros y unos cuantos amigos que, de vez en cuando, nos reunimos para tratar de arreglar el mundo.