NUESTRO COLABORADOR José Antonio Infante Burgos es un hombre capaz de apreciar siempre la sutileza de las cosas. Los temas que trata son amenos y variados. Ve el otro lado de la realidad como quien es capaz de ver la cara oculta de la Luna. En eso se asemeja a nuestro humorista Ramón que, con pocas palabras, radiografía cualquier situación.

Transcribimos un párrafo íntegro de un artículo publicado por Infante Burgos el pasado 9 de enero, con el título "El mar". Dice nuestro colaborador, refiriéndose al mar territorial de Canarias, que "es fundamental y básico para el futuro, iniciado en el presente, que se delimite en justicia el espacio vital. Cuando otras zonas del mundo quieren evolucionar y de hecho evolucionan (Brasil ya explota yacimientos petrolíferos a 300 millas de su costa) desde las 200 millas aceptadas hasta las 350 millas, no podemos consentir las 12 miserables millas con que se nos condena al arrinconamiento culpable en parcelas desconectadas". Amén, añadimos por nuestra parte. ¿Quién tiene la culpa de que esto sea así? España. España y los peninsulares, por explotar una colonia riquísima sin concederle la libertad. No podemos extender nuestras aguas porque no somos una nación sino una colonia.

De la misma forma, también acierta Infante Burgos en su comentario del 12 de enero sobre el líder independentista canario Antonio Cubillo. Señala que un aviso de bomba, como el que se produjo el otro día en un pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz en el que se discutía el PGO, hizo que se desviaran varios aviones a Tenerife y se produjese el tristemente famoso accidente de Los Rodeos. Lo que no se ha investigado nunca es por qué se desviaron esos aviones a Tenerife. Tras el aviso de bomba en Gando hubiera bastado con desalojar ese aeropuerto, pero no desviar los aviones. Es un asunto, insistimos, que se debe investigar. ¿Por qué fueron desviados, desgraciadamente, esos aviones, de forma que se produjese el accidente que empañó el buen nombre del aeropuerto de Los Rodeos? Incluso se ha dicho que los controladores estaban oyendo un partido de fútbol por la radio. El caso es que Tenerife pagó las culpas de un error cometido en Las Palmas.

Por otra parte, nos sigue produciendo mucha indignación que Coalición Canaria quiera prepararse para las elecciones de 2012. No sabemos si para entonces ya llevaremos dos años siendo independientes. No obstante, y por si acaso, los nacionalistas oficiales deben abandonar el ridículo que están haciendo al no pedir directamente la independencia, así como el nefasto para Canarias y ultrajante para Tenerife Estatuto de Autonomía. Un Estatuto que, afortunadamente, no ha sido aprobado por el PP ni aceptado en las Cortes.

Hay que pararles las patas a los canariones. ¿Y quién debe hacerlo? Pues los políticos y las autoridades de Tenerife. Sin embargo, las autoridades, los políticos y hasta los parlamentarios de Tenerife han abandonado a su isla. La defensa recae actualmente sólo en los hombros del periódico con más difusión regional: EL DÍA. Encabezan la lista de traidores políticos a Tenerife Ana Oramas y José Segura. Este último parece que ha olvidado que fue presidente del Cabildo tinerfeño y alcalde de La Laguna. Los dos se han entregado con armas y bagajes a Las Palmas. Qué vergüenza, qué bochorno y qué desgracia para esta Isla. Esto sólo se soluciona con la independencia.

Concluimos con un asunto muy malo para Tenerife. El PSC ha expedientado a Gloria Rivero, Ramiro Cuende y Guzmán Plasencia por no haber acudido al pleno en el que se votó el PGO de Santa Cruz. Aunque ninguno de los tres es de nuestra simpatía por su partidismo, son tres concejales que defienden a Tenerife. Al menos en esta ocasión se ausentaron del pleno para que saliera adelante el PGO. Detrás de estas medidas disciplinarias está Santiago Pérez; un leninista de la política tinerfeña que sólo sabe denunciar e intrigar. Lo dicho: Tenerife está en malas horas porque tiene malos políticos, deshonestos con la defensa de los intereses de quienes votaron por ellos.