ONCE MESES, a partir de ahora, son muchos meses de espera, pero comparados con los meses, que cuentan casi un siglo y más, en que el puerto de San Sebastián de La Gomera espera para que se ocupen de él con más interés tanto el Ministerio de Obras Públicas, cuyas funciones han pasado al departamento de Medio Ambiente, como, antes, el Grupo de Puertos de la Provincia a la actual Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife.

He mencionado, por orden, los organismos que han tenido la responsabilidad de las obras de los puertos desde que tengo uso de razón hasta el momento presente. He conocido el puerto de San Sebastián desde que, cuando pequeño de pocos años iba y venía a La Gomera desde Santa Cruz, donde me trajo mi madre a los pocos meses de haber nacido en la capital de la Isla Colombina. Primero, tomábamos la lancha o la falúa en un pequeño embarcadero amañado cerca del principio del antiguo muelle de la Villa que llamaban La Caleta. A veces, cuando el mar estaba bastante agitado, teníamos que ir, en coche o a pie, hasta un pequeño muelle que se construyó, pasando por un túnel, en el litoral de la parte opuesta de la Ila que así se llamaba el cabo que formaba la punta de la montaña, donde debería terminar el futuro muelle. Desde el bajío de La Caleta, a cuyo nivel debía comenzar el muelle propiamente dicho, se abrió una calzada, en forma de carretera, hasta la Punta de la Ila y por allí caminaba la gente y, más tarde, pasaban los carros y los coches para dejar carga o personas en el embarcadero que se habilitó en la Ila. Más tarde, se hizo transitable la superficie de rodamiento del muelle, pero hasta años después no se dispuso una línea de atraque bastante limitada donde podía operar un barco de la eslora de los antiguos "correos negros", de los que se conserva aún, como pieza de museo, el que lleva el nombre de "La Palma". La flota la formaban, además de este barco, el "Viera y Clavijo" y "León y Castillo", todos iguales. Correos también del mismo tipo pero menor eslora, servían las líneas interinsulares. Eran el "Gomera", el "Fuerteventura" y el "Lanzarote", que tocaban en los puertos secundarios de las islas como Hermigua, Valle Gran Rey, Garachico, Puerto de Cabras (luego Puerto del Rosario) y otros del Archpiélago. A estos correos no sé por qué los llamaban "comerciales" y, a los grandes tipo "La Palma", "oficiales", que sólo tocaban en puertos capitalinos de las Islas.

Pero, al cabo de los años y después de obras aisladas, pequeña dársena deportiva y prolongación del muelle principal, así como estación de pasajeros, el puerto de San Sebastián de La Gomera entra en una nueva etapa. Dice el presidente de aquel Cabildo, Casimiro Curbelo, a quien admiro y con cuya amistad me honro, que la ampliación de las obras portuarias estará terminada para finales de este año. Los trabajos ya están comenzando y avanzan a buen ritmo. En cuanto a escalas de grandes trasatlánticos, desde octubre hasta final de año llegaron 20 y se esperan muchos más. Actualmente se trabaja ya en prolongar cien metros el dique de abrigo, que es una ampliación notable de la línea de atraque para dar mayor cabida a los "liners" que se esperan. Y el progreso económico y comercial de La Gomera, con estas escalas turísticas, está cantado. Ahora hay que apresurarse con las obras insulares de las que Curbelo, que ya lo es, seguirá siendo motor.