LA PRESENCIA en Canarias de la ministra de Medio Ambiente del Gobierno de España, Elena Espinosa, forma parte de una infame visita colonial. Nuestros amos peninsulares siguen viniendo de inspección como se hace siempre con una colonia; como va el dueño a la finca después de un temporal para que el medianero le dé cuenta de los desperfectos. Eso es una indignidad para los canarios. Ya es hora de que no nos visite nadie por estos asuntos, y menos una miembro -o "miembra", como al parecer se dice ahora- del Gobierno de la nación que nos sojuzga y se niega a concedernos nuestra inaplazable libertad. Los isleños debemos tener soberanía nacional para resolver nuestros propios problemas. Y si los daños producidos por un fenómeno meteorológico son catastróficos, ya pediremos ayuda al mundo.

Lo que más molesta a los tinerfeños de bien es que la ministra aparezca acompaña por la delegada del Gobierno en Las Palmas, Carolina Darias. Eso presupone que la máxima autoridad estatal del Archipiélago está ahora en la tercera isla. Aunque la señora Darias aparezca muy ufana junto a la ministra, le recordamos que sólo es la representante del Gobierno de la Metrópoli que nos encadena. Además, se trata de una representante con despacho en Las Palmas, que es donde tienen su cabecera los partidos metropolitanos PP y PSOE. Ya no son los capitanes generales los que, residenciados en Tenerife, visitan las otras islas cuando es necesario; ahora es una delegada del Gobierno con domicilio en Las Palmas quien nos visita a nosotros. Eso es una indignidad para Tenerife. ¡Cuánto ha perdido política y administrativamente Tenerife! Nos gustaría que nos explicasen esas humillantes visitas -en el caso de Tenerife vejatorias por partida doble- los detractores de nuestra línea editorial. A la señora Espinosa sólo le faltó el salacof y la falda o pantalón corto de color blanco. No le demos más vueltas: estamos sometidos a los peninsulares.

Hemos hablado de la desafortunada presencia de una ministra socialista. Nos preocupa cada día más la inestabilidad de todo el Gobierno de Zapatero. Lo que está ocurriendo con las pensiones es sintomático de que el socialismo hunde a España en la miseria. Una mala noticia para la nación que nos sojuzga, pero todavía peor para nosotros, pues al estar uncidos a ella por el yugo colonial vamos a correr la misma o peor suerte. Lo que autorizó el Consejo de Ministros sobre las pensiones ahora resulta que sólo era una figuración; el Ejecutivo ha dado marcha atrás apenas los sindicatos han presionado. ¡Qué desastre!

También nos preocupa el dinero que va a destinar el Gobierno de Canarias a la banca que opera en el Archipiélago, con el fin de que conceda créditos en condiciones favorables a las pequeñas y medianas empresas. Confiamos en que ese dinero llegue realmente a los empresarios. Es decir, que no ocurra lo mismo que sucedió en su día con la banca española.

Acabamos este comentario con un tema polémico como es la futura Universidad de La Orotava. Un proyecto al que se opone la Universidad de La Laguna ¿Por qué es tan valiente la ULL con La Orotava y sin embargo se calla ante Las Palmas? La Universidad de La Laguna permitió en su día que se creara la innecesaria Universidad de Las Palmas, que los de allí llaman de Las Palmas de "Gran" Canaria. Hasta en lo académico son ampulosos. Nos parece que el rectorado de La Laguna está siendo cómplice de los manejos canariones para que crezca una institución que nunca debió nacer porque resultaba superflua y porque un centro de estudios superiores no es una escuelita que se organiza de hoy para mañana. Lamentamos que el rector lagunero no entienda que La Orotava refuerza a La Laguna. Tenerife, la principal y más poblada isla del Archipiélago, tiene dos aeropuertos, pronto tendrá dos grandes puertos y también contará con dos universidades, por mucho que le pese a la envidia amarilla.