EL PARTIDO Socialista ganó las dos últimas elecciones sin mayoría, lo que los obligó a pactar con el arco parlamentario de la izquierda más radical. También compró a los sindicatos y obtuvo la anuencia de nuestros inefables de Coalición Canaria, los que dicen amén por menos de nada. Esto quiere decir que, con esos pegados, los socialistas han gobernado nuestro país llevándolo al desastre más esplendoroso. Ahora se ven obligados, por recomendación del Rey, a buscar un pacto nacional a modo de frente popular, para seguir en el "machito" y para ganar tiempo y ver si el temporal escampa o alguna circunstancia desconocida les puede seguir amparando.

Piden al PP que arrime el hombro, pero es simplemente para que se responsabilicen de su mala gestión y que el votante los reprima también. Si la cosa empeora, algo casi seguro, ellos serán igualmente culpables; es decir, el modo de entender la política del presidente Zapatero es "que todo el mundo es culpable de la situación", menos ellos. Bueno, sólo un poquito. Mientras, nuestro presidente canario, don Paulino Rivero, dijo que a Rajoy aún le falta consolidarse para llegar a la Moncloa, y que Zapatero tiene una buena estrella y confía mucho en su suerte. Un buen diagnóstico, si no fuera porque el hado está hundiendo el país en la miseria, o mejor dicho, nos ha estrellado. Aún así, considero al señor Rivero un hombre honesto y muy trabajador, pero ya hablaré de él en otra ocasión.

Si cualquiera desea comprobar las mentiras del presidente Zapatero, les recomiendo hacerse con algunas de las revistas económicas que nos venden los diferentes medios de comunicación escritos. Cuando no tengo tiempo de leerlos durante la semana, los guardo, incluso durante largos periodos, y precisamente reciclándolos, he comprobado las afirmaciones en fechas pasadas. Dijo Rajoy el 6 de septiembre en Empresa: "España necesita reformas, austeridad y bajar impuestos". Días atrás en el parlamento pidió reducción de cargos públicos y austeridad en el gasto, y Zapatero se niega, además de liarla con las tributaciones, porque ahora el Gobierno no sabe si subirá el IVA y aumentará los impuestos. El 14 de febrero, en la misma revista, los expertos afirman que: "Hasta que la deuda aguante, el vendaval del gasto público amenaza con llevarse por delante el paraguas del Estado. España está bajo la lupa europea"; y Zapatero se va a entrevistar con el "premier" inglés, que está más o menos a su mismo nivel, y además se retrata con el nefasto presidente de Grecia. Ustedes lo entienden; porque yo no.

Precisamente, en esa revista de ABC, el chaparrón de denuncias que hacen los expertos en economía sobrecoge al más pintado, y uno se pregunta si nuestro presidente lee, estudia, escucha opiniones y piensa en los 600 asesores que trabajan para él. ¡Algún valiente debería decirle lo que pasa!

Transcribo lo que dice Mario Weitz, profesor de ESIC y consultor del Banco Central: "Los errores del Gobierno se han acumulado con sus últimas actuaciones. Ir a Davos con Grecia y los bálticos, presentar un ajuste en Bruselas y modificarlos inmediatamente, pensar en una conspiración de la prensa internacional, tratar de llevarse bien con los sindicatos, que no aceptan reformas..., no se puede hacer una tortilla sin romper huevos".

En fin, una amalgama de informaciones coincidentes. Por eso he imitado el título de la pegadiza canción de Sergio Dalma. "Bailar pegados no es bailar", es lo que debió pensar Zapatero, ahora que quiere sacarse de la manga eso de querer pactar con los que ya tiene firmado un pacto. ¡Qué incongruencia!