1.- He estado en Barcelona unos días. Voy dos veces al año, ejerciendo de comprador consorte. El nuevo aeropuerto del Prat es una pasada; para mí, mejor que el de Madrid, más funcional y cómodo. Más plano, menos hondo y sin el coñazo del trenecito. A los catalanes, que son muy suyos, hay que conocerlos y entenderlos. Lo que quieren lo consiguen. La actividad comercial es frenética y hay menos crisis que en el resto del Estado; yo diría que mucho menos. Una cita en el atiborrado Botafumeiro, unas vieiras exquisitas y unos paseos por Gracia y por la Diagonal intentando ponerme en forma y sin conseguirlo. Demasiadas tentaciones en una gran ciudad, que cada vez me cautiva más. Hay fiebre del Barsa aquí y yo paso de eso. Da gusto caminar por Barcelona, viendo tiendas y modas y observando a la gente. El Majestic sigue siendo el Majestic, aunque con la calefacción un pelín alta; y si huyes de las marcas conocidas y repetidas y buscas tiendas pequeñas y de gran solvencia, aciertas. La moda no está en las marcas de siempre; hay que afanar cosas nuevas. Por cierto, la comida en la clase Club de Air Europa, exquisita. Felicidades a mi amigo Hidalgo, al que hace tiempo que no veo y ya tengo ganas. Es el dueño de la compañía aérea citada, que por cierto va muy bien. Al contrario que Iberia, por lo que leo en las revistas económicas.

2.- Me compré unos zapatos, de esos que están de moda, de fieltro, bordados, un tanto amariconados. Pero en vez de con mis iniciales grabadas en el empeine, con una calavera, que dedico a mis numerosos enemigos. Es broma, no le deseo calaveras a nadie. Me llama la gente para decirme que empiezo a estar otra vez de moda: me citan en las radios, en los confidenciales y en las televisiones, un día si, otro también. Qué bien. Y pensar que yo mismo creía que estaba acabado. Camino por el Paseo de Gracia y me saluda una pareja de tinerfeños. Uno no se puede escapar a ninguna parte, por lo que veo. Qué malos son los periódicos catalanes, muy localistas, muy pesados con las cosas de la región. Los de Madrid son más universales, más generalistas, más leíbles. O esto creo.

3.- Eso de Barcelona es bona si la bolsa sona es cierto. Yo creo que la ciudad es más cara que Madrid, aunque hay de todo. En las vías principales se ven los mendigos de la multinacional rumana que los explota. Nadie les hace ya puto caso, si acaso un americano despistado que saca su cámara para retratarlos y deja su óbolo en el plato. Lo he pasado bien estos tres días, sin llamadas molestas y sin la envidia de aquí.