DENTRO DE UNOS DÍAS, y en nuestra última página (que admite color) publicaremos un gráfico que nos envían nuestros colaboradores de la Comunidad Canaria en Londres, con el texto de una carta dirigida a un catedrático de Historia de la Universidad de La Laguna. Dicho texto, que acabamos de recibir, es un dechado de sensatez y un hermoso ejemplo de amor a nuestros antepasados, que es lo mismo que decir amor a nosotros mismos; a quienes en la actualidad vivimos colonizados en nuestra propia tierra canaria. Una carta, en fin, patriótica, sensata, decente y ejemplarizante. Una carta que dará que hablar. Hay razones que todavía se esconden por temor a la Fuerza. Sin embargo, existe otra fuerza que se impondrá si las leyes universales se cumplen antes de que concluya este año de 2010. Y vamos a nuestro tema de hoy. Un tema, como todos, con fondo, aunque en días como hoy, cuando escribimos un editorial, podemos exponer nuestras ideas con más extensión que en los comentarios habituales.

Saben los lectores que en nuestra edición dominical mantenemos la sección titulada "Galería de retratos", a cargo de ese gran artista y valioso colaborador de esta Casa que es José Carlos Gracia. El domingo último incluíamos uno de sus cuadros titulado "Amanecer en Anaga". En él aparece la imagen de un guanche con su palo y junto a su perro. Acompañaba a este majestuoso lienzo un texto de nuestro articulista diario Andrés Chaves, también valiosísimo colaborador de esta casa. De lo escrito por Chaves en esta ocasión rescatamos unos párrafos, para nosotros, muy significativos: "Enamorado del volcán, que era su dios, el guanche trasmitió su orgullo de generación en generación. Anaga responde al asesino con puestas de sol maravillosas y cumbres escarpadas llenas de vegetación. En sus umbrías descansan los guerreros guanches con la única protección de la piel de sus ovejas y las lanzas puntiagudas de aceviño. Esas serán sus armas contra los trabucos y las espingardas, contra las lanzas de hierro y las ballestas. Malherido va a quedar el hombre después de la batalla, pero conservará su dignidad intacta, jamás soltará su añepa, que le confiere autoridad sobre su tierra del alma. Las lágrimas de sus mujeres permanecen a través de los siglos y se tornan en fluidos barrancos de lluvia y de lava. Canarias, una palabra hermosa, honrada por sus guerreros del pasado. Y el guanche, erguido y orgulloso, sentado en sus tagorores o apostado a la entrada de sus cuevas, rodeado de sus bellas mujeres y de su grey infantil. El cuadro es la realidad; más tarde llegó la sangre. Pero la sangre no es el final".

Este tema o, mejor dicho, este asunto de los guanches es para nosotros el fundamento primero y esencial para la consecución de nuestra independencia, pues hunde sus raíces en el martirio de nuestros antepasados; un martirio que les impuso el conquistador español. Sólo por la necesidad de honrar la memoria de los guanches hay motivo suficiente para que luchemos, por la vía pacífica pero sin tregua, hasta liberarnos del yugo español.

Afortunadamente, cada vez son más los canarios que están en ese camino. También en nuestra edición del domingo publicamos la reseña de un debate titulado "Guanches: pasado y futuro de Canarias", en el que participaron cinco dignísimos patriotas: Antonio Cubillo, abogado y político; Isidro Rodríguez Cedrés, del Centro de Estudios Imazighen; José Luis Concepción, licenciado en Historia y escritor; Melchor Hernández Castilla, psicólogo e investigador; y Francisco García-Talavera, coordinador insular de museos.

No hay ni una sola palabra de sus manifestaciones que sea insensata o inexacta. Todas sus intervenciones en este debate han sido magistrales. Su pensamiento es auténticamente canario, muy diferente al de los malditos "intelectuales" que han infiltrado nuestra amada y malhadada Universidad de La Laguna, de la misma forma que la enfermedad infiltraba los pulmones de los tuberculosos y los llevaba a la tumba. Personajes deleznables estos infiltrados que, con el título de profesores y catedráticos, actúan contra Tenerife y sus habitantes. Qué distintos, en cambio, los patriotas que han participado en el citado debate de EL DÍA. Nada de lo dicho por cualquiera de ellos, insistimos, tiene desperdicio ya que las declaraciones de todos son muy jugosas. Sin embargo, destacamos lo dicho por García-Talavera respecto a la herencia genética de los guanches: "Está más que demostrado, según los estudios que ha llevado a cabo la Universidad de La Laguna, que un 60 por ciento del ADN de los actuales canarios, nacidos aquí o de segunda y tercera generación de las Islas, procede de los guanches. Incluso, existe un marcador genético único, el U6B1, que así lo demuestra. Un descubrimiento más para confirmar las teorías de que los guanches eran bereberes y procedían del Norte de África". Aquí hacemos un inciso para nombrar y felicitar a los redactores que dirigieron y transcribieron el debate, Gema Jiménez y José D. Méndez, que han dejado muy alto el pabellón de ese buque insignia del periodismo canario que es EL DÍA.

El principal fundamento para reclamar nuestra independencia es precisamente la observación realizada por Francisco García-Talavera sobre nuestra herencia guanche. Somos los descendientes de los dueños de unas islas que fueron expoliadas y saqueadas tras infligir un genocidio a sus habitantes. El derecho de nuestra tierra ya existía cuando fue invadida por las tropas regulares y mercenarias de Castilla, capitaneadas por los adelantados españoles. Los españoles perpetraron en Canarias los mismos crímenes y abusos que cometieron en tierras peninsulares con los judíos, moriscos y celtíberos, apoyados por la odiosa Santa Inquisición que también aplicó sus torturas en Canarias y América.

No menos importante para nuestra independencia es el deber inexcusable de recuperar nuestra identidad como canarios, como nación canaria; una identidad que existía antes de la conquista. ¿Qué es eso de ser nativos aborígenes o indígenas de una colonia, y no habitantes de una nación? ¿Qué es eso de ser ultraperiféricos de los 27 países de la UE, es decir, seres inferiores a los ciudadanos que proceden de esos países?

¿Por qué ser inferiores y avengonzarnos ante los españoles continentales, ante los europeos todos? ¿Por qué somos inferiores a los malteses, a nuestros vecinos, los caboverdianos -los isleños de la nación Cabo Verde-, a los monegascos, a los andorranos -todas naciones pequeñas como las islas menores de Canarias, pero soberanas y con asiento y bandera en la ONU-; a los habitantes de las Seychelles, a los de Madagascar, a los de Liechtenstein, a los de San Marino, y otros países libres, ricos y prosperando día a día? Menos identidad y libertad, los canarios lo tenemos todo: riqueza que se la llevan España y Europa; posición geoestratégica única en el mundo... ¡Qué vergüenza seguir colonizados!