ES LA PARTE más dolorosa y a la vez menos digerible de esta maldita crisis. Un cuarto de millón de personas en las Islas no tiene el medio con el que ganarse la vida, y eso a pesar de que nuestros sueldos son los más bajos de Europa. Ya les vale a muchos de los nuestros conseguir un trabajo en el que les paguen 1.000 euros al mes, ¿mileuristas? ¡Ojalá! con saltos mortales incluidos que darían los agraciados. El capitalismo debería propiciar que en un territorio que se supone europeo y por lo tanto dentro de este club de egoístas se localicen fábricas que con parámetros CE produjeran bienes demandados por África o América (medicamentos, ópticas, herramientas. Mobiliarios, etc.). No hay mejor ubicación en las exigencias de seguridad, costos (sueldos o transportes), garantía, preparación, competitividad y orden, para una industria ligera o de componente tecnológico destinada a abastecer mercados que hoy por hoy adquieren, por los lazos e inercias con sus antiguas metrópolis, estos productos en los centros industriales del viejo continente en condiciones mucho más onerosas y rígidas para ellos, llegando sólo a sus elites y provocando que "el poco pero muy rentable" se imponga al "mucho pero muy ajustado" que podríamos ofrecer desde ese punto de vista a nuestro entorno. Los jóvenes emigran o entran al ejército, muchas alternativas más no existen.

El número de parados registrados en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo (INEM) en Canarias en el mes de febrero aumentó en 4.009 personas, lo que supone un crecimiento del 1,58 por ciento respecto al mes anterior, según los datos facilitados para febrero por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Con esta cifra, el número total de desempleados en la Comunidad Autónoma se sitúa en 257.939 trabajadores. Asimismo, en términos interanuales, aumentó en 30.233 personas, lo que representa un incremento de un 13,28 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. En el conjunto del Estado, el número de parados subió en 82.132 personas en febrero, un 4,19 por ciento respecto a enero, con lo que la cifra total de desempleados se situó en 4.130.625 personas.

En la línea de intentarlo, buscando la apertura del grifo ante las condiciones tan estrictas impuestas por el sistema financiero y habiéndose perdido con las gaitas del adoctrinamiento papanata demasiado tiempo, el Gobierno ha propuesto medidas dirigidas al sector de la construcción con las que espera que se creen en dos años 350.000 empleos en esta actividad. Como en el cuento de la lechera, la vicepresidenta segunda, doña Elena Salgado, propone actuaciones urgentes dirigidas a buscar trabajo para los desempleados de la construcción en ámbitos "conexos" al suyo: el de la rehabilitación de viviendas y la eficiencia energética de los edificios, que habría que adaptar a la climatología del Archipiélago. ¿Planta turística?

También se lanza al ruedo de las ideas articuladas una línea del ICO (Instituto de Crédito Oficial) para que "ningún proyecto (empresarial) viable se quede en el cajón", con especial atención a las pymes y los autónomos, con préstamos directos del ICO de hasta 200.000 euros con cobertura de riesgo del 100%.

Para este sistema de crédito directo, se convocará un concurso entre las entidades financieras para elegir a la que lo comercialice, que sólo tendrá este cometido, por el que recibirá una contraprestación, pero será el Instituto el que asuma "completamente" la cobertura del riesgo de estos préstamos, dijo la ministra.

La vicepresidenta segunda espera contar con el consenso de los partidos para este sistema de préstamos públicos, aunque recordó que coincide con muchas de sus demandas.

Salgado prometió, además, que este año las líneas de crédito del ICO, en general, no tendrán límite cuantitativo absoluto para poder prestar "todo el dinero que sea necesario", y explicó que los créditos que conceda este organismo no provocarán un aumento de la deuda pública porque se financian en los mercados con "buenas condiciones". El ICO también asumirá un mayor riesgo en las otras líneas en las que ya actúa como mediador, y dicho riesgo se elevará hasta acercarlo a la media que asumen bancos y cajas.

Y es que todo esto está muy bien si se evoluciona desde los amagos partidistas, burocráticos, limitados y de cara a la galería a las concreciones contundentes y efectivas. Aquí es donde hay que regar. No se trata de parir y parir, también hay que cuidar y alimentar.