UN PUEBLO sometido sucumbe cuando pierde su identidad. Eso lo saben quienes nos colonizan y por consiguiente han fomentado la aculturación, independientemente de esforzarse en demostrar falsamente que no podemos sobrevivir sólo con nuestros recursos económicos. Consecuentemente, un pueblo sin una identidad bien definida se expone a ser manipulado en beneficio de quienes explotan sus riquezas; en nuestro caso, a favor de los intereses de los españoles; pues son muchos los canarios que están totalmente desorientados.

Los medios de comunicación oficiales han contribuido enormemente a la pérdida de identidad de los canarios en los últimos treinta años, pero también han jugado un papel importante algunos de propiedad privada, debido a las subvenciones que han recibido, principalmente aquellos que han sido instalados por dobles agentes que trabajan para el sistema colonial. Pese a todo, nos parece incomprensible que en la llamada Radio Televisión Canaria no se hayan preocupado en fomentar nuestra cultura y señas de identidad. Un medio que se creó supuestamente en beneficio de los canarios para formarlos, pero ni siquiera los informa debidamente, ya que está al servicio de los guardianes y medianeros de esta finca colonial, especialmente de los tres partidos nacionalistas españoles, PSOE, PP y CC con sus satélites.

La pérdida de identidad en las últimas décadas ha propiciado que muchos canarios se comporten como extranjeros en su propia tierra, dejando que los españoles que nos colonizan sean quienes marquen las pautas en varios aspectos, debido a la gran cantidad que viven en estas Islas en calidad de "residentes". Calificativo que se esfuerzan en aplicarles también a los canarios para confundirlos y desorientarlos más todavía, pues no es lo mismo un residente que un canario. Y tampoco se puede aplicar el gentilicio de canario a los que viven aquí como residentes, por mucho que lo recoja el supuesto y ridículo estatuto de autonomía de Canarias. Es un término ilegítimo; pues imagínense, por ejemplo, que un gallego residente en Cataluña diga que es catalán, aunque eso no implica que los que están integrados en nuestra sociedad no se puedan sentir canarios si así lo desean.

Un pueblo sin identidad está condenado a desaparecer. No defiende su territorio, no lucha justamente en defensa de su nación, aunque esta esté colonizada y explotada económicamente, como es el caso del Archipiélago canario; pues, como dice el doctor cirujano Manuel Díaz, hasta los animales defienden su espacio, ya que es vital para su supervivencia. Los seres humanos también lo hacen, incluso por razones de identidad meramente. Una sociedad se desarrolla en un territorio determinado y se identifica con él conformando una nación o patria a la que termina amando como algo propio. Así lo hicieron nuestros antepasados guanches, quienes defendieron y lucharon por su territorio porque, además de identificarse con él y amarlo, era esencial para su supervivencia.

En las últimas tres décadas se han ido perdiendo o mermando considerablemente una serie de valores que estaban bien arraigados en nuestra sociedad; tiempo durante el cual se ha entretenido al pueblo con fiestas folclóricas como las que se celebran en el supuesto Día de Canarias. Todo ha sido una trampa bien urdida con el consentimiento de unos políticos nefastos que sólo se han dedicado a defender sus intereses sin haberse preocupado de la formación e identidad de los canarios; unos representantes de la falsa autonomía canaria que, pese a ser conscientes de que no teníamos un modelo de economía estable, se han aprovechado de la situación. Modelo que añoran y se atreven a proponerlo nuevamente porque forma parte de su propia identidad particular: la especulación y enriquecimiento rápido en perjuicio de los pobres.

Despierta, pueblo canario, despierta y haz que te oigan. Actúa con la nobleza que nos caracteriza, pero no permitas que te sigan engañando. No te dejes llevar por los medios de difusión al servicio de España. Canaria, canario, reflexiona; piensa y planifica tu futuro para que entre todos los amantes de la libertad y del bienestar social podamos tener un Estado independiente con Hacienda propia que administre nuestros abundantes recursos para recuperar y fortalecer nuestra identidad y dignidad, que en definitiva es soberanía y progreso.