HOY les voy a hablar de una fecha para mí memorable, el 2 de mayo de 1808, tema sobre el cual he escrito en algunas ocasiones, y basándome en lo que escribí entonces les cuento: se cumplen 202 años de la gesta en la que el pueblo llano español, en una muestra de coraje, de cólera incluso, se levantó contra el invasor francés que, con el engaño de ocupar Portugal, se adueñó de España. Los madrileños, ante el desprecio con que eran tratados y la superioridad que demostraban los ocupantes, se sublevaron y se enfrentaron prácticamente a cuerpo limpio, sólo con palos, cuchillos, hoces y navajas, a un poderoso ejército, hasta entonces invencible, defendiendo el honor de su patria, España. Fue, que recuerde, la última ocasión en que el pueblo al unísono se levantó como un solo hombre en defensa del honor y de su patria. ¡Eran otros tiempos!

Era a primeras horas de la mañana. En torno al Palacio de Oriente, casi amaneciendo, había llovido. El ambiente era frío, desapacible, había corrido el rumor de que iban a llevarse a los infantes a Francia, donde ya estaban Carlos IV, su esposa y el heredero, Fernando. Napoleón los quería tener a todos allí. El pueblo se fue acercando a curiosear, estaba molesto. Se comentaba que el infante Francisco de Paula no quería irse. Esto y la venganza por los muertos que ya se habían producido, junto con el deseo de expulsar a los arrogantes invasores, hizo que comenzara la revuelta, disuelta a la fuerza por el general Murat, que ordena disparar a un batallón de granaderos franceses. Se corre la voz de que se estaba matando a mucha gente; la lucha se extiende por todo Madrid: la Puerta de Toledo, la Puerta del Sol (donde cargaron los mamelucos), la actual plaza del 2 de Mayo, donde estaba ubicado, en un antiguo palacio, el Parque de Artillería de Monteleón...

Nos encontramos en el Parque de Artillería. Allí estaban los capitanes de artillería Luis Daoiz y Torres (1767-1808), jefe de Detall del Parque, y Pedro Velarde y Santillán (1767-1808), unidos por el destino aquel día y ambos con el firme propósito "de que sólo la unión de las tierras de España y el espíritu de los hombres y mujeres que la componen lograrán que se consiga el mayor esplendor de la Patria". ¡Buena nota deberíamos tomar hoy en día de lo que allí ocurrió! Las tropas francesas disparaban y realizaban cargas de caballería contra la multitud, compuesta de hombres, casi desarmados, mujeres y hasta niños. La ira estalla y se dirigen al parque para que les den armamento con que defenderse. Daoiz manda abrir las puertas y acoge a los que vienen dándoles armas, sumando entre todos unos 300 defensores. Son atacados por dos mil soldados franceses con su artillería. Allí murieron heroicamente en una defensa desigual Daoiz y Velarde. Los hombres iban cayendo y eran sustituidos por bravas mujeres como Benita Pastrana, Clara del Rey, Manuela Malasaña… las municiones se acaban. Al día siguiente, los fusilamientos continuaron, acción inmortalizada por el pintor Francisco de Goya y Lucientes.

Por acuerdo de la Regencia del 7 de julio de 1812, para perpetuar la memoria de la muerte gloriosa de los capitanes artilleros, mártires en la defensa de su país, junto a otras muchas víctimas desconocidas, se dispusieron cuatro medidas: la 3ª, que se erigiese un sencillo, aunque majestuoso, monumento militar junto al Alcázar de Segovia; 4ª: que todos los años se hiciera un elogio de aquellos capitanes ante los caballeros cadetes y también en todas las Unidades de Artillería, a fin de estimularles a imitar a su ejemplo. Por esta razón, el Regimiento de Artillería 93, situado en Los Rodeos, celebra el día 2 de mayo una serie de actos a los que he asistido en algunas ocasiones y que suelen consistir en una misa (voluntaria), por los caídos en defensa de la Patria; a continuación, en el patio de armas, y después de unas cortas y sentidas palabras de salutación del coronel del Regimiento, D. Jaime Ascanio Escobedo, un capitán de la formación, en esta ocasión D. Eladio José García Nogueras, tomó la palabra para dar la "Lección del 2 de mayo de 1808" en homenaje y elogio de los dos heroicos capitanes, terminando el acto con un desfile de las fuerzas.

Dado el poco espacio que me queda, entresaco entre sus palabras que recuerdan aquel hecho glorioso las siguientes: "Me dirijo a Vds. para rememorar la Gesta del 2 de Mayo de 1808, día en que los capitanes D. Luis Daoiz y Torres y D. Pedro Velarde y Santillán se unieron a un pueblo desarmado, para hacer frente a un ejército extranjero que pretendía someter a España. Lejos estaba ya el esplendor del antiguo imperio, la monarquía española vive una profunda crisis, mientras una Francia revolucionaria, regida por el emperador Napoleón, con quien jamás había conocido la derrota, pretendía someter a su mayor enemigo, Gran Bretaña, y para ello necesitaba conquistar Portugal. En 1807, las unidades (militares) españolas de mayor prestigio habían sido destacadas en el extranjero como tropas de apoyo a los franceses. Bajo el pretexto de tomar Portugal, un ejército francés entra en la Península. A primeros de marzo de 2008 eran un total de 100.000 hombres. Pronto se conocieron los verdaderos propósitos de Napoleón, que eran anexionar a Francia la mayor parte del territorio español. Las órdenes que tenían los capitanes generales y gobernadores de regiones y plazas eran de no dar a los generales franceses motivo de ninguna queja, gozando las tropas francesas de total impunidad, mientras las españolas veían con creciente recelo la presencia extranjera. La unidad de pensamiento y acción del Cuerpo de Artillería lo hacían idóneo para oponerse a los planes de Napoleón con un contragolpe conocido como la Confabulación de los Artilleros. Dos capitanes se encontraban a la cabeza: Daoiz, que reclutó colaboradores, y Velarde, que se ocupó de la organización de las tropas. Velarde propone el Plan a la Junta de Gobierno, que en apariencia ofrece su apoyo. Pero el ministro de la Guerra desbarató el plan, asignando nuevos destinos a los implicados y trasladando unidades. Continúa narrando la acción de forma similar a como lo hemos hecho anteriormente. Se intentó por el coronel francés Montholon un parlamento, pero el disparo de un cañón sobre los franceses hizo fracasar las negociaciones y comenzó de nuevo la lucha. Velarde murió de una balazo en el corazón, y Daoiz, herido en una pierna, acierta a herir al general Lagranje, que mandaba las fuerzas francesas, y es rematado por su escolta".

En el año 2008 el Mando Militar de Canarias organizó un interesante programa de actos: unas conferencias en el Círculo XII de Enero, un concierto en el teatro Guimerá, un concurso escolar para alumnos de Primaria, una jornada de puertas abiertas en Almeyda, una carrera popular y el acto militar de Los Rodeos.