DE LAS 69 GUAGUAS y no sé cuántos microbuses que, tiempo ha, anunció Titsa que compraría, ni una noticia a no ser que la empresa del Cabildo mantenga, como los juzgados, secreto del sumario. Pero ahora, inesperadamente y por la vía rápida puesto que el servicio comenzará, dicen, en esta misma semana, Titsa se saca de la manga un invento que está inventado hace años y que la firma japonesa Toyota, y me supongo que otras muchas, fabrican y venden ya en todo el mundo menos en este arrecife que el mar con sus olas baña, que es una parte (colonial) de España que lo llaman Tenerife y donde tuvimos la mala suerte de nacer los chicharreros, a los que nos jeringa no sólo la nación española, sino las autoridades regionales, provinciales y locales con su ineptitud y sus continuos desaciertos.

La guagua híbrida que ha comprado el Cabildo y que pondrá en servicio en el casco lagunero como prueba, como ya sabe todo el mundo porque los medios de difusión lo han publicado hasta la saciedad, es un vehículo, me supongo que en forma de guagua, que está impulsado por un motor de gasolina y otro eléctrico, alimentado éste por baterías que carga un dispositivo conectado al movimiento como he visto, desde chico, con las luces de las bicicletas, por ejemplo. O sea, de novedad, nada. Eso lo sabía el ser humano un poco después de la Edad de Piedra.

Don Manuel Ortega, que es el coordinador cabildicio de Movilidad y Seguridad y que falla en lo primero y hasta lo llaman de "Inmovilidad" porque no mueve a Titsa como debiera, ha descubierto la pólvora al declarar que la guagua híbrida no tiene fuerza para subir las cuestas y, por eso, no se le pone en rutas que tengan subidas como las del interior de la isla. Por eso, se le va a destinar al casco lagunero, que es todo lisito y horizontal. Uno supone que si se selecciona los itinerarios, lo mismo pueden servir para Santa Cruz, para Tacoronte e, incluso, para la carretera general o la autopista, que no tienen cuestas. En fin, todo se andará, aunque, qué quieren que les diga, uno no tiene confianza en la iniciativa y la preparación de los cargos de Titsa, según los resultados de las gestiones que realizan y que tienen al pueblo en cabreo permanente.

Si la guagua híbrida cuesta cien mil euros más que la guagua ordinaria, lo que ahorra en combustible la electricidad, casi gratuita, compensará el gasto, me supongo, porque los fabricantes entienden más de guaguas que los coordinadores.

Bienvenidas sean las guaguas híbridas, contando con la competencia de los conductores y los mecánicos de los talleres del Cabildo, que en esos tengo más confianza que en los repetidos coordinadores y demás gerifaltes, incapaces de organizar debidamente algo tan elemental como las frecuencias de los servicios, que he denunciado muchas veces y que siguen igual o peor.