HACE SÓLO unas semanas se hablaba de 42 puntos como "campamento base" para la salvación del representativo. Sucede igual que en cualquier análisis económico: los acontecimientos se encargan de desmentir en bastantes casos las bases que se toman, haciendo intrascendentes las cuentas que con los mejores ánimos se confeccionan a la hora de informar. Es un problema de los economistas, que viene a ser el mismo muchas veces que el del cuento de la lechera: sumamos, restamos, multiplicamos y dividimos, y después nanay de la China; todo es distinto desde que vuelve a amanecer. La cabra se bebió la leche y el macho no se la montó. Habiendo ganado a la UD Almería nos hubiéramos salvado, y el CD Xerez tiene muchas papeletas para continuar en Primera, increíble. Ahora, con el historial de una temporada entera en la que hemos patinado gravemente por esos campos de Dios y nos han metido unas felpas de campeonato, dependemos de arrancar algo contra el CF Valencia, y eso a mí se me antoja poco posible, por no decir imposible, aunque ellos no se jueguen nada. Lo siento, ojalá me equivoque, los profesionales que impongan en el campo mi metedura de pata, encantado de la vida. Pero a fecha de hoy estamos en Segunda, más pa''llá que pa''cá, y hay demasiadas criaturas intentando agarrarse a un clavo ardiendo como para obviar el trago tan difícil que, si no sucede un milagro, nos espera.

Señores, en toda la temporada ha quedado en evidencia que nuestro equipo era de los más flojitos de la Primera División. Una castaña fuera de casa, y la pena va a ser lo de siempre en una temporada tan larga: que nos vamos a creer que con un poquito más de esfuerzo, acierto o suerte lo hubiéramos logrado. No. Que no se engañe nadie. Ese poquito o plus no será el culpable del descenso. En toda la temporada, por más ganas que hemos puesto los del Fondo Norte, Fondo Sur, Herradura, Anfiteatro, Tribuna o General, los de arriba o los de abajo, las peñas, los socios, los seguidores o los enchufados a la estela, demasiadas veces nos ha dolido el escudo y lo curioso es que al equipo y a los jugadores también.

Los que salgan al campo sólo tienen una oportunidad, ¡una sola!, para que la gente que va a estar pendiente de la tele o de la radio no se muera injustamente. Ustedes mismos lo han dicho: esta isla, Canarias entera, se merece seguir en Primera.

Recibían el nombre de gladiadores quienes batallaban con otros, o con bestias. No hay duda de que en esta ocasión hay un bicho que llevamos como una cruz por toda la campaña.

Un articulista que utiliza los viernes para hacer un repaso a la actualidad deportiva desde enfoques propios puede ser franco, Franco, Franco. Confío en que el balance, haya sido bueno en el plano económico, no así en el plano deportivo. La planificación para no fallar en la nueva temporada es primordial y la afición debe reafirmar que la decisión de estar con estos colores planea muy por encima de lo que puede o no puede pasar un año.

Es la fuerza motriz. Más de una vez he visto a aficionados saliendo del estadio echando pestes, "mangantes", y al domingo siguiente volver a fichar clavados en el mismo sitio, a la misma hora e ilusión.

"Morituri te salutant". El filósofo Lucio Anneo Séneca nos dejó un texto donde muestra consternación ante la estéril y sangrienta matanza de gladiadores en el circo romano: "Por casualidad, a mediodía asistí a una exhibición, esperando un poco de diversión, unos chistes, relajarme... Pero salió todo lo contrario... Estos peleadores de mediodía salen sin ningún tipo de armadura, se exponen sin defensa a las acometidas y ninguno golpea en vano... Por la mañana echan los hombres a los leones; al mediodía se los echan a los espectadores. La multitud exige que el victorioso que ha matado a sus contrincantes se encare al hombre que, a su vez, lo matará, y el último victorioso lo reservan para otra masacre. Esta clase de evento toma lugar estando casi vacías las gradas... Al hombre, sagrado para el hombre, lo matan por diversión y risas".

Es errónea la creencia de que el pulgar hacia arriba significaba perdón, y el pulgar hacia abajo significaba muerte. El Tete nunca caminará solo.