Aprovechando que el 2010 es año compostelano y teniendo en consideración que cada vez es mayor el número de nuestros paisanos de las diferentes islas que, en parte o en su totalidad, lo han recorrido, me gustaría transmitirles algunos de mis recuerdos o anécdotas que a lo largo de los años de visitarlo he ido recogiendo.

Debo decir, entonando mi mea culpa particular, que conozco gran parte del camino aunque no a pie, en bicicleta o a caballo, debiendo aclarar por tanto que no hablo en absoluto como peregrino, lo que me confiere por derecho propio la categoría de atrevido en grado sumo.

Un 5 de septiembre de hace algunos años, descansábamos mi esposa y yo con otros dos matrimonios canarios amigos a las afueras de Frómista, en una zona de recreo junto a una alameda que orilla el dieciochesco Canal de Castilla, que en esta zona se adorna con cuatro espectaculares exclusas. Dábamos cuenta de una fantástica empanada de atún y de unas milhojas de nata de dimensiones extraordinarias que habíamos adquirido esa mañana en una bonita y distinguida pastelería de Palencia.

De pronto comenzamos a oír cómo se acercaban a nosotros las voces y risas de un considerable número de personas que aún no alcanzábamos a ver, ocultas por los árboles que nos daban sombra y algo de frescor.

El grupo estaba compuesto por doce muchachos de ambos sexos, que en sillas de ruedas venían acompañados y propulsados por otros veinte voluntarios y amigos. Procedían de Elche y habían entrado en el Camino a la altura de la ciudad de Burgos, siendo su meta la compostelana plaza del Obradoiro.

Uno de los acompañantes se acercó a nosotros, sentados a escasos cinco o seis metros de la senda por la que se desplazaban, y nos obsequió con su información y con unos pequeños escudos metálicos conmemorativos de la odisea.

Como ustedes no ignoran, el Camino está salpicado por una extraordinaria serie de construcciones religiosas que le confieren la categoría de auténtico museo. Frómista, pequeña población al norte de la provincia palentina, es la patria chica de san Telmo, patrón de la marinería, y además de la iglesia de San Pedro, con tres naves góticas, posee una de las joyas del camino: San Martín, uno de los edificios más conocidos de su estilo en España. Modelo para algunos del más puro románico, y para otros, ejemplo de lo que no debe hacerse jamás al restaurar las reliquias arquitectónicas.

Diez días después, cuando bajando desde Asturias a la meseta superior por el puerto de la Ventana, cruzando el valle de San Emiliano, en plena Babia, para hacer noche en Carrizo de la Ribera, hicimos un alto en Hospital de Orbigo, para visitar el puente del Paso Honroso, pregunté allí por los ilicitanos, contestándome admirados que lo habían cruzado el día 11. Seis días tardaron en hacer los aproximadamente ciento ochenta kilómetros que separan estos dos puntos, unos treinta diarios, seis días seguidos, marca reservada a auténticos fenómenos. No quiero dudar de los beneficios que puedan acarrear estas manifestaciones de fe. El sacrificio que supone especialmente en estas condiciones es difícilmente ponderable.

Pasada Astorga y camino de Foncebadón, se llega rápidamente a Castrillo de los Polvazares, pueblo modélico de la Maragatería y cuna de Maruja Botas, esposa en la ficción del periodista radiofónico Luis del Olmo, natural de la vecina Ponferrada. La decoración de las paredes del restaurante de Maruja, donde se sirve uno de los mejores cocidos maragatos de toda la zona, está formada por recuerdos de sus clientes, y en lugar destacado figura una bonita caricatura de la propietaria, firmada por nuestro amigo Harry Beuster, que fue publicada en este mismo periódico. Mire Vd. qué cosas se encuentra uno por esos mundos.

No es mal entretenimiento recorrer lo que se pueda, a pie, en bici, a caballo o, como un servidor, en coche, del Camino de Santiago. Es muy ilustrativo y despierta sentimientos que desconocíamos tener y que sin duda llevábamos ocultos.

José Luis Martín Meyerhans

Al siempre querido amigo y poeta Antonio Reyes

Existen en la juventud dos fuerzas vitales en el ser humano: la familia y la amistad. Aunque la familia prevalece siempre, no deja de tener también importancia en nuestras vidas la influencia de los primeros amigos en esa edad juvenil de inmensa curiosidad por todo lo que nos rodea. En este sentido tuve la gran suerte (a los 16 años) de conocer a una persona excepcional llamada Antonio Reyes. Me llevaba en edad dos años, pero parecían décadas por su sabiduría. Ya en su exordio de Eliseo Izquierdo en el libro "Pleno silencio", publicado después de su muerte, en 1955, por "Voz en el mar", Eliseo, como persona intelectual y amigo también de Antonio, describe perfectamente la personalidad de Antonio Reyes como poeta indiscutible de una sensibilidad extraordinaria y que hace de sus poemas un canto a la vida con un acento hondamente humano y una intensa preocupación existencial, como bien narra Eliseo Izquierdo en su introducción.

Antonio nos dejó para siempre el alma rota. Inesperadamente, con 27 años se lo llevó Dios.

Para los actuales poetas y personas amantes de la poesía sería bueno que editaran nuevamente su libro "Pleno silencio", pues les serviría de cátedra para los iniciados en este extraordinario campo.

Este año hace 56 años de su muerte.

Insto a CajaCanarias y al Cabildo de Tenerife para su colaboración en este bien cultural de primera línea como es la poesía.

Juan de la Rosa González

Economía y ejemplo

Corren tiempos difíciles para la economía, tanto mundial como la nuestra, pero hay algo que, como jubilada, quiero manifestar. Cuando un padre exige a sus hijos algo, lo primero que debe hacer es dar ejemplo. Señores gobernantes, no pueden pedir a un pueblo que se apriete el cinturón sin dar el ejemplo de empezar por Vds., cuando han sido en gran medida los responsables de la grave situación en que nos encontramos.

Las medidas de recortes tomadas recientemente por nuestro Gobierno, que afectan principalmente a funcionarios y pensionistas, serían aceptadas con resignación si los primeros en recortar su economía fueran los que dictan las normas. Los pobres funcionarios son siempre los que pagan el pato de los recortes, ya que es la manera más cómoda que tiene el Gobierno de recortar. Lo de los jubilados no tiene nombre, más cuando a los señores que nos gobiernan les consta que hoy en día son los que están sacando adelante con su ayuda a los miles de jóvenes que, bien por no tener trabajo o por no poder hacerse cargo de las elevadas hipotecas, han tenido que recurrir a sus padres para poder subsistir.

Señores, ¿cómo tienen la poca moral de pedir apretarse el cinturón cuando Vds. tienen tanto el puesto de trabajo como la economía muy pero que muy saneada? Además, por si fuera poco tener que reducir gastos y vivir ya no se sabe cómo, tenemos que leer y escuchar en los medios de comunicación, todos los días, los casos de corrupción de altos cargos sin que se haga nada o poco con los causantes. Ejemplo, señores; si Vds. se recortan sueldos, dietas, privilegios, etc., entonces, y no antes, es cuando se puede pedir a un pueblo que se apriete el cinturón.

A mí, lo único que me queda por ahora que decir a nuestro nefasto Gobierno -y haciendo referencia a nuestro querido programa "En clave de Ja"- es ay, Dios mío, gracias por todo.

Concepción Gautier Solórzano

(La Laguna)

¿Qué pasa en Arico?

Que todos los días salen noticias en los medios de comunicación relacionadas con este municipio. Y no son reseñas positivas precisamente. La mayoría de ellas están motivadas por la controvertida gestión que viene realizando el actual gobierno municipal, ya que se muestra incapaz de atender y resolver los problemas que soporta el municipio. Es público y notorio que Arico tiene más de 20 años de retraso con respecto a cualquier otro municipio. En este sentido podemos destacar las carencias que tiene la comarca en sanidad, educación, deporte, infraestructuras, servicios, etc. Lo sorprendente es que el alcalde lleva años prometiendo lo que se quiere oír en vez de atender y solucionar los problemas que padecen los vecinos. Así, llevan años esperando la construcción de la guardería, piscina, pabellón de deportes, residencia de ancianos, carreteras, consultorio médico, emisario submarino, red de saneamiento, depuradora de aguas, complejo turístico de gran calidad, etc. Asimismo, es incomprensible que el ayuntamiento invierta dinero en comprar y restaurar inmuebles para tenerlos cerrados y abandonados. Igualmente, podemos comprobar que con el actual alcalde se han multiplicado y agravado los problemas del municipio. Además, supuestamente con el propósito de que no le hagan sombra, se ha rodeado de concejales con un perfil muy bajo para ocupar ese puesto. Pero, así y todo, algunos de estos ediles han emprendido guerras internas para eliminarlo de la poltrona. Lo paradójico es que él reconoce estas luchas y traiciones de sus compañeros de partido, pero los mantiene en el equipo de gobierno. Es increíble ver cómo, después de tantos años al frente de la alcaldía, este señor se aferra al sillón de esa manera. ¿Por qué será?

Es innegable que las actuaciones del equipo municipal están condicionando el progreso de Arico, pues cada día que pasa consiente que se degrade más territorio por basura, placas solares, parques eólicos, desmontes incontrolados, destrucción de parajes naturales, contaminación de su costa, etc. Incluso tiene la desfachatez de guardar un silencio sepulcral sobre la incineradora para que el tema no le empañe las próximas elecciones. Por todo esto, el actual regidor no tiene credibilidad ni ofrece confianza, y sus actuaciones muestran una total opacidad. No se entiende que ahora, a toda prisa, quieran darle carpetazo al PGO, que intenten privatizar los servicios de agua y saneamiento, que hable de parque eólico donde iba un complejo turístico, que permita construir en parajes únicos. ¿Por qué? ¿Hay intereses particulares detrás? Arico demanda otro gestor, alguien que no esté obsesionado con darse baño de multitudes y por salir en la foto, alguien que escuche las críticas y que no intente desprestigiar a toda persona que discrepe de su gestión. En definitiva, Arico quiere un alcalde que no mienta a sus vecinos y unos concejales que trabajen para el pueblo.

Francisco

Castellano