ESTA SEMANA hemos conocido los resultados del Barómetro de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que sitúan a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, entre los cuatro ministros más valorados por los españoles, sólo por detrás de Alfredo Pérez Rubalcaba, María Teresa Fernández de la Vega y Carme Chacón.

Aunque este estudio tiene toda la pinta de estar cocinado (sobre todo si tenemos en cuenta las fechas en las que se realizó), sus conclusiones tienen cierto valor. En esta encuesta (que preguntó a 50 ciudadanos por provincia) los españoles dieron a Jiménez una puntación de 4,17, con lo que valoran parte de su actuación. No obstante, para nosotros resulta incomprensible y sorprendente que la ministra sea tan coherente para unas cosas y tan incoherente para otras.

Nos referimos, como no podía ser de otra manera, a las declaraciones que realizó Trinidad Jiménez durante su última visita a Canarias. ¿Cómo es posible que a preguntas de los periodistas dijera que no ha oído hablar nunca de la deuda sanitaria que mantiene el Estado con Canarias?

Desde nuestro punto de vista, esta respuesta puede obedecer a varios motivos, todos igualmente graves. Es posible que se deba a un gran desconocimiento de la situación sanitaria de las Islas. Pero ¿cómo es posible que la ministra no sepa nada?

Increíble nos parece que no tenga noticias de esta deuda de 1.400 millones de euros, cuando desde muchas instituciones, como el Cabildo de Tenerife, han pedido su reconocimiento explícito por parte del Gobierno central en mociones que han recibido el apoyo de sus compañeros de partido en Canarias.

Nos parece inverosímil que no tenga conocimiento de este déficit sanitario, cuando hemos presentado mociones en el Senado reclamando su abono. También nos parece sorprendente que Trinidad Jiménez afirme no tener ni idea de este asunto, cuando la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Mercedes Roldós, le ha enviado varias cartas, tanto a ella como a su predecesor, Bernat Soria, informándoles de la misma. ¿Es que la ministra no lee su correspondencia? ¿Y su nutrido gabinete?, ¿tampoco?

Nos deja estupefactos que Trinidad Jiménez haga este tipo de declaraciones, tanto si son ciertas como si no. Si dice la verdad, nos preocupa porque (como ya hemos explicado) indica un enorme desconocimiento y desinterés por la realidad de las Islas; y si miente, porque mucho nos tememos que una mentira así sólo puede esconder un oscuro interés por tratar de ignorar la deuda para así no tener que hacerle frente.

¿Cree la ministra que negando la existencia de esta deuda nos vamos a olvidar de ella? No tenga la menor duda de que, por mucho que lo niegue, nosotros vamos a seguir reclamándola.

Continuaremos pidiendo este dinero porque es una reivindicación justa. Lo que no es de recibo es que los recursos que llegan a Canarias para financiar nuestro sistema sanitario respondan a variables demográficas de hace diez años, con lo que no contempla ni el crecimiento poblacional que ha vivido el Archipiélago ni su envejecimiento. Además, hay factores correctores que no se han aplicado y que están contemplados en la ley.

Tampoco es de justicia que este modelo de financiación no tenga en cuenta el coste total que supone para las arcas autonómicas que el Servicio Canario de la Salud (SCS) atienda a pacientes desplazados de otras comunidades autónomas, turistas e inmigrantes. En este punto debemos tener en cuenta que el Archipiélago recibe 12 millones de turistas al año, que, si enferman o sufren un accidente, son atendidos en nuestros hospitales y centros de salud sin que las Islas reciban una compensación suficiente por parte del Ejecutivo central (nula).

El Gobierno de España debe corregir este desequilibrio y dar a los canarios lo mismo que al resto de españoles, teniendo en cuenta, además, los sobrecostes que suponen la insularidad y el alejamiento del territorio continental. Sobre todo porque sólo de esta manera se haría realidad aquello de que todos los españoles somos iguales y tenemos los mismos derechos para acceder a los recursos sanitarios (cohesión interterritorial).

Todo ello, claro está, respetando el principio que nunca nos cansamos de repetir de que en Sanidad no es posible todo, para todos, todo el tiempo, que los recursos son limitados y que hay que gestionarlos de la manera más eficiente y eficaz posible. Siempre dejando claro que una vida no tiene precio (concepto moral).

alarco@tenerife.es