SI CANARIAS no estuviera uncida al yugo de los bueyes peninsulares españoles, Canarias sería un país próspero, al igual que lo son otros territorios de similar superficie, Hong Kong, Singapur, Shangai (las ciudad más poblada de China, que estos días celebra la mayor exposición universal de la historia) o Cantón. Como nación soberana, Canarias sería hoy uno de los países más ricos y más liberales del mundo, porque habría que añadirle a su posición geográfica-geoestratégica y a sus derechos de territorio, mar y cielo, sus bellezas naturales, que son incomparables, así como su sol, su temperatura primaveral, su clima en general, sus flores, sus muchas singularidades tanto en el norte como en el sur de las islas, así como las bellezas de las islas occidentales que forman parte de la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Y no entramos en el interés que despiertan las otras dos islas bastante importantes del Archipiélago, que son Lanzarote y Fuerteventura. En Las Palmas, desgraciadamente, sólo prevalecen las sedes y jefaturas de los partidos estatales, la obediencia a las normas emanadas de ellos y el beneficio que le sacan mediante esta situación política iniciada el siglo pasado, principalmente con la absurda y canallesca división provincial. Una división además estúpida, porque no se concibe que en un territorio tan pequeño existan dos provincias. Esta situación sólo es producto de la rapiña, de la envidia y de la rabia imposible de contener que sufren los dirigentes políticos canariones.

HABLÁBAMOS al principio de este fondo editorial de yugo y de bueyes. Aclaramos ahora que por esta forzada unión y obediencia a España padecemos la miseria que padecemos en estas antes llamadas Islas Afortunadas. Una situación de empobrecimiento acrecentada por un régimen que debió hacer lo contrario de lo que está haciendo: lograr que los canarios disfrutasen del bienestar y de los beneficios que tenían en estas Islas que antes -insistimos- eran afortunadas, y no padecer hambre ni estar sujetos a la obediencia de personas que son muy dignas -eso nunca lo hemos cuestionado- pero que nos son ajenas, ni vivir continuamente bajo los temores judiciales, policiales y políticos. Tampoco tendríamos que soportar los atropellos a que nos someten en los juzgados ciertos individuos, alguno con escaño en el Parlamento de Canarias. Las actuales desgracias de Canarias son consecuencia de las acciones políticas de los socialistas, como antes lo fueron de los populares cuando gobernaba el PP. Porque no podemos olvidar que fue un político del PP, Federico Trillo, quien trasladó a Las Palmas la Delegación del Ministerio de Defensa, que hasta ese momento estaba donde debía y debe estar: en Santa Cruz de Tenerife. Sólo un político del PP, Ángel Llanos, intentó enmendar este atropello. Su afán por devolverle a Tenerife lo que es suyo le ha costado caer en desgracia ante José Manuel Soria, presidente canarión de los populares canarios. Desde entonces el futuro político de Ángel Llanos es muy negro, y que nos perdone don Santiago por usar ese término. Mientras tanto, Cristina Tavío, que ha sabido guardar silencio ante su jefe, se ha granjeado un porvenir luminoso. Dos ejemplos del castigo que reciben quienes defienden a Tenerife y el premio que se les otorga a los que traicionan a sus votantes. En cualquier caso, mentiríamos si dijésemos que nos sorprenden estas felonías políticas. Es frecuente en los políticos engañar para obtener el voto y después, una vez conseguido el puesto, si te he visto, no me acuerdo. Así engañan al pueblo una y otra vez.

Desgraciados los pueblos español y canario por soportar a estos políticos. En el extranjero no ocurre esto. En España no existe un partido liberal democrático como ocurre en el Reino Unido. Un partido que ahora está en comunión con el conservador. Es decir, en matrimonio de conveniencia, pero unido, como ha titulado un periódico de difusión nacional: dos nuevos políticos y sus correligionarios, con nueva política, como han proclamado. Una política patriótica donde está, como decimos, un partido que no existe en España: el liberal. En España, desgraciadamente, seguimos padeciendo formaciones políticas déspotas y antiespañolas. Y no digamos nada de CC, que recoge votos y vende a su gente; sobre todo a sus votantes de Tenerife y de las islas occidentales. Ahí tenemos el ejemplo de Ana Oramas, vendida al socialismo y a la prensa de Las Palmas, así como a la prensa de Tenerife a su vez vendida a Las Palmas, y los no menos "ejemplares ejemplos" de los señores Perestelo y Belda. ¿Saben los votantes canarios quién es Belda y qué hace en Madrid?

Y ENTRAMOS en el fondo. Hace unos días dijimos que España firmó la Resolución 1.514 del Comité de Descolonización de los Pueblos, pero no la cumplió en el primer plazo establecido para ello. Suponemos que tampoco la va a cumplir en el segundo. Este chollo, esta fuente de ingresos que es la finca canaria, no la pierde de bóbilis, bóbilis. Los españoles persisten en seguir ejerciendo su rapiña sobre las inocentes e ingenuas criaturas tinerfeñas y canarias en general. "Maguitos" que todavía se asombran ante la prepotencia del godo y la goda, y más si estos tienen mando. La realidad es que nuestros nativos, nosotros, tenemos más categoría humana, más sabiduría maga, que el listillo y talentoso peninsular español.

Con respecto al que ha sido principal tema de esta semana, las medidas adoptadas últimamente por el Gobierno de Zapatero, aunque dramáticas, todavía son ligeras porque se pueden mejorar. Se puede reducir el gasto más aún haciendo lo que pide el PP. Es decir, disminuyendo el número de ministerios, como el inútil de la inútil Bibiana Aído (para qué sirve ese Departamento, salvo para inmoralizar al pueblo y acabar con la dignidad de los españoles), rebajando el número de funcionarios y quitándole el chollo a los sindicatos que hoy por hoy acaban sus algaradas callejeras con ágapes en los restaurantes de lujo. No obstante, debe quedar claro que estas medidas no han sido adoptadas motu proprio por Zapatero, porque aunque las conocía, no se atrevía por temor a los sindicatos y a los parados que viven subvencionados. Esta decisión le ha sido impuesta por los líderes europeos (Sarkozy y Merkel principalmente) e incluso por Obama, porque España pone en peligro la economía universal. Este hombre, ZP, es mentiroso, nefasto. Hasta a la hora de adoptar esta medida ha engañado al pueblo haciéndole creer a la gente que han salido de su Gobierno. Falso: se las ha impuesto Europa y el mundo. España es un país decadente y decaído al que no hacen caso en ningún país. Triste destino el de España, pero peor el de su colonia canaria.

LLEGAMOS ya a lo que de verdad queremos invocar. Es ineludible, lógica, razonable, e indiscutible la necesidad de nuestra independencia. Estamos sufriendo los avatares y desgracias de la Metrópoli que nos coloniza, nos sojuzga y nos degrada, además de convertirnos en indígenas coloniales y ultraperiféricos. ¿Por qué no somos una nación si nuestro pueblo en el pasado lo fue? Hoy no sabemos lo que somos. Al declarar nuestra nacionalidad estando en el extranjero, ¿cómo podemos decir que somos españoles si vivimos en unas islas situadas en otro continente diferente al de España? Qué ridículo. No somos españoles. Convenzámonos. Somos canarios, hijos y residentes de la nación canaria. España es el país que nos atropelló y nos sigue atropellando. Por eso, entrando en el fondo del fondo, hacemos un llamamiento concreto a las asociaciones de vecinos y a los municipios porque son las cédulas que constituyen el pueblo. Hay que salir a la calle y recoger en acta los minutos de silencio por el dolor que nos imprime la opresión a muerte de los españoles; hay que salir a la calle para protestar pacíficamente; hay que manifestarse como lo hacen los sindicatos y los funcionarios cuando se ven con un ERE o con reducciones de derechos sociales; hay que salir a la calle como se sale cuando se produce un maltrato evidente. Hay que salir, expresarse y pedir lo mínimo que puede pedir cualquier ser humano deseoso de vivir con dignidad: la libertad y la independencia de un pueblo oprimido. Somos conscientes de que todavía seguimos en la "sala de recuperación" bajo los efectos de la anestesia. Cuando nos reanimemos del todo, veremos qué bien nos vamos a encontrar volviendo a ser nosotros los que decidamos nuestro bienestar y nuestro futuro.

Una información necesaria para el canario aún narcotizado: la República de Cabo Verde es un Estado insular de África Occidental, situado en el océano Atlántico, frente a las costas de Senegal. El Archipiélago está compuesto por diez islas principales y por cuatro islas menores. La capital está establecida, como es lógico y normal, en la isla mayor y más poblada, Praia. Fue descubierta por navegantes portugueses a mediados del siglo XV y colonizada por Portugal poco después, convirtiéndose en una base de la trata de esclavos hasta 1876. En 1951 pasó a ser una provincia de ultramar portuguesa y, en 1975, obtuvo la independencia. En ese mismo año se nombró un Gobierno de transición formado por protugueses y miembros del PAIGS a fin de prepararla. Tiene 324.000 habitantes. (Datos extraídos del Diccionario de Plaza y Janés, 1988).

Cabo Verde ya no es colonia, sino una nación con asiento y bandera ondeando en la ONU, y no es una vergonzosa, desgraciada y ultrajada región ultraperiférica. ¡Pobre Canarias que aún sigue sometida, apaleada y ultrajada por un país extranjero!