A PESAR del dicho "quien mucho abarca poco aprieta", el objetivo de ampliar el campo de operaciones a toda la costa occidental de África tiene que apoyarse, por condicionantes naturales e históricos, asimismo en el incremento de relaciones económicas con toda nuestra América de siempre. La UE (Unión Europea), mientras seamos una dependencia, tiene que desplegar en las Islas un pasaporte instrumental que permita a Canarias un papel relevante de relación directa e indirecta entre los actores económicos de los tres continentes.

Vienen apretando gigantes como Brasil y Argentina; a medio camino con Europa constituimos la plataforma ideal y lógica para un comercio equilibrado que puede beneficiar al completo de las partes.

El sometimiento de los habitantes de las últimas afortunadas corre paralelo al Descubrimiento de América. La localización y colonización de las Antillas por Colón convirtió a las Islas en un escenario privilegiado, en un laboratorio experimental. Plantas asiáticas como la caña de azúcar y la platanera desde ellas serían llevadas a Indias. Técnicos canarios trabajaron en el primer ingenio del Nuevo Continente, en Santo Domingo. El ñame africano penetrará desde bien pronto en el ámbito caribeño. Lo mismo ocurrirá con el cerdo, la cabra, el perro y la oveja, que, conducidos desde las Islas, se esparcirán por las Antillas. Canarias fue, por tanto, un intermediario en la difusión de plantas y animales entre ambos lados del océano. La papa se aclimatará rápidamente y se conocen desde bien pronto exportaciones hacia Europa. En una fecha tan adelantada como 1567 ya eran enviadas a Flandes. En unión del millo transformará la agricultura isleña, convirtiéndose en la alimentación por excelencia del pueblo canario. Desde el principio, por su posición y la acción de los vientos alisios, se convirtió en el paso obligado hacia las Indias.

Los canarios participarían como avanzadilla de la colonización. Entre 1492 y 1506, al menos doce de las mayores expediciones hacen escala en La Gomera o Tenerife. Entre ellas las de los más significados nombres, como Colón, Ojeda, Vespuccio, Pedrarias, La Cosa, Yáñez u Ovando. El Archipiélago tiene el privilegio de comerciar con las Indias desde los comienzos de la aventura de la fusión continental. Una Real Orden de 1511 simplemente especifica que los naturales parten solamente con la autorización del capitán del navío.

De esa forma, canarios o residentes se convierten en parte integrante de las expediciones, como la de Pedro de Mendoza en la fundación de Buenos Aires, en 1535, o la de Pedro Fernández de Lugo para la conquista de Santa Marta, en Colombia, y muchas otras, como la de San Antonio en Texas. Sin embargo, no podemos hablar de emigración canaria en sentido estricto, pero sí como una base para el traslado al Nuevo Mundo sin los severos controles del monopolio sevillano. En el siglo XVI Santo Domingo, primero, y La Habana, después, son los principales destinos canarios. De forma lenta, regados por todas las zonas, se irá desarrollando un movimiento migratorio muy intenso de comerciantes y de agricultores. Después fue un verdadero río hacia Venezuela.

Como mínimo toda la costa oriental de América desde Miami o los Caribes en dirección a África. Desde Chile, Argentina o Uruguay en dirección a Europa y África, como desde Colombia y la entrañable Venezuela, podrían implicarse en un punto de enganche central que por lógica de caminos encarnara en estos siete territorios la función específica del intercambio necesario para la vinculación económica tricontinental. Europa haría bien en propiciarlo.

Casa de América es un consorcio creado en 1990 e integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid. Se coordina a través del Consejo Rector, órgano superior de dirección del Consorcio, así como de la Comisión Delegada de dicho Consejo Rector, formada por un representante de cada una de las tres instituciones más el director general. Este consorcio tiene por sede el Palacio de Linares. El objetivo fundamental de Casa de América es generar un foro de ideas y debates sobre aspectos económicos, políticos, científicos, tecnológicos y culturales de Iberoamérica.

Toca centralizar en Tenerife Casa América; es justo y necesario; de la misma forma que Casa África lo ha sido en Las Palmas. Su interés puede ser estratégico como pieza fundamental de una serie de portaaviones que tienen que anclar como núcleo logístico y comercial.