MALTA, una islita en el Mediterráneo, del tamaño de La Gomera -lo recordamos una vez más- pero con más habitantes que esta isla canaria, aunque en total sólo con la cuarta parte de los habitantes de Tenerife, es un país independiente. Cabo Verde, un archipiélago de muchas pequeñas islas con una mayor y principal de la que es Praia la capital, Cabo Verde, decimos, es un país independiente, es una nación. Mónaco, nación de la que no vamos a hablar porque es súper conocida, también es un Estado independiente. Lo mismo ocurre con San Marino, Liechtenstein, Andorra, las Islas Seychelles y otros archipiélagos que son, asimismo, naciones soberanas. Países libres y dignos en los que sus habitantes tienen identidad y no dependen de gobiernos extranjeros o metropolitanos. Estados con sus correspondientes administraciones, partidos y justicia independiente; una Justicia ni politizada, ni al servicio de nadie, ni a las órdenes de ningún partido político.

Todo lo anterior lo hemos dicho muchas veces en el pasado. La última, anteayer, domingo. Los países que hemos citado no son ricos por sí mismos ni por su posición en el mapamundi. Sin embargo, Canarias es un país rico por sí mismo. Lo es por sus recursos y lo es por su atractivo natural, ya que la naturaleza ha sido generosa con todas nuestras islas menos con una, la tercera, que es pretenciosa y molesta en el conjunto de todas las demás. Vivimos en un país rico, además, por su posición estratégica, pues estamos entre tres continentes. Rico igualmente por su tierra, mar y aire..., si fueran propias, pero hasta el día de hoy no lo son. Lo son de Marruecos, y mientras Marruecos lo tolere los canarios seremos de España; es decir, no somos nada ni nadie. Aunque digamos que somos españoles, lo único que somos es objeto de risa íntima a causa de esa absurda pretensión. Los peninsulares son los primeros en reírse de nosotros, sea cual fuere la personalidad o el cargo que ostentemos o que tengamos. Pobres isleños. ¿Saben los canarios que sufrimos hoy la realidad no virtual, sino real, de muchas familias, miles, que pudiendo vivir bien y con bienestar, pasan hambre? Familias que deben ejercer de pobres vergonzantes y padecer a políticos prepotentes, orgullosos, déspotas e incompetentes los más, ladrones muchos y marxistas-leninistas dos o tres. Entre estos últimos sobresale uno que quiere aterrorizar y amordazar a EL DÍA y a su propiedad con denuncias constantes en los juzgados; un individuo que es socialista pero que ha dejado -y sigue dejando- al socialismo en precario y a los pies de los caballos que votarán en 2011, si es que llegamos a 2011 con este régimen político, policial y fiscal explotador... de terror porque ya, menos en el fútbol, en los demás lugares hay que hablar en voz baja.

Todos nuestros males nos ocurren por estúpidos. Porque teniendo la libertad en nuestras manos, no la ejercemos. Porque no salimos los vecinos, los empleados y los empleadores, los sindicatos que están con el pueblo y el obrero, los dirigentes municipales, insulares, todos, en definitiva, no salimos a la calle a pedir la libertad para Canarias con banderas, bocinas y pitos. Y también porque no mantenemos minutos de silencio por la opresión colonial metropolitana que padecemos.

Decimos la verdad cuando manifestamos que cuantos se nos acercan a través de contactos personales, telefónicos, escritos, todos, en definitiva, elogian y dan el visto bueno a nuestra actitud. Conocen la realidad que cantamos y contamos a diario. No hay nada tan hermoso como la independencia y la libertad, ni nada tan despreciable como tener amos y depender de ellos. Y si esos amos lo son por la fuerza de las Fuerzas llamadas de seguridad o de la nación, dejamos de ser sujetos de derecho para ser reos del miedo. Y eso es lo que nos pasa. Seguimos con miedo por la narcosis de terror que se nos ha inyectado desde los tiempos aciagos de la conquista cruel que sufrieron estas Islas.

Observará el lector que nos repetimos mucho en relación con palabras, lugares y hechos. Pero lo que pedimos es tan simple, que no cabe dar más vueltas al lenguaje. Hablamos de unas aspiraciones tan naturales, que no nos explicamos que haya uno sólo de los habitantes del Archipiélago que no quiera ser libre, digno y vivir sin amenazas, salvo por la mencionada narcosis del miedo. Vivir sin amenazas y con muchísimo bienestar. Vivir con democracia, libertad, seguridad y, sobre todo, justicia. La Justicia es justa cuando no está politizada. Cuando seamos independientes no consentiremos una Justicia influida por los partidos políticos. No consentiremos una Justicia que propicie el que muchas personas vivan atemorizadas por los tribunales o por los que se creen justicieros, aunque en realidad sólo les preocupa su bienestar personal y complacer a sus partidos políticos, de forma que les mantengan el puesto en las odiosas listas abiertas y de esa forma seguir metiendo miedo desde el poder, como ocurre hoy en Santa Cruz de Tenerife, en Las Palmas de Canaria y en las demás islas, donde ha llegado a confundirse la vida con la bolsa.

Si hablamos todos los días de independencia es porque independencia es libertad, como la guerra de la independencia española contra los franceses fue un acto de libertad contra la invasión sibilina y descarada de los ejércitos napoleónicos. Los franceses fueron expulsados merecidamente por la vía de la fuerza. A ese extremo no queremos llegar nosotros por la intrusión de los españoles con la conquista de Canarias. Sí queremos quitarnos de encima su dominio y dominación por la vía de la razón, de la lógica, de las palabras, de la negociación y del pacifismo.

Anteayer hablamos de Cabo Verde y dimos unos datos sobre este Estado archipielágico situado en el Atlántico más abajo que el Archipiélago canario. Un archipiélago donde conviven en paz y luchando por el progreso, que están alcanzado a marchas increíbles, negros, blancos y mulatos los más. Nos desconsuela no ser caboverdianos; lamentamos no vivir como ellos, aunque tengan menos recursos porque sus islas son más pobres que las nuestras, pero mucho más dignas. Porque no son colonia; no son una absurda región ultraperiférica de ningún país europeo. Son una nación con asiento y bandera ondeando en los mástiles de la ONU. Un país libre, soberano y orgulloso. Los canarios y, sobre todo los canariones, somos unos presumidos siendo siervos de España y de sus políticos y dirigentes.

Le decíamos el lunes al señor Cabrera Pérez-Camacho que no es lo mismo libertad que independencia. Es lo mismo si la independencia nos trae la libertad. Eso que estamos diciendo puede parecer, y lo es, una perogrullada, porque en realidad independencia es libertad. Lo que le quisimos aclarar al señor Pérez-Camacho es que cuando pedimos independencia no nos referimos a separatismo porque nunca estuvimos unidos a España como gemelos, como mellizos o con anormalidades que unen y hay que separar quirúrgicamente. De separatismo no se puede hablar porque no tenemos de quien separarnos. Éramos libres y queremos volver a serlo. La independencia es un don humano y divino emanado de la libertad.

¿Por qué tenemos que inclinarnos y hasta temblar cuando nos escriben o nos "visitan" las autoridades de la Metrópoli? Cuando vienen a la finca de allende los mares para darnos instrucciones y engañarnos siempre. Debemos tener clara la diferencia que existe entre los metropolitanos, los peninsulares y los godos, y nosotros. Respeto mutuo sí que pedimos y exigimos, pero en igualdad de trato y condición. Que no sea sólo el respeto del medianero ante el amo que nos niega, o nos concede, un diezmo.

Canario, en pocas palabras, ¿por qué no eres libre? ¿Por qué no te manifiestas abiertamente pidiendo la libertad? Si puedes vivir libre muchísimo mejor que los españoles, que los europeos y, por supuesto, que los africanos y sudamericanos, ¿por qué a través de tus asociaciones, de tu municipio y con tu municipio, no te manifiestas y pides ser nacional de una nación, en vez de mentir diciendo que eres español cuando no lo eres? Siempre que puedes expresas tu sentimiento de canario con alegría, colores y sabores de tu tierra durante las vistosas romerías. ¿Por qué no disfrutas de esas romerías sabiendo que eres un ser libre?

Si Dios quiere, este año podrán iniciarse las conversaciones para la independencia de Canarias, como ocurrió entre Portugal y el partido político que representaba a Cabo Verde. Piensa, canario, en qué situación te encontrarías -y que te encontrarás, si antes no lo evitas- cuando seas no ya un colonizado español, sino súbdito magrebí con plena autonomía, pero dependiendo de la soberanía alauita. Esta situación está ahí, a la vuelta de la esquina, cuando Marruecos quiera. Que no nos ocurra que por no jugar bien y con pundonor perdamos el partido, y vayamos de mal en peor.

Por cortesía y con autorización de Plaza & Janes Editores, publicamos en nuestra última de hoy la página de la descripción de Cabo Verde del Gran Diccionario Enciclopédico Plaza, de 1981.