SE NECESITA tener cara de cemento armado, con soporte de columnas de acero, para gastarse, en estos tiempos de crisis, de paro galopante y de cientos de familias comiendo en los centros benéficos, 6.700 euros en un viaje, con séquito incluido, para estar presente en el acto de representación de "La Pasión" en la ciudad germana de Múnich. Pues ese viaje lo llevó a cabo el señor alcalde de Adeje con dinero del consistorio, si no se demuestra lo contrario, a finales del pasado mes de mayo.

No se dice, en la información que publica este diario, el número de personas que formaban el séquito de don José Miguel Rodríguez Fraga, que así se llama el señor alcalde adejero, quien, una vez, me parece recordar que fue secretario insular del PSOE de Tenerife, o sea, que se trata de una persona destacada del partido. Sí se sabe que el cortejo, formado por concejales y técnicos, llevaba, incluso, a un intérprete por si el señor Rodríguez Fraga tenía que entrevistarse con un alto cargo del Gobierno alemán, o no entendía el lenguaje de los actores de "La Pasión", lo que no aseguro porque desconozco la agenda del primer edil sureño.

Como era de esperar, el periplo del señor alcalde, que viajó con tintes finolis propio de ayuntamientos ricos, dio mucho de que hablar en el pleno municipal del jueves último en Adeje. Los portavoces de CC, señor Goñi, y del PP, señor Montiel, criticaron al alcalde por tal dispendio y le dijeron que ese dinero hubiera venido muy bien para fines sociales. Y el concejal Montiel aprovechó la ocasión para denunciar que el gasto telefónico del ayuntamiento superó los 28.000 euros en el pasado mes de marzo. E, insistiendo en el viaje a Alemania, aseguró que sólo los billetes de avión costaron 3.320 euros; los traslados, 820; las localidades para ver el espectáculo, 2.180 euros, y las dietas, 370 euros.

Pero sus señorías municipales vinieron contentas de su viaje a Múnich y contaron a sus amigos de Adeje y otros pueblos del Sur, para fomentar supuestas envidias, lo que habían visto, pero que, naturalmente, no entendieron en los escenarios habilitados para la representación en esa ciudad. No me imagino la versión alemana de "La Pasión", que, por mi parte, no hubiera podido entender porque, de ese idioma, solamente estudié un curso en la Facultad de Químicas lagunera, pero era de alemán técnico, especial para química, cuando, como ya conté una vez en esta columna, un alumno compañero mío tradujo a "un tal Von Glicering", a lo que quería decir unas gotas "de glicerina" en un compuesto químico. Sin comentarios, que diría el inolvidable Juanito Cabeza.