EN EL COMIENZO de este cuento, solicitando ayuda divina, el Papa Benedicto XVI lo recibió en audiencia en el Vaticano. Al presidente del Gobierno español, cual espíritu mendicante, con quien departió a solas durante 30 minutos. El Papa y D. José Luis hablaron del viaje del primero a Santiago de Compostela y Barcelona el 8 y 9 del próximo noviembre, aunque también de las súplicas sobre la situación económica, los derechos humanos, los presos políticos en Cuba y la ley de libertad religiosa que prepara el Gobierno español. Muchas cosas para tan poco tiempo. Después, en la siguiente jornada, el Papa lo volvió a recibir como jefe de turno de la Unión Europea con los mismos ruegos. Un poco más tarde, se cree que Zapatero también hizo un intento para que lo bendijera, en este caso disfrazado "de número rojo", pero la Guardia Suiza lo evitó.

Sea como sea, antes se había confesado: Padre he pecado. / ¿De qué? / De economía y sobre todo de economía. / ¿Y cuánto tiempo llevas pecando? / Desde el principio. / Dios bendito. / Lo tendré en cuenta en mis oraciones, el cielo te enviará una señal.

Ya a solas, más tarde, en el hotel, escuchó una voz ronca que retumbaba de la nada pensando inicialmente que sus gestiones ante el Pontífice habían culminado en el éxito. "La situación económica es muy grave". Desorientado ante el mensaje no esperado y que continuaba en parrafada buscó su origen. Aliviado, se dio cuenta de que provenía del Banco Mundial (BM).

El director de tendencias macroeconómicas del BM, Mr. Andrew Burns, presentó el último informe de la organización sobre perspectivas económicas mundiales: "Creo que la situación en España es muy grave y el desempleo extremadamente alto", afirmó Burns, que dijo que es "probable" que las iniciativas de consolidación fiscal puestas en marcha por el Gobierno reduzcan el riesgo de un empeoramiento de la crisis. Resaltó, de todas formas, que los indicadores de mercado muestran que los inversores ven la situación de España menos grave que la de Grecia o Portugal. Alertó, por otro lado, de que, de producirse una crisis de deuda en España, algo que de momento el Banco Mundial considera improbable, ello impactaría en la banca del país, lo que a su vez podría pasar factura a Latinoamérica. En cuanto a la economía mundial, el BM elevó sus previsiones de crecimiento para este año al 2,9%, frente al 2,7% pronosticado en enero, y al 3,3% en 2011, una décima más que entonces. El organismo consideró que la actual "crisis de la deuda" en algunos países de Europa es una de las principales amenazas para el crecimiento global. "La recuperación económica mundial continúa pero la crisis europea de la deuda ha puesto nuevos obstáculos en el camino hacia un crecimiento sostenible a medio plazo". Sobre Europa destacó que el prolongado aumento de la deuda soberana podría encarecer el crédito y restringir el crecimiento y la inversión en los países en desarrollo. En sus proyecciones, el Banco Mundial asume que los esfuerzos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y las instituciones europeas evitarán un incumplimiento de pago o una reestructuración importante de la deuda soberana de los países del continente. El documento adelanta, además, un crecimiento de entre el 3,2% y el 3,5% en el año 2012. Según el BM, los países en desarrollo liderarán la recuperación, con un avance previsto de entre el 5,7% y el 6,2% anual para el período 2010-2012.

Un poco decepcionado de que no fuera quien ansiaba en intervención divina, el dirigente español consiguió conciliar el sueño y al despertar, "por fin", se dio cuenta de que sus esfuerzos ante la divinidad no habían sido en vano. Había sido escuchado.

Apareció en el cielo un ángel salvador envuelto en un halo de fulgurante luz roja que, montado en el caballo celestial de hacer piña como partido, clamó contra los nuevos males con viejos idearios. "Cuando las cosas van mal, militancia pura y dura". Era D. Felipe González Márquez, que instó a su partido a sacudirse "la depre" y a trabajar para "que el PP esté en la oposición seis años más, por lo menos".

Aleluya, confirmando que quedan tres reformas pendientes, la financiera, la del sistema de pensiones y la del mercado laboral, el insigne contestó a su predecesor: "Felipe, de depre nada; estamos con toda la fuerza y toda la convicción".

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