Desde luego, la foto quedó muy bonita y era de lo que se trataba: hacerse una fotografía con Benedicto XVI, aprovechando que ZP ostentaba ahora la Presidencia "rotatoria" de la UE. No ha ido, pues, como presidente del Reino de España, como primer ministro de Su Católica Majestad, el rey Juan Carlos, rindiendo pleitesía y homenaje filial al Santo Padre, la cabeza visible de la Iglesia de Cristo, no. El ínclito ZP ha aprovechado su Presidencia efímera y rotatoria de la UE y, ya de paso, aprovechando que el Henares pasa por Guadalajara, se ha ido a Roma a entrevistarse con el Jefe del Estado Vaticano y, ya que estaba allí, ignorando los rudimentos más elementales del protocolo papal, ha girado visita a su colega Berlusconi, su "molto amico" Silvio, que no dudó en ningunear, a su estilo, al "ilustre" visitante, en un desprecio que yo encajo porque lo considero que no sólo iba dirigido a un depreciado ZP, sino también a una devaluada España y a los españoles, en suma. Aunque no nos quede otra salida que encajar el desaire y callarnos, porque tenemos lo que nos merecemos… y lo que nosotros nos hemos dado. La foto con el Papa quedó muy bien. Se ve a Benedicto XVI tratando con exquisita delicadeza al representante de una nación tan querida del Sumo Pontífice y se ve al visitante con su mejor sonrisa puesta en su cara, de oreja a oreja, cosa que, al estar tan habituado (es el hombre-sonrisa), no le costaría mucho esfuerzo.

Total, que ZP se hizo la foto con el Papa, buscando votos; pero creo que ya engaña a poca gente. Y todos los españoles que somos católicos practicantes (que somos muchos) nos hemos quedado, un poco, con los ojos a cuadritos. ¿Qué hacía el "lobo feroz" en los aposentos de Caperucita? Un presidente cuyo Gobierno actúa continuamente contra la Iglesia tiene poco que hacer en el Vaticano. Sólo se merece en la Sede Apostólica un recibimiento cortés, educado, amable, correcto y fino, como es el que le han dispensado… ¡Pero nada más!

Eleuterio Alegría Mellado (Sevilla)

A las autoridades de Cuba

Simple y concretamente, gracias. Gracias por darme la oportunidad de continuar en libertad a pesar de no merecerlo. Gracias, especialmente, al señor José Ángel Olivares Ruiz, capitán jefe de la Brigada Antidroga del DTI (Departamento Técnico de Investigación) de La Habana, por su actitud hacia mi persona, a pesar de haber violado las leyes de Cuba en cuanto a drogas.

El país donde nació mi padre establece su personalidad y su talante. A todos los niveles me ayudaron a superar el miedo y la incertidumbre que el delito que cometí podía y debía haber acarreado, pues, dadas las circunstancias y con la ley en la mano, mi estancia en las cárceles cubanas se hubiera prorrogado por unos cuantos años. Sr. don José Ángel, nunca podré agradecerle lo que por mí hizo, el trato personal y profesional que recibí de usted no es propio en tales circunstancias. En otros países me hubiesen tratado de una manera totalmente distinta y, en estos momentos aún seguiría en presidio. Amigo mío, extrañaré muchísimo nuestras conversaciones, los cigarrillos que tan amablemente me facilitaba para aplacar ese vicio que es fumar, las chocolatinas que me entregaba para saciar la necesidad de azúcar que mi cuerpo reclamaba, y en definitiva, su actitud hacia mi persona. Nunca olvidaré quien es usted y lo que por mi hizo. Gracias de corazón.

Concluyo indicándole al pueblo de Cuba, cuyo líder, a pesar de su convalecencia sigue siendo para mí el estadista más grande que haya dado la Historia de la Humanidad, que la realidad de este país no es como realmente intenta convencer al mundo, el ya fracasado sistema capitalista. Y como ejemplo subrayo la "actuación" de uno de los cónsules destinados en el Consulado de España en Ciudad Habana, cuya visita a Cien y Aldabo, lugar donde estaba confinado, efectuó como mero trámite burocrático. Un preso no espera eso, espera algún tipo de motivación, de fe, de esperanza y, eso usted, no lo sabe comunicar a la persona que lo espera. Su actuación fue más que patética, da usted pena por no emplear otro adjetivo mucho más duro; da usted auténtica lástima. El día que Canarias no dependa de España todo nos irá mejor, fe doy de ello.

Concluyo nuevamente dándole, repito, de corazón, las gracias al Sr. Olivares Ruiz y a las autoridades correspondientes por su benevolencia. ¡Ojalá Fidel viviera eternamente! ¡Viva Cuba! ¡Viva Canarias libre e independiente!

Atentamente:

E.P.G.