1.- Está claro que España no ganará el Mundial y aún es pronto para saber si superará la fase inicial. Al descalabro contra Suiza -no se puede jugar peor, pese a lo que digan los cronistas- le sigue el pésimo partido contra Honduras, una selección que es mucho peor que el Raquis San Isidro. Es mentira que España se haya reencontrado, porque, al margen de que el árbitro japonés se tragó dos penalties y falló otro, España tenía que haberle metido ocho o nueve a un equipo tan malo como el de FedericoTrillo (recuérdese aquel ¡Viva El Salvador!, en vez del que tenía haber sido ¡Viva Honduras!, pronunciado por el que fuera ministro de Defensa español). España, desde luego, no es candidata a ganar el Mundial y volvemos a las andadas. DelBosque ha destrozado la selección, lo mismo que Guardiola ha destrozado este deporte, convirtiéndolo en una competición de fútbol sala. El tiqui-taca no sirve para nada. Si acaso sirve cuando delante tienes a Messi, que es el mejor jugador de fútbol sala del mundo.

2.- Los cronistas de este país han puesto a España en los cuernos de la Luna. ¿Por qué? La Española es uno de los peores conjuntos de este campeonato. Aquí todo el mundo se ha vuelto loco con la selección cuando resulta que nos condena a ver los partidos con el ánimo encogido y no como antes, que nos hacía vibrar. ¿Por qué echaron a LuisAragonés, que ahora comenta los partidos para Al Yazira? España ha perdido más de veinte oportunidades de gol en dos encuentros. El otro día Portugal tuvo siete contra Corea del Norte y las metió todas. Eso es fútbol, lo de España es incertidumbre. Es curioso que en España sea el fútbol el deporte de todos los deportes y que -exceptuando la última Eurocopa- nos estallemos siempre en los encuentros de responsabilidad. Por cierto, tiemblo cada vez que le llega un balón a Casillas.

3.- No se hagan ilusiones, España no va a ganar el Mundial. Si pasa a octavos, empresa harto difícil, porque Chile corre mucho y "La Roja" saldrá acojonada, va a caer muy probablemente ante el que le toque, que puede ser hasta Brasil, al menos en el momento en que escribo este artículo. No me vale el optimismo de los cronistas del Mundial. Este es su negocio, pero el mío no, así que no tengo por qué contar lo que no veo. Veo que a España le han puesto dos velas negras y que a esta selección no la salva de la hoguera ni la bruja Lola.