Ya estamos acostumbrados a que los señores políticos vayan por un lado y los intereses de los ciudadanos por otro. Estos llamados nacionalistas tienen en su mente volver a desenterrar los antiguos reinos de taifas, donde puedan mandar a sus anchas, sin que haya un poder por encima de ellos que los controle. Poco a poco se van haciendo de toda la estructura interna y externa propia de un Estado, y quieren romper con los lazos participativos que los une al Estado. Un caso más de esta forma de proceder la tenemos en la creación de la innecesaria policía autonómica.

Contamos con tres cuerpos de policía: la Nacional, la Guardia Civil y la Policía Local. Los ciudadanos creemos que tenemos suficiente policía con estos tres cuerpos y no necesitamos más. Si la policía autonómica nace no es porque sea necesaria, los motivos son otros muy distintos, y los contribuyentes exigimos que se nos expliquen las razones por las que se gasta el dinero de nuestros impuestos en una época de crisis, de paro, de necesidades básicas de los ciudadanos, pérdida de viviendas por no poder pagar las hipotecas, desahucios y un largo etcétera en una policía de la que nadie ve su necesidad. Nosotros, los ciudadanos, los auténticos dueños del dinero que Vds. manejan, queremos que se atienda con él las necesidades de nuestros conciudadanos y no que lo gasten en cosas innecesarias.

Es de suponer que tanto el número de policías nacionales como de guardias civiles disminuirá, si no de inmediato, sí cuando pase un poco de tiempo. Tanto un cuerpo como otro tienen una experiencia y unos medios que no tiene la nueva policía. Por lo que, además de gastarnos un dineral, sin necesidad alguna, sufriremos una pérdida de seguridad en el Archipiélago.

Juan Rosales Jurado

Viéndolas venir

Hoy he leído en un periódico que la asociación Amigos de Las Teresitas descubre que las jaulas marinas de Igueste están fuera de ordenación y pide al Gobierno que las quite, y eso suscita pensamientos enfrentados: por un lado, es un medio de vida; por otro lado, es supuestamente ilegal. He notado que últimamente en Canarias hay mucho pique, mucho rencor, mucha envidia, y así no se solucionan los problemas. Las jaulas marinas son unas empresas, bien, pero ¿por qué donde estamos rodeados de mar tenemos que montar esta clase de empresas? Tenemos que tener cuidado con esta clase de negocio, sin más. Tenemos el claro y cercano ejemplo de La Palma, que no se sabe hasta qué punto llegará el desastre para el ecosistema marino, la escapada de la dorada y, sobre todo, la lubina, aunque también se rumorea que cuando llegan a cierto peso no son rentables y las sueltan.

Tenemos que ser conscientes de que en la situación en que estamos tiene que venir dinero de fuera, pero no a cualquier precio, y aquí surge la clásica frase: ¡es que los ecologistas se oponen a todo! Si les soy sincero, yo tampoco estoy de acuerdo en algunas cosas con ellos, pero también digo, porque lo conozco de primera mano, que si no fuese por ellos para ver algo que no fuese cemento y asfalto tendríamos que mirar nuestros geranios. Son gente que lucha por unos ideales que están más aproximados al canario que yo conocí, que defendía nuestras tradiciones, nuestra naturaleza, que al que le gusta que todo sea cemento y progreso.

Yo en cierto sentido los envidio, pues tienen más moral que el Alcoyano, sin dinero para pleitear, con el punto de mira entre ceja y ceja de los políticos, que eso sí es peligroso; muchos han perdido su puesto de trabajo y, encima, con gran parte de la población en contra, muchas veces por desinformación, y esa desinformación a veces es intencionada. Aquí las cosas no se arreglan en el bar, como yo veo a muchos quejándose de todo: que si el plátano no me lo pagan a nada... Vaya a las reuniones de las asociaciones y exponga esas quejas que ha dicho en el bar.

Para hacer una sinopsis de todo esto, lo que quiero explicar es que se dejen de sandeces los partidos políticos, que consensuen lo mejor para Canarias, que el pescador cuide sus recursos, que el platanero esté más pendiente del gerente de turno, que la gente esté más concienciada con el ecologismo, que esta gente se lo curra, para que no todo sea cemento, y que algunos partidos políticos que van a echar la zancadilla al turismo se atengan a las consecuencias.

Creo que tenemos que salir de nuestro letargo y decirle a quien sea que aquí estamos, y que vamos a defender lo nuestro; lo poco que nos queda.

Educado Paz