Pocas veces tendremos la oportunidad de oír una conferencia de contenido tan rico y generoso en vocabulario como la que nos brindó recientemente Juan Manuel de Prada Samper en el Real Casino de Tenerife, con motivo de su habitual Ciclo de Conferencias. Juan Manuel, traductor, viajero e investigador de la cultura universal, nos habló en esta ocasión de "El descubrimiento de la literatura". Con una documentada presentación de José Alberto Muiños, presidente de la entidad anfitriona, el erudito orador dejó reflejada, una vez más, su pesadumbre y congoja por esa gangrena que denominamos "empobrecimiento del lenguaje", ya que, en efecto, cada vez hablamos con menos palabras, cada vez tenemos más dificultad para nombrar la belleza del mundo. Este joven escritor vasco, moderado onicofágico y que se embelesó con los murales de Néstor de la Torre, pertenece a esa generación donde su abuelo le enseñó modales; le enseñó a leer y a escribir; y cuando ambos se tumbaban a la sombra de un árbol, su tutor lo llamaba por su nombre -encina, roble, olmo, abedul, chopo, arce-; cuando un pájaro revoloteaba en la fronda, su abuelo lo llamaba por su nombre -grajo, abubilla, ruiseñor, estornino, jilguero, gorrión-. De ahí que ahora, por ejemplo, Juan Manuel de Prada, sin caer en barroquismos, nos siga ofreciendo, como en esta ocasión, la genialidad y versatilidad de su rico léxico, a pesar de que la pereza impele con más vehemencia a tildar al autor que así se expresa como "pedante", antes de buscar el significado del vocablo que se desconoce.

La otra conferencia se nos brindó con motivo de la XII Semana Cultural Canaria de la Milicia Universitaria. La impartió en la sede de la Hermandad Provincial de Alféreces Provisionales de Santa Cruz de Tenerife, Juan Sevilla Gómez, coronel jefe del Regimiento de Infantería Ligera 49. Su título, "La Infantería de Tenerife en la batalla de La Albuera". Constituyó toda una sorpresa esta disertación no sólo por la amenidad del ponente, sino por la originalidad del tema tratado, ya que el orador melillense, que actualmente desempeña su actividad profesional en la Isla, vino a descubrir a un alto porcentaje de la numerosa audiencia, y con una encomiable pormenorización de detalles, la gesta de aquel aguerrido grupo de soldados tinerfeños que, el 16 de mayo de 1811, tomó parte en la denominada Batalla de la Albuera, donde el ejército anglo-hispano-portugués venció a los franceses mandados por el mariscal Soult.

Igualmente, en la citada Semana Cultural -capitaneada por ese sin par trovador de la Milicia Universitaria, José Méndez Santamaría-, disertó el general jefe del Mando de Canarias, José Ignacio Medina Cebrián, con su conferencia "El reflejo de Weyler en la prensa de las Islas Canarias (1878-1883)". Magnífico en todos los aspectos resultó el metódico y exhaustivo trabajo llevado a cabo por nuestra máxima autoridad militar sobre la figura del general Valeriano Weyler. El ilustre castrense recopiló y estudió todas aquellas noticias y comentarios periodísticos que el militar balear gestó en sus seis años como capitán general de Canarias, en su capital, Tenerife, que le nombró, por sus obras y entrega, Hijo Adoptivo y marqués de Tenerife, amén de dedicarle una de nuestras más bullangueras plazas. Como nota anecdótica, José Ignacio Medina nos recordó la recortada figura de su personaje, 1,50 centímetros; pero no cabe la menor duda de que atendiendo a su excepcional cu- rrículo, Valeriano Weyler -denostado por determinada prensa amarilla norteamericana de la época- tenía su auténtica estatura de "cejas para arriba".

Antonio Salgado Pérez

Los hijos y el trabajo

Para la mitad de las mujeres entre los 30 y 44 años tener un hijo ha alterado su vida laboral, obligándolas a una reducción de la jornada y al abandono temporal o definitivo del trabajo. La existencia de hijos no explica por sí solo la dificultad de conciliación entre trabajo y familia.

Los países que forman parte de la Unión Europea tienen una alta tasa de fecundidad y registran la mayor actividad laboral femenina del resto de los países no incorporados a la UE.

Es frecuente que en una familia joven ambos cónyuges tengan un contrato temporal, lo cual influye en sus decisiones de natalidad. La mayoría de las mujeres de los países de la Comunidad Europea creen que el modelo ideal es aquel en el que ambos cónyuges tienen un trabajo de similar dedicación y se reparten el cuidado de los hijos.

Gabriel Roselló