DON PAULINO, a usted le dedicamos el comienzo de este editorial y tal vez algo más un poco más adelante. ¿Se toma usted en serio la Constitución española? Muy bien, porque las constituciones de cualquier país hay que respetarlas. Pero, ¿le afecta a usted como canario que es la Constitución española? ¿Le afecta a usted España, que es un país situado a 1.400 kilómetros de las costas de su tierra y en otro continente? ¿Es usted español? Si nos contesta que sí, le diremos que, o es usted un pícaro político que quiere vivir al socaire de estas mentiras, o es usted un ignorante, o es un atrevido que engaña al pueblo canario. ¿Por qué ha dicho usted que hay que poner al día la Constitución española? ¿Para qué? ¿Para que reconfirme que somos hijastros indígenas de España y nativos ultraperiféricos de Europa? ¿No es "muchísimo" más "importantísimo" pedir la independencia de la nación canaria y de un pueblo, el canario, que es su pueblo, don Paulino? Díganos, don Paulino, ¿cree usted que son patriotas y que están actuando como tales nuestros representantes en el Parlamento español doña Ana Oramas, la "insultada" por EL DÍA, y don José Luis Perestelo, que, incomprensiblemente, está actuando, eso parece, como pelele de doña Ana Oramas y de los socialistas? ¿Creen usted y ellos dos que está haciendo gala de inteligencia y patriotismo en beneficio de su pueblo? Pues no. La verdadera actitud patriótica para su pueblo -que es el pueblo de ustedes, el de nosotros y el de todos los canarios- sería pedir claramente en el Parlamento de Canarias y en el Congreso de los Diputados la independencia de este Archipiélago como nación que es y, en consecuencia, posee un universal derecho humano y un incuestionable derecho divino a contar con su Estado soberano. Pedirlo claramente, como decimos, y sin necesidad de valentía, porque nada malo les va a suceder por ello en estos tiempos de democracia y de modernidad. Nadie los va a fusilar ni a meter en la cárcel. ¿No se dan cuenta de que el pueblo canario está desesperado a la espera de que cualquiera de los tres, o los tres conjuntamente, den este paso? El pueblo canario, lo repetimos un día más, quiere vivir con dignidad, identidad y libertad. Eso es lo importante. Lo que están haciendo ustedes, tanto en Madrid como en Canarias, es una ruindad, un engaño a quienes confiaron en las siglas nacionalistas de su partido. Un partido, CC, al que queremos atribuirle un nacionalismo al que hoy por hoy están traicionando descaradamente mientras no pidan la creación de ese estado canario.

Don Paulino, sepa que hay dos partidos verdaderamente nacionalistas e independentistas que van a arrasar en las próximas elecciones. Uno de ellos más que el otro, pese a que ese otro es más antiguo, porque está demostrando una actividad en los foros internacionales valiente, honrada y merecedora del aprecio y del premio de los canarios, y, sobre todo, de la juventud que espera ilusionada. De CC podemos decir que si no se unen ya al grito de la independencia, no quedará de esta formación ni una piltrafa para los buitres. Déjese de tonterías, don Paulino, que el tiempo se acaba y se le acaba: en lugar de poner al día la Constitución española -¿qué nos importa a nosotros la Constitución española?-, pida día y fecha para iniciar el calendario de las negociaciones que conduzcan a la devolución de una propiedad que era nuestra, de los canarios y, paralelamente, del traspaso de poderes desde la Metrópoli a un Gobierno provisional canario. Y entonces, sólo entonces, ocúpese de una verdadera policía canaria, no de esta que se han inventado el señor Ruano y usted mismo; una opereta cómica dibujada de colorines que sólo sirve para que pueda levantar el hocico el señor Ruano cuando pasa revista a los agentes con sus uniformes vistosos. ¿Cómo es posible que a estas alturas Canarias siga siendo una colonia de España, aunque disfrazada de comunidad autónoma? ¿Por qué no es una nación, cuando reúne todas las circunstancias para ser una de las naciones más ricas y conocidas del mundo? ¿Por qué tenemos que estar mendigando la gestión de los puertos y aeropuertos, y hasta un escáner imprescindible, así como las actualizaciones del REF, etcétera, y no gestionamos nosotros mismos todo aquello que nos concierne?

Don Paulino, tómenos en serio. No hemos fallado nunca en nuestras predicciones. No hemos insultado a doña Ana Oramas. ¡Carajo -perdón-, que lo demuestre! Y si es así, que siga en brazos de los socialistas y haciendo el ridículo en Madrid, donde se ríen de ellas a sus espaldas. Y esto no es una expresión tópica, sino la pura realidad: aunque pequeñota, muy ufana pasa tiesa delante de Zapatero y de Fernández de la Vega. Con la independencia se resolverán nuestros problemas. Porque con la independencia, de paso acabará la división provincial; la ruin división provincial que se produjo en 1927. Y de paso, los habitantes de la tercera isla serán canarios y no "grancanarios". Y de paso se establecerán las buenas relaciones entre hermanos. Y de paso habrá partidos políticos de todas las ideologías pero puramente canarios, no como actualmente los hay socialistas y conservadores, pero al servicio de Las Palmas, que arrasan para la tercera isla. Para Tenerife, ni puerto, ni pista, ni escáner, ni nada de nada. ¡Ah, por supuesto, listas abiertas rabiosas! Para evitar la degeneración política actual que nos domina.

En nuestras páginas de ayer, nuestro colaborador en Lanzarote Andrés Pallarés ya nos alertaba de que en la tercera isla, y en virtud de esta influencia socialista y popular en Madrid, ya tienen el escáner, las grandes instalaciones sanitarias, un puerto mimado con medidas especiales para ello, obras de circunvalación hechas con dinero tinerfeño y un sinfín de beneficios que les reportan los partidos nacionales. Lo repetimos: CC, ni para los buitres. De los nacionalistas oficiales no quedará ni una piltrafa porque desaparecerán totalmente. ¿Y qué va a ser de usted, don Paulino, y de su chaqué de lujo pasando revista a las tropas en La Palma? Se tendrá que encerrar en El Sauzal. ¿Y de qué va a vivir? Usted puede capitanear este comienzo de la libertad de Canarias, acompañado por un estado mayor formado por independentistas auténticos, en vez de chiquillos mercantilistas que han sido colocados como hijos de papá en su Gobierno. ¡Nada menos que tres! Uno de ellos, para más inri, empeñado en que este pueblo siga bajo las botas del peninsular y del godo.

Nuestro colaborador nos dice que en Canaria ya se están iniciando las obras de la tercera pista, mientras que aquí el pueblo sigue sufriendo las consecuencias de las denuncias de don Santiago Pérez para que no salga adelante el proyecto de Las Teresitas, para que no salga adelante el puerto de Granadilla, para que se silencie o amordace a José Rodríguez que tanto canta las verdades, para que se repruebe la libertad de prensa y para que, de paso, se ataque a la Constitución. Don Paulino, en sus manos está arreglar todo esto. Si no, usted y su descendencia serán reos del desprecio del pueblo. Usted y sus acólitos de partido serán los responsables de su propia desaparición.

No hay más camino que la libertad. Don Paulino, seguimos confiando en usted. No hay más opción que la independencia de Canarias. Y esto no es un invento de EL DÍA sino una necesidad universal, como universales son tres aspectos vitales para nuestro pueblo: conseguir su identidad, su dignidad y su libertad.

Dentro de unos días publicaremos una viñeta que nos envía la Comunidad Canaria en Londres. Una viñeta muy graciosa que no vamos a revelar ahora porque es para carcajearse, como hace uno de sus protagonistas. Don Paulino, que no somos españoles; que no somos europeos; que no somos ultraperiféricos aunque usted sea presidente de las RUP. Somos atlánticos, habitantes de un Archipiélago fragmentado por su propia esencia y seres humanos los que habitamos en él. Sí le aseguramos que los canarios conservarán la lengua española, así como las buenas relaciones de amistad económicas y culturales con España, con Europa, con América y con África, en nuestra proyección con el resto del mundo.

Don Paulino, le hemos leído otra vez el evangelio canario. No nos decepcione. Sálvenos y sálvese a usted mismo salvando a los canarios. Y así estará en las mejores condiciones para afrontar las próximas elecciones, si es que se celebran, porque es muy probable que antes la ONU actúe de oficio, o a instancias de los auténticos patriotas, para descolonizar Canarias.