El santacrucero barrio de El Toscal no sólo es un polvorín, como publicábamos en nuestra edición de ayer, sino también una inmensa extensión de solares completamente desaprovechados. Un barrio dejado de la mano de Dios, a pesar del interés de los vecinos, y de toda la ciudad, en que se modernice. Como hemos dicho repetidas veces, hay que dejar en paz la refinería y centrarse en El Toscal, que es riqueza, empleo y prestigio para la capital. Una vez más invitamos a las autoridades municipales a que acometan un plan especial para este barrio que es, insistimos, un solar inmenso actualmente en estado de abandono, sin avenidas, sin aparcamientos subterráneos, sin nada de nada. Nos gustaría que se respete todo lo digno de ser conservado, pero nada más.

En este comentario nos proponemos abordar varios temas. Con uno de ellos hemos comenzado. Antes de seguir con los demás, abrimos un paréntesis para manifestar que nuestro editorial de ayer ha sido uno de los que hacen época; en él se han compendiado las razones de los canarios para ser hijos de la nación canaria y no bastardos españoles o indígenas ultraperiféricos de la Macaronesia. O sea, somos macaronésicos, ultraperiféricos, españoles, godos, peninsulares y europeos de ínfima categoría. Todo, menos canarios. ¿Dónde está nuestra identidad? ¿Dónde está nuestra dignidad? ¿Dónde nuestra libertad? ¿Por qué coño hemos de sufrir esta subordinación a España? Y que nos perdone el lector expresiones como esta, pero estamos indignadísimos como todos los canarios auténticos, no los odiosos amantes de la españolidad. Ayer se bloqueó la centralita de nuestro periódico ante el elevado número de llamadas de apoyo a nuestro editorial. Uno de nuestros lectores llegó a decir que Dios habla por boca de EL DÍA. Y pasamos a otro tema.

También publicábamos ayer que Soria contradice a Paulino Rivero por reclamar más competencias. Nos parece bien que lo contradiga, pero no por reclamar más competencias, sino por no pedir la independencia. Tiene razón el vicepresidente del Gobierno regional cuando dice que los ciudadanos de este Archipiélago no están pidiendo más competencias. Lo que están pidiendo, lo decimos desde hace mucho tiempo, es ser libres, ser dignos y tener una identidad. Sin embargo, qué se puede esperar de Soria; de un canarión al servicio de España que quiere mantener la situación colonial de siete islas y para que una de ella, sólo una, que además no es la más grande sino la tercera, siga recibiendo un trato de favor.

De igual forma, y cambiando de asunto, llamamos la atención de nuestros lectores sobre otra noticia recogida asimismo en nuestra edición de ayer: el portavoz del PSOE en el Parlamento de Canarias, Francisco Hernández Spínola, acusa a CC y al PP de haber bloqueado la renovación de la Audiencia de Cuentas, el Consejo Consultivo, el Consejo de RTVC y el Diputado del Común. ¿Y qué más da?, preguntamos nosotros. Lo que ocurre en el Parlamento de Canarias ya no le interesa a nadie. EL DÍA cumple con su obligación de informar, pero a conciencia de lo que ocurra en la desacreditada Cámara legislativa carece de la menor importancia. ¿Qué coño le interesa al pueblo -y perdónesenos de nuevo la expresión- la renovación de los órganos parlamentarios? Allá ellos y sus ambiciosos bolsillos.

Otra noticia: primer enfrentamiento sindical por las competencias entre policías. ¿Qué necesidad había de esto? ¿Por qué se metió la pata con la creación de la Policía Canaria? ¿Para complacer a Ruano? ¿A cuenta de qué tanta influencia del "gran, gran, gran" Ruano? Ruano, que como canarión que es siempre está presto a impulsar la división de los canarios, está provocando más división todavía a cuenta de este innecesario cuerpo policial. Estamos convencidos de que esa policía está pensada para silenciar al pueblo tinerfeño. Tiempo al tiempo.

Acabamos con un párrafo del artículo de Roger, también publicado en nuestra edición de ayer: "Es preciso que el futuro de Coalición Canaria se oriente hacia la independencia, que ésta figure en su declaración programática y en su programa electoral. Y que no haya dos Coaliciones Canarias, sino una, cimentada en el amor a la tierra, en no dejar que el godo nos siga avasallando, en fomentar el sentimiento de lo canario, no de lo español. De lo nuestro, no de lo ajeno". Por nuestra parte, sólo añadir amén. El sentimiento de soberanía, de independencia y de libertad es ya imparable.