ESTUVIMOS la pasada semana algo turbados ante la entrevista celebrada en Madrid entre una delegación canaria presidida por Paulino Rivero y otra, motivo de nuestra preocupación, al frente de la cual se encontraba el todopoderoso Alfredo Pérez Rubalcaba acompañado, entre otras personas, por una canaria que, en la actualidad, se halla a las órdenes de Ferraz como delegada del Gobierno central en nuestro Archipiélago. Se situó, disciplinadamente, frente a la misión insular. Junto al presidente canario se encontraba José Miguel Ruano, quien, como casi todo el mundo sabe por aquí, es la estrella creadora, empecinadamente, de la Policía Canaria, contestada por una gran mayoría de organizaciones y ciudadanos, excluyendo a los arribistas y servidores del poder que, con la utilización de ese oportunismo ya más que gastado, flaco favor hacen a los que todavía les queda un poco de aliento para emprender alguna tarea. Como ocurre en la mayoría de los casos, será el paso del tiempo el que quite y ponga razones a esta novedad policial en nuestra Comunidad. Es destacable la llamada de la selva que escucharon los "populares", es decir, el pacto con los neonacionalistas, que los hizo cambiar de opinión porque, por encima de todo, estaba el interés de Canarias. Y la "Guanchancha" podría ser, en un futuro cercano, no interesante sino interesantísima para determinadas cuestiones que los mal pensados ya están aventando.

Entre unas cosas y otras, aunque el secretario de Estado de Seguridad haya afirmado que se había superado una cuestión de malentendidos, lo que realmente debe importar a las autoridades canarias implicadas en este asunto es la opinión expresada por aquellos que saben, y que no son otros que la Guardia Civil y la Policía Nacional, que, a través de sus representantes en los sindicatos respectivos, manifestaron que no tiene sentido que el nuevo cuerpo "realice funciones propias" de otras fuerzas estatales de seguridad.

Haciéndose eco de la entrevista citada en Interior, estos sindicatos afirman que es un despilfarro y una necesidad que nadie demanda y "vendría a alterar el actual panorama policial en Canarias". La trampa de este encuentro se conocerá a finales de septiembre, mes donde se producirán decisiones, es decir, quién o quiénes llevarán la coordinación. Esta es la trampa que tiene en la gaveta el-que-lo-sabe-todo. Y lo preocupante es que el presidente del Ejecutivo y los dos parlamentarios canarios de CC se dejan llevar por los remolinos de compromisos que no se cumplen.

Pueden ser estas líneas el resumen del encuentro falaz celebrado justo dos días antes del debate sobre el Estado de la Nación... catalana. Porque, efectivamente, si nos atenemos al tiempo invertido por el "agotado" presidente Zapatero en sus intervenciones, éstas estuvieron dedicadas al líder de la oposición y al Estatut. De España se limitó a repetir lo de siempre, hasta el punto de que Mariano Rajoy no asistió a la sesión del jueves porque decidió, con razón, estar en su despacho trabajando a escuchar las mismas zarandajas. Quienes sí asistieron, a pesar de la "feroz" precrítica al discurso del presidente, fueron los neonacionalistas-mercantilistas canarios que, una vez más, anunciaron su voto positivo por... responsabilidad. Y esta responsabilidad consiste en prestar atención a los cantos de sirena del ilustre leonés (por primera vez lo vimos realmente cabreado con Rajoy), que resumían su inmediata actuación en Canarias. Vino a decir, y se quedó tan pancho, que "Canarias no sufrirá por el ajuste del déficit" y que será la Comunidad con menos incidencia en la reducción de éste. Volvió a insistir sobre el incremento a las ayudas al transporte del plátano (silenciando los compromisos con empresas peninsulares que tienen intereses en Latinoamérica y la bajada de aranceles en aquellos países productores de banano) y, sobre todo, puso énfasis en colaborar para la reforma del REF, lo que llevó a la representación canaria al paroxismo institucional.

Para rematar, se comprometió a potenciar en Canarias la energía eólica e implantar, por fin, el gas natural, con lo cual los del "no a todo" sufrieron un ataque neurológico... sin consecuencias. Del Plan Canarias no se ha recibido aún ni un duro. Mira por dónde, a lo mejor el absoluto Rubalcaba y el plácet a la Policía Canaria, más el próximo voto de apoyo a los Presupuestos del 2011, pueden traer al Archipiélago un par de barriles de piche para adecentar la autopista a su paso por Guamasa. Esencia de neonacionalismo.