¿SERÁ PRECISAMENTE este el momento de suprimir la publicidad sexual en prensa? ¿Será esta la coyuntura adecuada para transformar la reglamentación y que nadie pueda fumar en los bares, restaurantes o locales públicos? ¿Será la situación propicia para cargarse la desgravación por vivienda?... Por ejemplo.

Hay muchas direcciones en las que una sociedad desarrollada y moderna tiene que ir trabajando, avanzando, asumiendo y mejorando en las líneas de reflexión mayoritaria, ok, sólo cuestiono si concretamente ahora que el trapo es tan chiquito y delgado, fino y delicado, tirando del borde de la prenda para taparnos la barbilla no vamos a ir dejando otras partes del cuerpo fuera, como los pies y las piernas.

La política económica parece que tiene razonablemente hoy por hoy que priorizar expectativas que puedan propiciar rendimientos, y no justo lo contrario (en el sentido de castigar los que existen). Esas, quizás, cuando entren en conflicto, serían tareas de dignidad a acometer integralmente.

Vamos a salir escaldados de un bache en el que se demuestra el claro divorcio entre el gran capital (que necesita urgentemente regulaciones importantes y tijeras de control ambiciosas, a nivel internacional, dada la batería de la corrupción o el pelotazo) y el mundo cercano de los negocios, en el que cada vez más la cuestión es mantener dinámicas con el factor empleo jugando a la defensiva. Es un dicho popular: "Nadie se hace rico trabajando", y es verdad, los enormes rendimientos están aposentados sobre los paraísos fiscales, se manejan en operaciones de transferencias internacionales de capitales, sin collares, con una opacidad que da miedo y que es la que probablemente gesta la esencia de la mayor inmoralidad del mundo actual.

En el argumento, hasta hace poco daban películas de porno duras en abierto por cadenas locales, y, sin ir más lejos, en internet se accede y se va a seguir accediendo fácilmente a cualquier contenido, contacto o publicidad. ¿Qué pasa? ¿Que el invento de Internet no existe? ¿o que va a haber alguien que le ponga coto? Me pregunto si no estaremos siendo un pelín hipócritas.

Moralmente, las páginas de prostitución son indefendibles. Z.P, que en eso sí es un campeón, fue muy tajante al afirmar que "los anuncios de publicidad de la prostitución deben eliminarse", y recordó que el Gobierno, a través del Ministerio de Igualdad, estudia diversas fórmulas y ha solicitado al Consejo de Estado un informe sobre las posibles alternativas legales para impedir que aparezca en la prensa escrita este tipo de publicidad que atenta contra la dignidad de las mujeres y contribuye a la normalización no deseada.

Es que el aborto moralmente también es indefendible y sin duda la "no obligatoriedad" del 0,7% como ayuda a los países más pobres también luce tremendamente inmoral. El no cerrar fórmulas para que el alcohol no lo consuman, en esas proporciones desorbitadas, nuestros jóvenes también lo es; el no prohibir la violencia infinita de las películas o videojuegos también lo es, y así sucesivamente en un globo que necesita correcciones de calado.

La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) considera que si el Gobierno entiende que deben suprimirse "debería adoptar las medidas necesarias para prohibir la prostitución", porque, esto es curioso, en estos momentos los periódicos no están haciendo publicidad de algo que sea ilícito. Piden una regulación que vaya más allá de la supresión de los anuncios, rechazando, por consiguiente, cualquier tipo de restricción publicitaria de este tipo, ya que vulneraría los derechos fundamentales reconocidos referidos a las libertades de expresión e información.

Es decir que, no siendo ilegal la prostitución en sí misma, los anuncios insertados en los periódicos y revistas en teoría sí lo son "ya" (Ley General de Publicidad, la Ley de Violencia de Género, la Ley de Igualdad, e incluso la propia Constitución), sin necesidad de esperar a una disposición gubernamental que los prohíba de facto.

Aunque, ¿de verdad pensamos que eliminando los mensajes en prensa se incide algo en el problema? Si se quisiera atacar esta penosa lacra, la reglamentación de prohibir los anuncios en los periódicos no sería más que un aperitivo minúsculo que necesitaría para su efectividad de un muchísimo mayor diámetro de acción.

Con audiencias millonarias, en su primera, segunda y tercera temporada, el Duque, Cata y un amplio elenco de personajes ganan y pierden en un mundo atiborrado de prostitución y tráfico de drogas. ¿Hipocri.. qué?