Una mañana cualquiera, con un sol de justicia en una cola interminable donde podrían estar unas 10.000 personas (y no soy andaluz), esperábamos nuestro turno para ver la Capilla Sixtina y la cúpula de San Pedro, sin olvidar las tumbas de los Papas de la Iglesia Católica.

Por los alrededores del lugar se encontraban interminables personas pidiendo dinero, unos sin piernas, otros sin manos, otros con mil amputaciones y otros simplemente con problemas económicos, supongo. Lo curioso de todo es que estábamos en la casa de Dios, o eso nos habían dicho. Para entrar a ver la cúpula de San Pedro, cinco euros, para las tumbas de los Papas, cinco euros, para la Capilla Sixtina, cinco euros. Conté por encima que podrían estar en mi misma situación unas 10.000 personas y, haciendo cálculos, ese día la Iglesia Católica recaudaría de nosotros 150.000 euros, al mes unos 4.500.000.

Supongo que se estarán haciendo ahora la misma pregunta que me hice yo: ¿y qué hace tanto pobre pidiendo dinero en las puertas de la casa de Dios? ¿Es que no tiene dinero la Iglesia para ayudar a estas gentes? También me pregunto que para dónde va todo ese dineral. etc. Cuando pagué, con todo mi dolor, los 15 euros en total, me dispuse a ver la cúpula de San Pedro. Realmente impresionante, pero cuál fue mi sorpresa que en el techo de la iglesia principal hay unas tiendas de souvenir atendidas por monjas que se llenan hasta no se sabe dónde (más dinerito pa la Iglesia)... sigues bajando y tienes unas huchas donde se encienden unas velas de luz, más negocio.

Mientras tanto, en las afueras de aquel bello lugar, que a mi parecer no tiene espiritualidad ninguna, se encuentran cientos de pedigüeños pasando verdaderamente hambre. Por un momento pensé en Jesús de Nazaret, cuando llegó al templo hace ya unos 2.000 años y dijo aquella frase: "Salid de mi casa, esta es la casa de mi Padre; habéis convertido la casa de mi Padre en una cueva de ladrones".

Me queda la esperanza de pensar que muchos de los que estaban junto a mí aquella mañana fueron a ver las innumerables obras de incalculable valor, porque si fueron buscando la fe, la espiritualidad y el amor se dieron con un canto en las narices pues nada más lejos de lo que allí se respira.

Víctor Manuel Cabo García

Paulino Rivero y Zapatero

Hemos visto todos los canarios por televisión el abrazo de Zapatero con Paulino Rivero por el apoyo de CC a los presupuestos generales del Estado. A Paulino se le vio contento pues, como dijo Zapatero cuando se reunió con el rey de Marruecos, lo que vale es la foto. Eso es lo que hizo Paulino de todo lo que le prometió Zapatero, como las aguas canarias. Sr. Rivero, las únicas aguas canarias de las que Vd. puede hablar son las de Emmasa y de las de Fuente Alta, de resto nada más. Me da vergüenza que Canarias tenga a un presidente como Vd.; que se ríen de Vd. en Madrid y de la Sra. Oramas, que le dice sí en todo a Zapatero. Ustedes están engañando a todos los canarios. Lo que tienen que hacer es dimitir pues mientras el pueblo pasa hambre Vds., los políticos, tanto los de CC como los del PP y PSOE, siguen cobrando a fin de mes y engañando al pueblo y no hacen absolutamente nada. Vd., señor Rivero, ¿le preguntó a Zapatero por el plan Canarias? ¿Dónde está el dinero? La próxima vez que visite La Moncloa, llévele un pescado salado a Zapatero, ya que hay otros presidentes de comunidades que le llevan anchoas. A ver si así consigue algo más, pues realmente no ha conseguido nada.

Espero que el pueblo se dé cuenta de los partidos políticos que tenemos en Tenerife y Canarias, y no le den ni un voto en las próximas elecciones, y Vd. Sr. Rivero, váyase y, como decimos en Tenerife, péguese una papa.

Ángel Quintero Tabares