A DON PAULINO Rivero le ha entrado la tremenda con el turismo. Primero se cargó a doña Rita, la consejera, y pasó las competencias del inactivo departamento a la Presidencia, o sea a él mismo; después fichó a un experto procedente de Ashotel y luego prometió "mayor participación", dice, de todo el sector en materia turística", porque, al parecer, doña Rita era como aquel sujeto que quiso colarse de gañote en un acto junto a una orquesta y, cuando el portero le preguntó qué instrumento tocaba, contestó que él era el que gritaba "yepa".

Mala cosa cuando don Paulino anuncia que, a partir de ahora en que él es el que manda en cosas de turismo, "se apostará por una política de máximo diálogo y participación del sector", aunque puntualizó que las decisiones las tomaría el Gobierno, como si antes de ahora esas decisiones hubieran salido de la asociación de vecinos del barrio de El Cabo.

El señor presidente ya nombró lo que en el Ejército llaman "la plana mayor". Nombró viceconsejero a don Ricardo Fernández de la Puente, a quien conozco, pero hace tiempo que no lo veo y del que tengo las mejores referencias; designó a doña Rita Hernández, directora general de Ordenación y Promoción Turística, y a don Miguel Cabrera, director general de Infraestructuras Turísticas. No tengo el gusto de conocer a estas personas pero, como también dicen en el Ejército -hoy me está saliendo a flote mi pasado militar-, competencia "se les supone".

En el acto de toma de posesión de los nuevos componentes de esta consejería absorbida, el señor presidente se pegó el "espiche" de costumbre, donde dijo del turismo lo que ya se sabe. Se enredó un poco cuando trató de justificar las razones de haber pasado Turismo a la Presidencia, y habló de una especie de "eje transversal" y de "un motor que tire de todos los sectores económicos de las islas".

Un servidor, como decía aquel extranjero "no entender", pero estima los esfuerzos oratorios del señor presidente, sólo que no me creo que "ayudarán mucho los acuerdos con el Gobierno central", como don Paulino afirma. De eso, nada, una trola más del señor Zapatero. Y de los incentivos a las líneas aéreas que utilicen Canarias como base operativa no sé de dónde los sacará don Paulino, si los grupos y hasta las corporaciones que dan de comer a los que están en paro y nada tienen se las ven y se las desean para conseguir los ingredientes de un plato de potaje y algo de embutido que meter en un bocadillo.

Y ahí queda la cosa. Yo no digo que doña Rita merezca ser relevada de un cargo en que hizo un simple papel poco menos que de maniquí, pero creo que el área de Turismo en manos de don Paulino Rivero es algo así como nombrar al personaje lagunero de mi tiempo estudiantil Panchito Hesperidito director del Observatorio Astronómico del Roque de los Muchachos. Pero, a lo mejor, hay suerte, que cosas más raras se han visto.

De todas formas, como lo que interesa es que venga turismo y que se gaste las perras en nuestros hoteles, nuestros comercios y nuestras agencias de viajes, bienvenidos sean los visitantes, pero habrá que tirarle de las orejas no sólo a los profesionales de la industria y de la actividad, sino a algunos alcaldes como el de La Orotava, que tiene cerrados, e incumple anuncios de apertura de un mirador como el de Humboldt, hace años terminado, y un Centro de Visitantes del Teide. En esta mesa, o todos jugamos o rompemos la baraja.