NOS ACUSA reiteradamente un chulón de que atacamos, y hasta de que amenazamos, a toda la Justicia y a todos los jueces. No es verdad. Hemos dicho en reiteradas ocasiones, y lo seguiremos haciendo, que respetamos a la Justicia como institución y a quienes la imparten. Es decir, a los jueces. Asunto distinto es nuestra consideración de que algunos jueces y magistrados no nos han tratado con la imparcialidad a la que tenemos derecho como cualquier ciudadano. Del chulón nos ocuparemos más extensamente otro día, pues hoy no tenemos ganas de andar por las cloacas.

Sí hablaremos de la Justicia. En concreto, de lo mucho que nos asombran unas declaraciones del consejero de Justicia y Seguridad del Gobierno de Canarias, José Miguel Ruano. Dice este político canarión (uno de los más nefastos que tiene Paulino Rivero en su equipo; de la primera en inutilidad nos ocuparemos luego) que hasta el año 2020 no habrá nuevo Palacio de Justicia en Santa Cruz de Tenerife. No es el caso de las instalaciones equivalentes en Las Palmas, cuyas obras apenas se verán afectadas por los recortes. Igual que siempre.

¿Pueden los jueces y magistrados ejercer su labor dignamente en Tenerife en estas condiciones? Lo dudamos si las carpetas con los sumarios ya no caben en las mesas (ni en los armarios) y hay que apilarlas por el suelo. Ni los jueces, ni los funcionarios de la Administración de Justicia, ni Tenerife se merecen esto. No hablamos de un retraso de uno o dos años, sino de diez. Quién sabe dónde estaremos en 2020. Nos cabe la esperanza de que entonces Canarias ya sea un país independiente. Es decir, de que los canarios tengan la potestad de administrar sus propios recursos, que son suficientes para que vivamos como ciudadanos ricos. Pero no somos ricos. Lejos de todo eso, vivimos en la miseria. Tanto es así (lo decimos un día más) que muchos de nuestros compatriotas pasan hambre, mientras la Hacienda española se lleva a paladas nuestro dinero. Por eso afirmamos que quizás el Palacio de Justicia que quiere construir Ruano en 2020 llegue tarde para él y para quienes dicen que son nacionalistas, pero no hacen nada para liberar a su nación del yugo de un país extranjero. Tal vez llegue tarde para él, como decimos, pero no para los canarios de bien, que entonces ya tendrán una Justicia propia y justa.

En la misma página en la que dábamos cuenta de esta noticia, publicábamos otra con un titular no menos sorprendente: "El Gobierno aspira a crear 30.000 empleos y el PSC pide otra gestión". Llama la atención que los socialistas, los que han hundido la economía y el empleo en España con más de cuatro millones de parados oficiales y casi cinco reales, quieran gestionar la economía canaria. Una gestión que sólo les corresponde a los habitantes de estas Islas, no a partidos estatistas que sirven al amo colonial. Ni siquiera debería incumbirle a los falsos nacionalistas, sino a los patriotas auténticos. Políticos de bien entre los que no está la nefasta María del Mar Julios. ¿Cómo puede decir esta mujer que van a crear 30.000 empleos? ¿Quién se cree eso viniendo de ella? Todavía seguimos preguntándonos cómo es posible que Paulino Rivero incorporase a esa calamidad a su Gobierno, nada menos que como número dos del Ejecutivo canario.

No puede haber empleo mientras no se proteja a las pequeñas y medianas empresas. En consecuencia, esa cifra de 30.000 empleos es un engaño para el pueblo. Una elucubración de una política orgasmática que conculcó la Constitución española al leer una reprobación contra EL DÍA. No nos importa que se sepa que no simpatizamos con ella. Como persona la respetamos; como política decimos que debe desaparecer de la escena pública, cuanto antes mejor. Se equivoca usted, don Paulino, si piensa que promocionando a personas así va a conseguir votos en Las Palmas. ¿No se da cuenta de que la señora Julios está tan desacreditada en Las Palmas como en Tenerife, e incluso mucho más?

Si quiere votos, don Paulino, la solución no es reflotar políticamente a calamidades, sino pedir la independencia ante Zapatero. O pedirle a la Niña que tiene en Madrid (la que se le ha hecho socialista) que lo haga en el Congreso de los Diputados. Hágalo y verá cómo cambian las cosas.