HAY EMISIONES televisivas que tienen gancho, y no necesariamente por grandes audiencias, como me pasa con algunos programas de Intereconomía. Me gusta el de tema histórico, España en la memoria; los de signo político y actualidad, Más se perdió en Cuba o El Gato; sin embargo, me aburre el de deportes, Punto Pelota, porque solo hablan del Barcelona y el Real Madrid, y parecen una auténtica jaula de grillos. Mi programa preferido es el de Bertín Osborne: Un granito de arena.

Es un presentador con experiencia, saber estar y que sabe tratar a los niños con naturalidad, sacándoles mucho provecho. Hace un programa que cala y llega, transmitiendo sinceridad, conmoviendo al espectador y logrando ofrecer la dignidad y el buen gusto que han perdido otros programas de grandes cadenas. Ha logrado sensibilizar y remover la conciencia de los ciudadanos, lo que demuestra que es posible mostrar con realismo y sin aspavientos que, con caridad y amor, todavía existen personas y colectivos capaces de resolver problemas tan graves de miseria, desapego y desarraigo, como los que vive actualmente la sociedad española. A través de un formato simple y blanco, conocemos a personajes que colaboran para curar esta sociedad enferma, y uno queda gratamente sorprendido de la calidad humana de todos esos que dan tanto y que solo reciben la satisfacción del deber cumplido. Muchos de ellos son incluso capaces de dejar al margen su bienestar para ponerlo al servicio de los más necesitados. Algunas cadenas deberían seguir el ejemplo y ofrecernos programación con más calidad, porque esta España actual, falta de valores, con la moral por los suelos y sin el menor atisbo de dignidad, mejoraría sin lugar a dudas la calidad humana de sus individuos, sobre todo si pretenden conseguir una sociedad más justa.

Para que un programa de televisión conciencie al individuo, solo hay una forma de realizarlo, que es tratando los problemas con realismo. En este, en particular, el espectador comparte esas dificultades y se da cuenta que los españoles no somos seres vacíos, somos capaces de responder a la llamada de la caridad, como no hace el propio Estado. Son muchas las personas que lo están pasando mal, y casi siempre son los que viven más justos, los que se desprenden de una parte para entregarlo a los demás. Solidaridad, positivismo y compromiso, valores básicos que tienen las personas protagonistas de un gran programa que se emite los domingos a las nueve de la noche, hora canaria, en Intereconomía Televisión. Demos ya un gran portazo a las bajezas morales y la basura que emiten las consideradas grandes cadenas, esas donde la violencia verbal es la protagonista. Con voluntad y haciendo zápping, puede uno entretenerse.

Para terminar, quiero mostrar mi alegría al comprobar que un buen amigo, al que me une el amor a la lírica y la música en general, José Manuel Encinoso Mena, ha vuelto al periódico con sus acertados comentarios sobre Santa Cruz. Me menciona en uno de ellos y se lo agradezco. Aprovecho también estas líneas para ratificarle el nombre de la sombrerería de la calle del Castillo, esquina José Murphy, en los bajos del edificio propiedad de don Andrés Orozco, ministro antes del 36; su nombre era Ezquerra.

aguayotenerife@gmail.com